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Raúl Castro pide sangre fresca para renovar la Revolución

El presidente de Cuba propone limitar los mandatos e insta al rejuvenecimiento del Partido Comunista

THILO SCHÄFER

En Guantanamera, la última película del director cubano Tomás Gutiérrez Alea antes de morir, se cuenta la leyenda de Olofin. Este dios yoruba creó la tierra y los hombres y mujeres pero no inventó la muerte. 'Entonces la tierrase llenó de hombres que tenían miles de años y que seguían mandando de acuerdo con sus viejas leyes', cuenta la película. El clamor de los jóvenes finalmente llega a los oídos de Olofin, quien admite que el mundo que creó no era tan bueno como creía y que, efectivamente, él mismo estaba bastante cansado. Se produce un diluvio de 30 días del que sólo se salvan los más jóvenes que vieron cómo la tierra había quedado más limpia y más bella y dieron las gracias por haber acabado con la inmortalidad.

Gutiérrez Alea, amigo personal de Fidel Castro a pesar de sus críticas veladas al sistema socialista, murió en 1996, un año después de estrenarse la película. Al año siguiente se celebró el V Congreso del Partido Comunista de Cuba. Han pasado 14 años para el sexto cónclave del PCC y un líder casi octogenario asegura haber oído el clamor de los jóvenes.

'Hoy afrontamos las consecuencias de no tener una reserva de sustitutos'

'Hoy afrontamos las consecuencias de no contar con una reserva de sustitutos debidamente preparados, con suficiente experiencia y madurez para asumir las nuevas y complejas tareas de dirección en el Partido, el Estado y el Gobierno, cuestión que debemos solucionar paulatinamente, a lo largo del quinquenio, sin precipitaciones ni improvisaciones, pero empezar tan pronto como concluya el Congreso', dijo Raúl Castro, segundo secretario del PCC y presidente de Cuba, el sábado en la inauguración del Congreso en La Habana. El hermano del todavía líder del partido prometió un 'rejuvenecimiento sistemático en toda la cadena de cargos administrativos y partidistas'. Para ello presentó la inesperada propuesta de limitar a un máximo de dos periodos de cinco años los ejercicios de los altos cargos.

Este rejuvenecimiento depende ahora de los mil delegados del Congreso que deben renovar los principales órganos del partido, como el Buró Político que cuenta con sólo un miembro de menos de 60 años, y el Secretariado. Se da por descontado que Raúl Castro, de 79 años, será elegido primer secretario en sustitución de Fidel, que cumplirá 85 años y se ha retirado ya del ejercicio de este cargo. El interés se centra entonces en la elección del nuevo número dos del PCC.

El todavía segundo secretario invita al partido a hacer una 'severa autocrítica'

Raúl Castro sorprendió a delegados y observadores con un discurso durísimo contra los fallos del PCC, al que instó a hacer una 'severa autocrítica'. 'El Partido, durante años, se vio involucrado en tareas que no le corresponden, limitando y comprometiendo su papel', arremetió, pidiendo una separación clara entre la labor del Gobierno y la del PCC. Asimismo exigió que la militancia en el PCC deje de ser una condición casi obligatoria para poder ocupar un cargo en la Administración.

De la crítica feroz de Raúl sólo se salva su hermano mayor, al que citó en varias ocasiones durante un discurso de dos horas y media. 'No fuimos consecuentes en el cumplimiento de sus instrucciones', admitió Raúl.

Aparte de las decisiones sobre el personal, el tema que domina el cónclave en la capital cubana es la reforma económica. Cinco comisiones de trabajo comenzaron ayer a analizar el proyecto económico. Castro anunció novedades como la legalización de la compraventa de viviendas y automóviles. Antes de ser sometido a los delegados el llamado Proyecto de alineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución, este había sido objeto de debates en 163.000 reuniones en todo el país para que la sociedad cubana pudiera aportar cambios e ideas.

