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"El islam es un arma de cambio para las mujeres"

Entrevista a Shahla Sherkat, directora de la revista feminista iraní 'Zenan'

GUILLAUME FOURMONT

En Irán, las mujeres son legalmente ciudadanos de segunda. En los tribunales, su testimonio vale la mitad que el de un hombre. No pueden ser jueces. Tienen menos derechos en caso de divorcio. Deben tener el permiso de su marido para trabajar. Porque así lo prescribe el islam, aseguran las autoridades. Paradoja de la revolución islámica de 1979 que proclamaba la igualdad entre hombres y mujeres. Y el poder se quedó en manos de los hombres; de los 290 diputados con los que cuenta el Parlamento iraní, 12 son mujeres.

Shahla Sherkat decidió denunciar esa situación. Fundó en 1991 la revista Zanan (mujer, en farsí), publicación que se atreve a tratar de temas tabúes: el sexo, la violación, el divorcio, la igualdad. Con la cabeza cubierta, Sherhat apoya sus reflexiones con el islam: 'La base de la discriminación es la sociedad patriarcal', dice. La periodista iraní ha pronunciado una
una conferencia en Madrid, organizada por la Casa Árabe, sobre los movimientos feministas en su país.

En los últimos meses, las autoridades han detenido a activistas y reforzado la discriminación contra las mujeres. ¿Cómo reacciona?

El problema del Gobierno es su ideología. Considera
que la mujer debe quedarse en casa. Su principal preocupación es que pongamos en riesgo la estabilidad de la familia. Por ejemplo, uno de los proyectos del Gobierno es limitar la presencia de mujeres en la universidad [son ahora el 65% de los universitarios]. Quieren imponer cuotas de 50% hombres y 50% mujeres. Una de las consecuencias es que una mujer con buenas notas de acceso puede ver cerradas las puertas de la universidad y renunciar a sus proyectos personales y profesionales.

¿Cuál es la base de esa discriminación? ¿El islam?

La base de la discriminación es la sociedad patriarcal
que domina en todo, desde arriba hasta abajo. El patriarcado se impone hasta en núcleos tan pequeños como la familia.

¿Considera entonces que el islam puede ser un arma de cambio para las mujeres?

Sí. El islam puede interpretarse de diferentes maneras. La religión debe adaptarse a nuestros tiempos y no al revés; no se debe cambiar nuestra manera de vivir por los preceptos del islam.

¿Y de qué medios dispone?

La prensa. En Zanan, criticamos las medidas que el Gobierno está tomando; organizamos reuniones, ruedas de prensa. Pensamos en la mejor manera posible para enfrentarnos a esas medidas. También hay manifestaciones en la calle para exigir nuestros derechos.

Pero el clero ¿está dispuesto a escuchar? ¿Cuál es su estado de ánimo actual?

Existe un movimiento
reformista entre los clérigos. Tienen la capacidad de evolucionar, cambiar. No se debe olvidar que ellos tienen mujer e hijas. Ellas tienen sus reivindicaciones y se las transmiten.

¿El Gobierno de Mahmud Ahmadineyad se está equivocando?

No es una cuestión de que sea tal o tal Gobierno. Debe haber una solución para la sociedad, una solución general para todos los países en los que se plantea el problema.

¿Existe una voluntad real de cambios entre la mayoría de las iraníes?

El compromiso vino primero de las intelectuales, pero el problema existe y es el mismo para todas las iraníes. En algunos pueblos, la familia de un asesino debe regalar una mujer a la familia de la víctima para reconciliarlas.

¿Es optimista para el futuro, a pesar de la represión?


¡Claro! Soy optimista, porque sino habría que cavar ya una tumba.   

El libro ‘Persépolis', de Marjan Satrapi, está prohibido en Irán. ¿Qué opina de su trabajo?

Se habla mucho de ella en Teherán, aunque no la conozco y no leí el libro.

¿Se considera feminista?

Si el feminismo es la lucha para superar las discriminaciones que existen entre hombres y mujeres; entonces sí, soy feminista. 

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