Público
Público

El régimen sirio causa una matanza para aplastar las revueltas antes del ramadán

Los tanques entran en la ciudad de Hama matando a un centenar de civiles en víspera del comienzo de la fiesta

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Un día antes del comienzo del ramadán, el mes sagrado de los musulmanes, el régimen sirio intentó aplastar con enorme brutalidad los focos de protesta en diversos lugares del país causando 136 muertos, según la Organización Nacional de Derechos Humanos, un grupo de activivistas sirios.

Los tanques que durante el último mes sitiaron la ciudad de Hama entraron en esta urbe de 700.000 habitantes situada al norte de Damasco y, con el apoyo de otras fuerzas de seguridad, mataron a un centenar civiles, según cifras facilitadas por activistas y personal sanitario de los tres principales hospitales de Hama. El dato no se pudo verificar con fuentes independientes puesto que el Gobierno sirio no permite la entrada de periodistas extranjeros. El número de heridos se contaba por centenares y colapsó los hospitales locales.

La operación con la que se pretendía aplastar la revuelta en esa ciudad se inició de madrugada y se prolongó durante toda la jornada.

El agregado cultural de la Embajada de Estados Unidos en Damasco, J. J. Harder, calificó la operación de “acto desesperado” del Gobierno y añadió que el presidente Bashar al Asad “ha desencadenado una guerra total contra su pueblo”. También dijo que “las únicas bandas armadas que existen [en Siria] pertenecen al Gobierno”, según informó el servicio en árabe de la BBC.

El Gobierno francés también condenó la nueva jornada de represión e instó al Consejo de Seguridad de la ONU a condenar de forma “fuerte y clara” la violencia del régimen contra el pueblo.

Las fuerzas de seguridad desmantelaron las barricadas que la población había levantado durante el último mes en previsión de una invasión y los tanques tomaron varios barrios de Hama. Algunos activistas dijeron que los blindados disparaban a discreción cada 15 segundos, que los militares usaban ametralladoras y que en las calles había cadáveres que no podían recogerse. Además, las autoridades cortaron el suministro de agua y electricidad, como ha venido ocurriendo en otras ocasiones.

Hama tiene una gran valor simbólico puesto que en 1982 el Ejército de Hafez al Asad, el difunto padre del actual presidente, destruyó una parte del casco antiguo para acabar con una rebelión islamista de los Hermanos Musulmanes en la que al menos murieron 10.000 civiles.

Aparentemente el régimen quiere dar una lección a los manifestantes en el sentido de que no va a tolerar más las protestas que han tenido lugar desde mediados de marzo. Está previsto que hoy se inicie el mes de ramadán en Siria y el Gobierno teme que la gente lo aproveche para expresar con más determinación su oposición al régimen.

Por el contrario, un comunicado oficial de las autoridades dijo que “grupos armados” no identificados habían matado a dos miembros de las fuerzas de seguridad en Hama y atacaban a los militares y a los civiles que osaban salir a las calles. El comunicado también hacia referencia a que francotiradores anónimos estaban apostados en los tejados y disparaban contra la gente.

Pese a haber sufrido un enorme desgaste en los últimos meses, el régimen está soportando sin fisuras los acontecimientos y a día de hoy no se sabe qué dirección se tomará durante la fiesta del ramadán. La cohesión del régimen ha resistido numerosas pruebas en parte porque cuenta con el apoyo de una gran parte de la población, tal vez la mayoría, que teme que lo que pueda ocurrir si cae Asad sea mucho peor que la situación actual.Existe un riesgo manifiesto de que se desencadene una guerra civil, una posibilidad que extrañamente no parecen considerar EEUU y otros gobiernos occidentales.

La represión de las protestas no se circunscribió a Hama. En Deir al Zor, al este del país, murieron al menos once civiles durante las jornadas del sábado y el domingo. Los tanques también entraron en esa ciudad y las fuerzas de seguridad reprimieron a los manifestantes e irrumpieron en las casas practicando numerosas detenciones.

Las autoridades indicaron que “bandas armadas” estaban atacando a los civiles, pero los activistas señalaron que la población se limitó a colocar barreras en algunos accesos a Deir al Zor, que fueron destruidas por los tanques. Según la agencia oficial SANA, tres militares fueron abatidos en esa localidad.

En el sur del país, en Al Hirak, al nordeste de Derá, las fuerzas de seguridad entraron en numerosas viviendas para practicar detenciones y mataron al menos a cuatro personas, según indicaron activistas sirios.

Por su parte, el Gobierno de Asad dijo que al menos cinco militares fueron abatidos por bandas armadas. Se estima, que en conjunto, desde marzo han muerto más de 1.500 civiles y 350 agentes o soldados en todo el país.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias de Internacional