El ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, aseguró hoy que la reconciliación entre las facciones palestinas de Hamás y Fatah podría provocar que el movimiento islamista a hacerse con el control de Cisjordania.

Lieberman, de marcado perfil xenófobo y antiislámico, dijo en la emisora de radio del Ejército israelí que los esfuerzos para acabar con la división política palestina son el resultado del temor de Hamás de que se derrumbe el régimen sirio. 'El acuerdo nació fruto del pánico [...] Jaled Meshal ve que su patrón, el presidente sirio, Bashar al Asad, dispara a las mezquitas y está preocupado con los disturbios'.

'Por otra parte, Abás, que durante años se ha sustentado en el presidente egipcio Mubarak teme que los Hermanos Musulmanes, matriz de Hamás, se hagan con el poder y pierda apoyos', prosiguió.

Lieberman aseguró también que 'una de las cláusulas del acuerdo es la liberación de centenares de presos de Hamás de cárceles palestinas, que inundarán Cisjordania de terroristas armados, para lo que el Ejército israelí debe estar preparado'. Y por eso, desde su punto de vista, la comunidad internacional debería estar atenta: 'Hamás es considerada una organización terrorista por el Cuarteto para Oriente Medio (EEUU, la UE, la ONU y Rusia) desde 2003, a lo que se suma el hecho de que no se pueden mantener negociaciones con grupos que exhortan a la destrucción de Israel'.

Los dos movimientos rivales palestinos, el nacionalista y secular Al Fatah, y el islamista Hamás, alcanzaron ayer en El Cairo un acuerdo histórico para reconciliar posturas tras cuatro años de disensión. Se trata de un pacto preliminar destinado a allanar el terreno a un gobierno de coalición de cara a la celebración de comicios en Cisjordania y Gaza en menos de un año.

Tras anunciarse el entendimiento en la capital egipcia, el destacado dirigente de Hamás Mahmud al Zahar, matizó que el Ejecutivo palestino interino no abordará negociaciones de paz con Israel.