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La fuga radiactiva contamina ya el agua y los alimentos

Los técnicos aseguran que la situación en la planta nuclear de Fukushima es más estable

DAVID BRUNAT

En la última semana no hubo tiempo para pensar en el efecto de la radiación más allá del inmediato, el que provocaría en la salud la inhalación de gas y partículas procedentes de los reactores. Pero ahora que la crisis empieza a mejorar a marchas forzadas (el Gobierno afirmó ayer que la situación es 'más estable de lo previsto'), todas las miradas se centran en lo que, posiblemente, termine siendo el auténtico drama de la fuga radiactiva: la contaminación del agua y los alimentos.

Varias partidas de espinacas y leche fueron ayer retiradas de los mercados por contener un nivel excesivo de radiactividad. La leche fue detectada en una granja situada a 30 kilómetros de la central de Fukushima. Las espinacas, más al sur, en la provincia de Ibaraki. De hecho, esa prefectura es el lugar que más está sufriendo los efectos de la radiación por culpa de los vientos, que, caprichosos, empujan la nube tóxica que emana de los reactores directamente hacia su territorio. Días atrás, varias ciudades de Ibaraki presentaron cien veces más radiación de la habitual.

Se han detectado niveles anormales de radiactividad en leche y espinacas

'La radiación está por encima de los estándares, pero eso no significa que esos alimentos supongan un riesgo inmediato para la salud humana', se apresuró a indicar Yukio Edano, portavoz del Gobierno nipón. La referencia de Edano al riesgo inmediato da a entender que sí podría entrañar riesgo para el futuro. Es más, según un informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la ingestión de partículas de yodo radiactivo son siempre perjudiciales para la salud, incluso a corto plazo.

Consciente de la seriedad del hallazgo, Tokio estudiaba ayer detener la venta de todos los alimentos procedentes de la provincia de Fukushima hasta que no se lleven a cabo más pruebas sobre el estado del suelo, especialmente campos de cultivo y granjas.

Pero esa no fue la única alerta sanitaria del día. Técnicos de seguridad hidráulica también encontraron restos de yodo radioactivo en la red de suministro de aguas de Maebashi, 100 kilómetros al norte de Tokio. También en la capital se registraron partículas de yodo-131 en el agua de grifo, aunque menores, lo mismo que en las prefecturas de Chiba, Niigata y Saitama, según indicó la agencia de noticias Kyodo. Todos los registros, incluido el más grave de Maebashi, están todavía dentro de los márgenes permitidos por la ley, indicó el Ministerio de Ciencias.

Tokio estudia detener la venta de todos los alimentos de Fukushima

La ya maltrecha economía japonesa podría verse todavía más afectada si se detectan más casos de alimentos contaminados en los próximos días. En Singapur, varios restaurantes están ya considerando la importación de pescado crudo japonés y de otros ingredientes, sin importar de qué parte de Japón proceden.

En la central de Fukushima, los ingenieros y operarios confirmaron ayer que la situación es por fin estable, sin que eso quiera decir controlada. 'De alguna manera lo hemos estabilizado', indicó el portavoz gubernamental. Durante la jornada, se conectó un cable eléctrico de 1,5 kilómetros para enfriar las piscinas de combustible nuclear de los reactores. Al principio no funcionó, pero unos 300 ingenieros y operarios estuvieron trabajando todo el día hasta dejar listo el tendido eléctrico en cuatro de los seis reactores (número 1, 2, 3 y 4, los más dañados). Lo lograron justo antes de la medianoche. El gran objetivo para hoy es que la corriente fluya sin problemas a todos ellos y las piscinas del combustible puedan empezar a enfriarse automáticamente.

Los técnicos bajaron la temperatura de los reactores 3 y 5 de la planta nuclear

'Se trata de un requisito absolutamente necesario para poder confirmar la estabilidad' , destacó Hidehiko Nishi-yama, subdirector general de la Agencia de Seguridad Industrial y Nuclear de Japón. 'Para devolver la situación a la normalidad se necesita energía para disminuir la temperatura con métodos eficaces', añadió Eric Moore, experto nuclear de la FocalPoint Consulting Group a Reuters.

Los equipos de emergencia sí consiguieron enfriar el reactor número 5 mediante una bomba de agua que funcionaba con un generador externo. Además, mejoró también la situación del reactor 3, el más peligroso, después de que un coche de bomberos teledirigido arrojase agua sobre él. Este reactor es la principal prioridad de los técnicos nucleares, puesto que el núcleo está compuesto por una mezcla de plutonio y uranio cuya emisión de partículas a la atmósfera sería altamente tóxica.

Mientras las noticias de Fuku-shima traían por primera vez un halo de optimismo, los trabajos de rescate y ayuda a las víctimas del tsunami continuaron en el noreste del país. Las provincias de Miyagi e Iwate siguen restableciéndose de forma lenta, y tanto los víveres como la electricidad y el combustible no terminan de llegar. 'Tenemos queroseno para tres o cuatro días, si alguien puede ofrecer un poco será bienvenido', anunciaba un cartel en el refugio local Kesenmuna.

Cientos de miles de afectados soportan temperaturas bajo cero y el tiempo empieza ya a terminarse para salvar a los supervivientes más débiles. La nota positiva es que en algunas ciudades como Rikuzentakata, en Iwate, comenzaron ya a construir viviendas prefabricadas para alojar temporalmente a las víctimas. 'Necesitamos salir adelante', arengó Futoshi Toba, alcalde de Rikuzentakata, a los operarios, según la agencia Kyodo. El balance oficial de víctimas ascendió a 7.600 muertos y 11.750 desaparecidos.

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