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El Partido Socialista portugués llega vivo a la cita con las urnas

El partido neoliberal PSD de Passos Coelho aventaja al PS de José Sócrates en cinco puntos

THILO SCHÄFER

Un himno de pasos lentos y pesados, más apropiado para una procesión de Semana Santa, anuncia la llegada de José Sócrates al almuerzo-mitin en la legendaria cervecería Trindade, en el barrio del Chiado de Lisboa. El lema que decora el escenario en la sala reza 'Defender Portugal'.

Sin duda, el primer ministro portugués y candidato socialista está a la defensiva porque las cosas no pintan bien ante la cita con las urnas este domingo. El último sondeo de este viernes en el diario portugués Público otorga una ventaja de cinco puntos al neoliberal Partido Socialdemócrata (PSD), que ganaría con el 36,5%, frente al 31,1% de los socialistas.

El primer ministro todavía alberga la esperanza de ganar por la mínima

Pero Sócrates, arropado por los expresidentes socialistas Mário Soares y Jorge Sampaio, aún alberga la esperanza de poder ganar por la mínima y por ello este viernes ya hablaba de futuros pactos. 'Somos el gran partido de centro izquierda, el único que puede hablar tanto con la derecha como con la izquierda', aseguraba el primer ministro, que lleva en el poder desde 2005.

Dada la gravísima crisis económica y financiera que ha obligado a Portugal a pedir el rescate a la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional, parece sorprendente que los socialistas portugueses lleguen al final de la campaña todavía con opciones, aunque remotas, y parece que se pueden salvar de un castigo ejemplar como el que sufrieron sus compañeros españoles hace dos semanas.

'Los votantes quieren castigar al PS, pero no confían en Passos Coelho'

'Tenemos una masa social más fuerte que el PSOE, sobre todo entre las clases medias', explica Antonio Diez Baptista, un dirigente socialista en Lisboa, durante la comida en la cervecería. Algunos analistas tienen otra explicación. 'Los socialistas han creado un sistema de dependencia del Estado, por lo cual muchos funcionarios y empleados públicos les votan', comenta Henrique Raposo, columnista del semanario Expresso.

Sócrates ha apostado durante la campaña por el mensaje de continuidad, destacando su experiencia en el Gobierno como garantía frente a los cambios que se avecinan como contrapartida del rescate financiero que asciende a 78.000 millones de euros.

A pesar de que el PS y el Gobierno se han comprometido a cumplir las recetas dictadas por el FMI y la UE, el tema apenas figuraba en los discursos de la campaña y tampoco este viernes en la Trindade.

Sócrates advirtió a los militantes en la vetusta sala, y a los telespectadores en el resto del país, contra los 'experimentos ideológicos' de un PSD en su versión más liberal. 'Nada de aventuras', subrayó.

El líder del PSD, Pedro Passos Coelho, se ha apuntado claramente a la medicina amarga de la llamada troika UE, BCE y FMI, como la reducción de cuatro puntos en las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, un tema que Sócrates promete renegociar.

El mayor desliz de la derecha fue reabrir el debate sobre el aborto, que fue solucionado en un referéndum hace cuatro años. A diferencia de Sócrates, Passos Coelho habla de 'los sacrificios que el pueblo portugués sabe hacer', pero luego lo suaviza al añadir que 'los que más tienen deben ayudar a los que menos tienen'.

'Los votantes quieren un cambio y castigar al PS y a Sócrates por la crisis. Pero también está claro que no confían del todo en la alternativa que presenta Passos Coelho', comentó en su editorial el Diário de Notícias.

Otro motivo por el que el PS se mantiene claramente por encima del umbral del 30% en las encuestas es el hecho de que la izquierda radical apenas ha aprovechado el descontento con los socialistas. Los comunistas de la CDU y el Bloco de Esquerda, los únicos que se oponen al rescate y exigen una reestructuración de la deuda, suman alrededor del 13% en los sondeos, frente al 17,5% de las elecciones de 2009. 'Para muchos votantes de izquierda desilusionados con Sócrates, la postura de CDU y BE resulta demasiado poco realista', explica Raposo.

La clave del futuro Gobierno puede caer en los democristianos del CDS-PP, liderado por el populista Paulo Portas, que ha lanzado guiños a los socialistas durante la campaña.

'Nada está decidido', concluyó este viernes el editorial de Público, y definió así el objetivo mínimo para el líder socialista: 'Si Sócrates logra más del 30% y se queda a menos de diez puntos del PDS, podría decir dentro del partido que ha defendido el pabellón'.

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