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Berlusconi es juzgado por prostitución de menores

Las juezas de Milán rechazan la última maniobra dilatoria de los abogados

DANIEL DEL PINO

Un 'no' seco y rotundo. Las tres juezas del Tribunal de Milán encargadas de juzgar a Silvio Berlusconi por el caso Ruby, en el que el primer ministro italiano está imputado por abuso de poder y prostitución de menores, rechazaron ayer la enésima maniobra de los abogados de Il Cavaliere, Niccolò Ghedini y Piero Longo, para frenar el proceso.

Los letrados solicitaron la suspensión del juicio hasta que el Constitucional se pronuncie sobre el conflicto de atribuciones presentado el 5 de abril. Aquel día, en una polémica votación en el Parlamento, la coalición de Gobierno consiguió hacer valer la rocambolesca tesis de la defensa de Berlusconi por la que la competencia del caso le correspondería al Tribunal de Ministros, corte que se encarga de juzgar a los parlamentarios que cometan algún delito en el ejercicio de su cargo.

El primer ministro es también acusado de abuso de poder en el caso 'Ruby'

'Las hipótesis para suspender un proceso están contempladas taxativamente en la legislación y el tribunal está sólo sujeto a la Ley y no a otras consideraciones externas', sentenciaron tras cinco horas de deliberación las magistradas Carmen D'Elia, Giulia Turri y Orsola de Cristofaro. Consideraciones externas como el 'respeto al Constitucional' que habían invocado los abogados de Berlusconi.

La clave está en la noche del 27 de mayo de 2010, cuando Il Cavaliere ordenó a los funcionarios de una comisaría de Milán la liberación de la joven marroquí Karima el Mahroug, alias Ruby Robacorazones, que estaba detenida por el supuesto robo de 3.000 euros.

Según Ghedini y Longo, Berlusconi estaba convencido de que Ruby era nieta del presidente egipcio, Hosni Mubarak, y obligó a los oficiales a saltarse todo el procedimiento legal para evitar un conflicto diplomático con Egipto.

La Fiscalía desmontó la alegación de que creía que era una nieta de Mubarak

Sin embargo, la Fiscalía de Milán, tras una investigación exhaustiva plagada de testimonios y de pinchazos telefónicos recogidos en más de 700 páginas, concluyó que Berlusconi abusó de su cargo, al pedir que dejaran en libertad a Ruby, para ocultar que mantuvo relaciones sexuales a cambio de dinero con ella en su mansión de Arcore cuando la joven aún era menor de edad.

La gravedad de esas acusaciones llevaron a un proceso por la vía rápida. Pero los fiscales descubrieron además la red de prostitución que el director de informativos Emilio Fede, el cazatalentos televisivo Lele Mora, y la secretaria regional del Pueblo de la Libertad, Nicole Minetti, pusieron a disposición de Berlusconi en sus fiestas de Arcore.

En total, 33 mujeres a las que el primer ministro pagaba con miles de euros, automóviles, operaciones de cirugía estética, puestos de trabajo en la TV y apartamentos en un complejo inmobiliario de su propiedad, Milano II.

El proceso contra los tres por inducción y explotación de la prostitución se inició ayer en paralelo al de Berlusconi. Sólo dos jóvenes se han constituido como parte lesa, pero el juicio promete sorpresas devastadoras para el premier: ayer los abogados de Minetti acusaron a Gianpaolo Tarantini de ser el cerebro de la red de prostitución de Arcore. Tarantini es el empresario acusado de proxenetismo en otra investigación de la Fiscalía de Bari sobre las fiestas de Il Cavaliere y a quien el primer ministro pagó 800.000 euros presuntamente a cambio de mentir en su declaración.

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