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La fragmentada oposición de Siria se une para derribar al régimen

Más de 300 representantes de la sociedad y la política elaboran una hoja de ruta para apoyar la rebelión popular

RAQUEL GARCÍA

La oposición siria se ha organizado, elegido a sus representantes y diseñado una hoja de ruta para apoyar la rebelión popular que sacude el país y forzar la salida del dictador Bashar al Asad.

Tras dos días de reuniones en la ciudad turca de Antalya,más de trescientos representantes de grupos políticos, movimientos sociales e independientes han acordado un marco de actuación y han aprobado una resolución en la que 'los delegados se comprometen con las demandas del pueblo sirio de acabar con el régimen y apoyar la revolución popular por la libertad y la dignidad'.

La Conferencia para el Cambio pide que Al Asad dimita y 'acabe con los asesinatos'

La denominada Conferencia para el Cambio en Siria 'ha sido todo un éxito. Todo el mundo está de acuerdo en un punto fundamental: Al Asad debe abandonar el poder inmediatamente, tiene que preparar la arena para la transición en Siria y, por supuesto, debe acabar con los asesinatos', dijo a Público, desde Anatalya, el activista Mahmud Suleiman.

En la resolución final aprobada en Turquía los opositores rechazan la intervención extranjera para expulsar a Al Asad, aunque los conferenciantes individualmente reclaman mayor apoyo y protección a los manifestantes por parte de la comunidad de naciones.

Los participantes han elegido un comité de 31 miembros que supervisará la aplicación de las recomendaciones de la conferencia.

Una comisión se dedicará a perseguir judicialmente los crímenes del régimen

'El comité representa una gran variedad y no sólo está compuesto por partidos políticos, sino también por independientes y otros grupos, ya que hay nuevas secciones de la sociedad siria que se han unido recientemente a las fuerzas de la oposición, como los líderes tribales que representan al 45% de la población, los kurdos y, los más importantes, los jóvenes, que encabezan la revolución en el país', explicó a este diario Anas Abdah, presidente del Movimiento por la Justicia y el Desarrollo en Siria desde la ciudad turca.

Este opositor, exiliado desde hace tres décadas en Reino Unido, explica que el siguiente paso será establecer una junta ejecutiva de entre nueve y once miembros que dirija desde el exterior el apoyo al levantamiento popular.

Abdah asegura que toda la oposición coincide en que, después de dos meses y medio de sangrienta represión de las protestas prodemocracia, el actual poder en Damasco no puede liderar una transición real.

'Al Asad debe renunciar a sus poderes y dejar paso a una autoridad transitoria de acuerdo a la Constitución, que gobernará por un máximo de un año en el que el pueblo votará una nueva Constitución moderna y celebrará elecciones generales', asegura.

El presidente sirio 'no tiene ninguna legitimidad después de los crímenes contra la humanidad que ha cometido. Es imprescindible reemplazar la dictadura con una democracia que restituya la libertad y la dignidad en Siria'.

Como miles de sirios en el exilio, Abdah se muestra 'más optimista que nunca' y más cerca de su sueño de 'una Siria con igualdad de derechos, donde la autoridad real resida en el pueblo y exista separación de poderes y el imperio de la ley'.

De los trescientos participantes en la conferencia, una cincuentena vienen de Siria. Han estado rodeados de grandes medidas de seguridad y muchos no han salido de sus habitaciones para no ser perseguidos al regresar. El resto, exiliados desde hace años, entienden que su papel ahora es 'intensificar la revolución hasta que logre sus objetivos'. Para ello han creado cinco comisiones. La primera se ocupará de la lucha para perseguir al régimen judicialmente en Europa y los organismos internacionales.

Otra se encargará de las relaciones internacionales, con el objetivo de que la voz de la revolución se escuche en todo el mundo. La comisión logística ayudará a la oposición en el interior a organizar las manifestaciones y sacar la información al exterior a través de internet. Otro grupo elaborará documentales para difundir lo que sucede en Siria y otro se ocupará de recoger donaciones para apoyar a las familias de las víctimas. También han creado una comisión para impulsar la participación de las mujeres en el levantamiento.

Uno de los caballos de batalla de la conferencia, en la que participaban grupos tan distantes como los islamistas Hermanos Musulmanes y el Partido Comunista, ha sido la utilización del término 'laico'. Ante la falta de acuerdo, han optado por la palabra 'cívico', al entender que implica el establecimiento de un Gobierno civil, pero que respete a los sectores más religiosos.

La oposición no se conforma con la caída de Al Asad y exige que tanto él como los miembros de su Gobierno y de las fuerzas armadas sean juzgados y castigados por los crímenes de los últimos dos meses y medio, en los que han muerto más de 1.200 opositores y miles han sido detenidos y torturados.

'Todo el que haya cometido un crimen será sometido a la ley. Si se puede hacerse en Siria, se hará, pero si seguimos sin tener independencia judicial, tendremos que recurrir a la Corte de Justicia Internacional', subraya Abdah a Público.

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