Las nuevas reformas legalizan la compraventa de coches y viviendas

Según Castro, el 68% de los artículos del proyecto original ha sufrido alguna modificación a consecuencia de la consulta con la sociedad civil. Sin embargo, no se admitieron aquellas propuestas que entraban 'en abierta contradiccióncon la esencia del socialismo, como por ejemplo, 45 proposiciones que abogaron por permitir la concentración de la propiedad', explicó.

El dirigente del PCC ha escogido como objetivo erradicar la excesiva burocracia que estrangula el desarrollo de negocios y actividades del sector privado, que quiere promover el PCC para que la maltrecha economía cubana salga de la crisis que lleva sufriendo desde el colapso de la URSSy que está exacerbada por el bloqueo económico por parte de EEUU. 'En Cuba están estudiando el modelo de Vietnam, que abrió su economía a la iniciativa privada en los años ochenta', comenta Susanne Gratius, de Fride, un centro de investigación en Madrid.

La medida más discutida de las reformas, según admisión del propio Raúl Castro, es la abolición de la libreta de abastecimiento que da acceso a alimentos altamente subvencionados, todo un símbolo de la Revolución. Pero para el dirigente comunista, la libreta se ha convertido hoy en día en 'una carga insoportable para la economía y en un desestímulo al trabajo, además de generar ilegalidades diversas en la sociedad'.

El hermano de Fidel defiende la gratuidad

Aun así, Castro aseguró que el sistema seguirá protegiendo a los necesitados y garantizará la sanidad y educación gratuitas y de calidad para todos los ciudadanos. 'Bajo el socialismo jamás habrá espacio para las terapias de choque contra los más necesitados, como las que suelen imponerse en muchos países occidentales afectados por la actual crisis', según Castro.

En otro guiño a una mayor apertura, el todavía segundo secretario del PCC pidió a los medios estatales que 'estimulen el debate en la opinión pública' en vez de difundir 'materiales aburridos, improvisados y superficiales'.

Por otra parte, Castro dio por concluido el proceso de excarcelación de 'presos contrarrevolucionarios', facilitado por la Iglesia católica cubana y el exministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, a quien Castro agradeció su contribución. Los disidentes, sin embargo, estaban decepcionados con las palabras de Castro. 'En este discurso no hay cambio en la manera en que se habla de la disidencia, los mismos insultos, la misma satanización', comentó en Twitter la bloguera Yoani Sánchez.

El VI Congreso del PCC termina mañana martes. Será el último liderado por los dirigentes que derrotaron a la dictadura de Batista en 1959. El sábado antes de la inauguración del cónclave, un gran desfile conmemoró el 50 aniversario de la batalla de Bahía de Cochinos, donde los cubanos rechazaron una invasión de anticastristas promovida por la CIA.

'Vale la pena haber vivido para el espectáculo de hoy', comentó el líder de la Revolución cubana ayer en el portal Cubadebate. Fidel admite que sólo pudo aguantar una hora en la tribuna bajo el intenso calor y no las tres que duró el desfile. 'Pensaba que todos comprenderían que no puedo ya hacer lo que tantas veces hice'. El Comandante está cansado.

En su discurso, Raúl Castro no se olvidó del viejo enemigo al norte. El líder cubano denunció que el bloqueo económico de EEUU contra la isla, que fue impuesto en 1962, se ha intensificado bajo la presidencia de Barack Obama. No obstante, el presidente cubano reconoció que la Administración de EEUU 'ha decidido algunas medidas positivas', pero las calificó de 'sumamente limitadas'. Castro afirmó que con Obama en la Casa Blanca, Washington 'no ha cambiado su política tradicional dirigida a desacreditar y derrocar a la Revolución'. Agregó que 'por el contrario, ha continuado la financiación de proyectos para promover directamente la subversión, provocar la desestabilización e interferir en nuestros asuntos internos'. Recientemente, Washington ha flexibilizado un poco el bloqueo. 

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