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La Casa Blanca se enreda en el hilo narrativo de la muerte de Bin Laden

Tras la operación que abatió al líder de Al Qaeda las dudas, en vez de decrecer, han ido aumentando

GUILLERMO RODRÍGUEZ

La Administración Obama se ha apuntado un tanto irrepetible: liquidar a Osama Bin Laden, al que, ya desde la etapa de George W. Bush, se había catalogado como la persona viva más peligrosa sobre la faz de la Tierra. Pero apenas 72 horas después, al mismo ritmo que en su país aumenta la popularidad del presidente de EEUU, decrece la credibilidad internacional hacia el Gobierno dirigido por el Premio Nobel de la Paz por las constantes contradicciones en la narración de los hechos.

En tres días, el cambio de versiones ha resultado tan evidente que ni siquiera ya se hace el más mínimo esfuerzo por ocultarlo. La narración de primera hora sufrió poco después matizaciones y, más tarde, variaciones que cambian todo el hilo narrativo de la 'película' que se ha emitido en directo en los medios.

No ha sido una rectificación, ni dos, ni tres. En un primer momento se aseguró que, ante el ataque de las tropas de élite estadounidenses, Osama había utilizado a una de sus mujeres como escudo humano para parapetarse de los disparos. Esta versión la mantuvieron el responsable de Seguridad Nacional, John Brennan, miembros de la Administración y del Pentágono.

La Casa Blanca se escuda en que las contradicciones se cometen por dar 'información fresca'

La contundente imagen, digna de una película de Hollywood, la ha hecho trizas la propia Casa Blanca. La mujer que supuestamente había servido de escudo sigue con vida, pese a recibir un disparo en la pierna. No fue, en cualquier caso, utilizada como un escudo humano.

También ha habido contradicciones a la hora de tratar de explicar por qué se liquidó al líder de Al Qaeda en vez de detenerlo y juzgarlo. La imagen inicial de un Bin Laden armado con un rifle de asalto AK-47 y utilizando un escudo en forma de mujer se ha ido evaporando, hasta llegar al punto de que el líder de Al Qaeda ni siquiera portaba un arma. Había que encontrar nuevos argumentos. El más reciente, aunque se desconoce si será el último, es que Osama opuso resistencia. ¿Sin armas? ¿Sin rehenes? 'Existen muchos modos de resistencia que no implican esgrimir un arma', puntualizó Jay Carney, secretario de Prensa de la Administración Obama. La CIA también ha insistido en que había órdenes muy claras de matar y, por tanto, estaban 'autorizados'. Por otro lado, podían haberlo detenido, pero aseguran que no se daban las circunstancias.

Ni siquiera el argumento sobre cómo vivió Obama la operación ha sido suficientemente sólido como para mantenerlo sin variaciones estos días. El lunes, Brennan comentó que los miembros que aparecen en la ya famosa foto donde se ve a Obama y a su equipo siguiendo la operación lo hacían en tiempo real. El director de la CIA, Leon Panneta, le contradijo al reconocer que durante 20 o 25 minutos (la operación duró 40) 'fuimos incapaces de saber qué estaba sucediendo exactamente, lo que provocó momentos muy tensos esperando información'.



Más: el helicóptero abandonado en Abbottabad era, según aseguró EEUU en un primer momento, un helicóptero pakistaní; más tarde fue estadounidense. Ni siquiera los motivos por los que fue derribado se han sostenido unas pocas horas. Al principio se aseguró que fue atacado por los rebeldes y luego que sufrió 'un problema mecánico' en la casa donde se escondía Bin Laden y fue abandonado y destruido por los comandos.

Habrá más contradicciones en las próximas horas, porque incluso la Administración Obama da por hecho que volverá a decir 'Diego' donde dijo 'digo'. Carney ya lo ha advertido: las contradicciones son consecuencia de la voluntad por ofrecer información 'fresca'. 'Continuaremos reuniendo y proporcionando todos los detalles a medida que los consigamos', ha aseverado.

Más vale la rapidez que la credibilidad.

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