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Los rebeldes dan un ultimátum a los últimos combatientes de Gadafi

El CNT exige a las tropas leales al dictador libio en el bastión de Sirte que se rindan antes del próximo sábado

MAYTE CARRASCO

Sirte tiene cuatro días para rendirse. Los rebeldes no quieren derramar más sangre en un conflicto que se ha cobrado 50.000 víctimas y pretenden que la ciudad, clave para la victoria final, capitule por las buenas antes del sábado para no tener que entrar con las armas por delante.

'Para ahorrar sangre hay que verter sangre ', advertía ayer amenazante Alí Tarjhouni, viceprimer ministro del Consejo Nacional de Transición (CNT), presionando a los líderes del bastión de Muamar Gadafi para que abandonen el desafío.

El Consejo confía en que se llegue a un acuerdo con las tribus locales antes de que venza el ultimátum, porque en la ciudad natal de Gadafi viven 75.000 habitantes, la mayoría acérrimos al régimen durante estos últimos 42 años de dictadura.

El Consejo rebelde comienza a organizarse poco a poco y los ministros quieren mostrar a toda prisa que se encuentran manos a la obra en la tarea de gobernar el país.

'Las tropas de Gadafi han sido vencidas en Trípoli y hemos expulsado a la quinta columna de soldados del régimen', anunció Ahmed Darrat, responsable de la cartera de Interior, en una rueda de prensa rodeado de policías en la que anunció que se ha creado un equipo para restablecer la seguridad en la capital.

'Se ha hecho un llamamiento a todos los agentes para que retomen los puestos de trabajo y la respuesta ha sido grande', aseguró.

Ayer, las comisarías comenzaron a funcionar con normalidad, con policías vestidos camisa azul claro que intentaban poner orden entre las decenas de detenidos que albergan en sus cárceles.

En una de ellas pidieron a la prensa no desvelar el nombre del centro se encontraba Rahma Saalef, de 31 años, una de los miembros de la Guardia Nacional de Gadafi desde 2005, natural de Sebha y madre de un niño de 5 años.

Un guardaespaldas capturado asegura que Gadafi ha huido al sur del país

'Estaba empuñando un arma cuando me arrestaron ', confesó entre lágrimas al comisario que la interrogaba. Rahma, que es enfermera, llevaba un Kalashnikov en la mano cuando una turba de 15 personas se avalanzó sobre ella con la intención de agredirla, según su versión. 'Lo único que pretendía era cambiar mi arma por gasolina para poder llegar hasta mi ciudad', se justificaba entre lágrimas.

Rahma aseguró que no conoce a los Gadafi personalmente, que se limitaba a recibir órdenes una vez al mes y que le dieron un arma para defenderse.

Según los responsables de la comisaría, las personas que no hayan cometido crímenes de sangre quedarán en libertad, bajo la custodia de sus padres. Los que hayan matado irán a prisión, señalaron.

Hoy se celebra en Libia el Eid al Fitr, la fiesta que marca el final del ramadán. Se prevé que sea un día festivo y tranquilo en una ciudad que ha retomado la normalidad a una velocidad sorprendente.

El nuevo Gobierno estima que el conflicto ya se ha cobrado 50.000 vidas

Los atascos habituales han regresado al centro y las calles mostraban el ajetreo de costumbre, aunque con largas colas en las gasolineras, que han recibido nuevos suministros de combustible, y en los supermercados.

Los tripolitanos se agolpaban también en las puertas de los bancos, porque en los últimos días ha habido un déficit de dinero en efectivo. Los funcionarios y el personal de los hoteles comienzan a regresar a sus puestos de trabajo sin saber muy bien cómo cobraran el sueldo de este mes.

Ayer se supo que Aisha Gadafi ha dado a luz un bebé en Argelia, país de acogida de la mujer de Gadafi y tres de sus hijos, mientras que el Consejo rebelde dice saber dónde está el coronel. 'Tenemos una idea de dónde está Gadafi y lo vamos a capturar con total seguridad', dijo Tarjhouni.

Según el testimonio de un guardaespaldas de Jamis, el hijo de Gadafi que los rebeldes afirman haber dado muerte el pasado sábado, el dictador libio habría estado en Trípoli hasta el pasado viernes antes de huir rumbo al sur.

El Consejo Nacional de Transición está convencido de capturar al dictador

Se especulaba con la idea de que se escondiera en Sebha, a 800 km al sur de Trípoli, una localidad en mitad del desierto y tradicionalmente leal al régimen.

Sin embargo, el lunes, la agencia italiana Ansa aseguraba que estaba sólo a 100 km al sureste de Trípoli. La semana pasada, el Consejo puso precio a su cabeza, un millón de euros para quien lograra capturarle.

Sobre las represalias y venganzas que se han dado en los últimos días, Darrat, el ministro de Interior de los rebeldes, que es juez de profesión, dijo que han hecho llamamientos para evitar que la población se tome la justicia por su mano.

'Condenamos todos los actos de revancha y hay que saber que nosotros no los hemos ordenado. Nuestro objetivo es hacer cumplir la ley, y eso vale para todos', puntualizó Darrat.

El Gobierno rebelde tiene previsto trasladarse a Trípoli en los próximos días. 'Nuestro presidente, Yibril, viajaría muy pronto a la capital', anunció.

Aunque todavía queda mucho por resolver en el plano militar, como la batalla de Sirte, si tiene lugar, y encontrar a Gadafi, que según la OTAN continúa dando órdenes desde el lugar secreto en el que se esconde.

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