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Cameron pasa al contraataque para sofocar las revueltas con mano dura

El primer ministro británico culpa a los padres de crear una 'sociedad enferma' por su 'falta de responsabilidad'

DAVID BOLLERO

El despliegue de 16.000 agentes de policía, que volvió a repetirse anoche, surtió efecto y la madrugada del miércoles transcurrió con relativa calma en Londres. Sin embargo, no sucedió lo mismo en el resto del país, donde la violencia se recrudeció con especial incidencia en Liverpool, Manchester y Birmingham, donde se han producido tres nuevas víctimas mortales, elevando a cinco los muertos desde que la Policía matara al joven Mark Duggan el pasado día 4.

Ante esta situación, el discurso del primer ministro británico, David Cameron, se ha endurecido aún más, tratando de no dejar el menor resquicio a la duda: 'Haremos todo cuanto sea necesario para restablecer el orden. Necesitábamos un contraataque y ya está en marcha'. La ministra de Interior, Theresa May, ha dado órdenes expresas a la Policía de que emprenda acciones más contundentes.

Se autoriza a la Policía a emplear, si lo consideran, el uso de cañones de agua

Como resultado, y precediendo a su comparecencia de hoy ante el Parlamento en sesión extraordinaria, el primer ministro quiso dar un golpe de autoridad y tras reunirse con el Comité Cobra, el gabinete de crisis, anunció un notable endurecimiento de las medidas para atajar la violencia, encabezadas por la autorización del uso de cañones de agua si la Policía lo considera oportuno, algo que no sucede desde los disturbios de Irlanda del Norte.

En cuanto a la publicación de fotografías de sospechosos en internet para su identificación ciudadana, Cameron fue tajante al afirmar que se redoblarán los esfuerzos sin dejar que 'falsas preocupaciones sobre derechos humanos' lo impidan. De hecho, el líder conservador confirmó que ya se han producido detenciones por esta vía.

A pesar de que en Londres se respira una calma tensa, la violencia se ha extendido prácticamente por todos puntos cardinales de Inglaterra, con mayor crudeza al oeste. Así, en Birmingham la Policía investiga la muerte de tres musulmanes de origen asiático y de nacionalidad británica atropellados durante las revueltas. El coche ha sido inmovilizado y se ha detenido a un sospechoso. Según fuentes próximas a los fallecidos, las víctimas formaban parte de un grupo de ciudadanos de origen asiático que protegían sus bienes de los saqueos.

Otras tres muertes, en Birmingham, elevan a cinco el total de fallecidos

En Gloucester, un incendio en un edificio en ruinas requirió la intervención de hasta ocho unidades de bomberos y en West Bromwich y Wolverhampton también se registraron episodios violentos.

En Manchester, al norte, grupos de encapuchados continuaron con los actos vandálicos, los saqueos y los enfrentamientos directos con la Policía. Gary Shewan, subcomisario del suburbio de Salford, aseguró que 'la Policía de Manchester ha tenido que enfrentarse a una violencia extrema de grupos de delincuentes', y proclamó: 'Son los peores actos criminales que he visto jamás'.

Entretanto, en Liverpool el distrito de Toxteth se llevó la peor parte, con más de 200 jóvenes saqueando los comercios e, incluso, atacando a los bomberos que operaban por la zona. Y en Nottingham los violentos llegaron a incendiar una comisaría. En el centro del país, los disturbios también alcanzaron a ciudades como Leicester y Milton Keynes.

Ante este panorama en el país, Cameron afirmó: 'Hemos visto lo peor de Gran Bretaña, pero también lo mejor', en referencia a los millones de personas que apoyaron a la Policía en redes como Facebook y a las operaciones espontáneas de limpieza promovidas a través de Twitter.

Sin embargo, el líder conservador no dudó en reconocer: 'Una parte de nuestra sociedad está enferma' porque 'cuando vemos a un niño de 12 o 13 años saquear y reírse, algo malo pasa en nuestra sociedad'. Y es que entre las cerca de un millar de detenciones realizadas desde que arrancaran las revueltas el pasado sábado en Tottenham y las 171 personas procesadas, fuentes policiales han confirmado el arresto de un niño de 11 años de edad.

Cameron culpó a los padres de los vándalos por su 'falta de responsabilidad' en su educación y apeló a 'un código de valores más claro que obligue a la gente a cumplirlo y tenga mayores penas si se pasan de la raya'.

En ese sentido, el Gobierno continua negando cualquier relación de las revueltas con sus recortes sociales, pero el hecho de que los mayores puntos conflictivos, como Hackney, vengan acompañados por las mayores tasas de desempleo, criminalidad y dependencia de los subsidios estatales sugieren cierta correlación. Sólo en esta localidad, 11.000 personas dependen de las ayudas estatales para subsistir.

La brecha entre ricos y pobres en Reino Unido supera a la de las tres cuartas partes de los países de la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico). En el país hay más desigualdad social que en estados como Grecia, Polonia o Estonia, que también están por debajo de la media de esta organización.

Además, otro informe de la OCDE del pasado mes de marzo subraya la necesidad de acometer reformas para mejorar la educación, sobre todo entre los grupos más desfavorecidos. En esta línea de recortes presupuestarios, el alcalde de Londres, Boris Johnson, vio cómo su petición para dar marcha atrás a los que afectan a la Policía se topaba con el muro del Comité Cobra.

Cameron aseguró que la Policía británica cuenta con todo lo que necesita, y que los ayuntamientos 'siempre quieren más dinero', siendo misión del Gobierno 'asegurarse de que tienen lo que precisan y de que sacan el máximo partido de lo que tienen'.

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