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Cómo están sufriendo los socios europeos los rigores de la disciplina presupuestaria

ANA FLORES / DAVID BOLLERO / YIANNIS MANTAS / MARIO DUJISIN / ANDRÉS PÉREZ / DANIEL DEL PINO / PATRICIA BAELO

España: El camino que allanó la izquierda

Aquel fin de semana de mayo de 2010 en que la zona del euro decidió probar por primera vez la alerta del inminente abismo, pasará a la historia del Viejo Continente, de España, pero también a la del socialismo español. José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno, mutaba a base de llamadas en un político distinto. “Me cueste lo que me cueste”, dijo, al anunciar que iba a seguir los mandamientos que le imponían los mercados y acometer un ajuste de15.000 millones de euros en el gasto público que tocaba con dureza el gasto social.

Pero incluso aquella rebaja de las pensiones, teniendo en cuenta que el Gobierno socialista había subido las mínimas más del doble que José María Aznar, habría sido explicable al electorado. Incluso el recorte del 5% de media en el salario de los funcionarios podía haberse asumido, teniendo en cuenta que en cierto modo lo que hacía era dar marcha atrás al empeño en subirlos meses antes, ya con la crisis muy encima, de la entonces vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.

Las reformas de Zapatero tuvieron nulos efectos en en el desempleo

Incluso la subida del IVA, a pesar de la cual España se mantiene en niveles bajos respecto a la mayoría de países, pareció asumirse con el ritmo habitual: adelanto del consumo antes de que entrase en vigor la subida, ralentización en el trimestre siguiente y tendencia a la recuperación.

Fueron las reformas y sus nulos efectos, en un país con cinco millones de desempleados donde se ha recortado un 35% la inversión en obra pública, la gota malaya que terminó de abocar al país a una mayoría absoluta de la derecha, a la que se dibuja afilando la tijera, como ya está haciendo en las CCAA donde gobierna, y que se muestra sabedora de la agitación social que va a provocar su Gobierno.Zapatero abarató y flexibilizó el despido y eso no logró el prometido fin de la dualidad de contratos de trabajo entre temporales y definidos. Al contrario.

El despido barato no ha eliminado la dualidad de contratos

España siguió destruyendo empleo. El objetivo además perdió credibilidad cuando se eliminó sine díe el límite de las empresas para encadenar contratos temporales. Ahora el Gobierno de Mariano Rajoy ya escucha a la patronal hablar de un despido con indemnización de 12 días. El siguiente campo de batalla fue la negociación colectiva. El objetivo último es que los convenios se ciñan al ámbito de la empresa, “una locura ideológica” en general, según Alejandro Cercas, eurodiputado socialista, pero especialmente “en un país de pymes como España, donde significará dejar solos a los trabajadores frente al empresario con el riesgo de volver a situaciones del siglo XIX”.

Y un recorte de salarios en la esfera pública que ahora se exige que se replique en la empresa privada. José Javier Cubillo, secretario de Organización de UGT, alerta de los planteamientos sobre el mercado laboral del Banco de España. “La idea es que, como no se puede hacer una devaluación de la moneda” para ser más barato de cara al exterio, “se logre esa devaluación de forma interna a través del mercado de trabajo”.

Ahora se exige que la bajada de salarios públicos se traslade a la esfera privada

La reforma de las pensiones fue el siguiente cambio estructural al que se dijo que obligaban los mercados. Por ella, “en España ya se han perdido importantes derechos, como el de recibir el 100% de la pensión, porque los jovenes de hoy no van a poder cotizar de forma continuada durante 35 años”, comenta Alberto Montero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga.

Y todo esto sin contar con los drásticos recortes que están acometiendo las CCAA. Aumento de horas lectivas de profesores y de jornadas de personal de la sanidad que mandan al paro a miles de interinos, menos camas, menos consultas, parados de larga duración a los que se bloquea la tarjeta sanitaria, recortes en el presupuesto de universidades, hospitales abandonados sin acabar... De dónde se recorte es lo de menos, ha dicho la vicepresidenta económica, Elena Salgado, con tal de que las CCAA cumplan con el reto de gastar este año 16.000 millones menos que en 2010.

Irlanda es el alumno más aventajado de los países rescatados por la UE y el FMI. Un año después, la troika certifica los progresos del país para cumplir con los términos del rescate de 85.000 millones de euros que marcan como prioridad la reducción del déficit al 3% para 2015. En enero de 2012 verá el cuarto tramo del rescate (8.500 millones) y un día antes de la cumbre en Bruselas, la Comisión Europea autorizó a Irlanda a seguir avalando las emisiones de deuda de sus bancos hasta junio de 2012 (es la sexta prórroga concedida desde finales de 2009), al considerar que existe compatibilidad con las normas de la UE.

Precisamente, la banca está en el origen de la crisis irlandesa. Sus orígenes se remontan a 2008, cuando se convirtió en el primer país de la eurozona en entrar en recesión a causa del estallido de su burbuja inmobiliaria. Entonces nacionalizó el Anglo Irish Bank e inyectó 5.500 millones en sus tres bancos principales, lo que le obligó ya en 2009 a introducir en el Presupuesto para el año siguiente ajustes por 4.000 millones.

2010 vendría marcado por las sucesivas rebajas del rating irlandés por parte de Standard & Poor’s, Fitch y Moody’s. Tras sucesivas negativas a la necesidad del rescate, a mediados de noviembre la prima de riesgo se disparó hasta los 575 puntos básicos. Tras conocerse que la UE y el FMI aportarían 85.000 millones de euros, Fitch dejó la deuda irlandesa al borde del bono basura. El 15 de diciembre Irlanda aprobó su plan de rescate y dos días después Moody’s rebajó cinco escalones de golpe la nota de su deuda.

Ahora, tras la buena noticia de que un error contable rebaja la deuda del país en 3.600 millones de euros, el nuevo Gobierno de coalición entre conservadores y laboristas acaba de presentar sus Presupuestos Generales para 2012. El objetivo es ahorrar 3.800 millones de euros, con la reducción del gasto público en 1.400 millones –que se suman a los 755 millones que ya pensaba recortar en infraestructuras– y el aumento de los ingresos por la vía de los impuestos indirectos. 

Entre sus medidas más polémicas, el despido de 23.500 funcionarios en cuatro años, subida del IVA al 23%, subidas de tasas (circulación y emisión de gases contaminantes), recortes significativos en sanidad y educación y el mantenimiento del Impuesto de Sociedades en el 12,5%. Su objetivo es reducir el déficit hasta el 8,6% del PIB para 2012. Bruselas prevé que este año y en 2012 la economía irlandesa crezca un 1,1%, lejos del 1,6% que espera Dublín.

Grecia vive una tragedia al estilo de las clásicas con una cadena de ajustes, que arrancan justo tras las elecciones del noviembre de 2009. Nada más llegar al poder, los socialistas de Yorgos Papandreu desvelaron que el déficit estatal era muy superior a lo anunciado por el anterior Gobierno conservador, y que le sirvió para poder entrar en el club del euro. Para tranquilizar a los mercados, el Gobierno tomó en enero de 2010 las primeras medidas de austeridad, con congelación de salarios en el sector público, tijeretazos de un 10% de los subsidios y recortes en el importe por las horas extra. La reacción fue la huelga general de los empleados públicos, en febrero, la primera de un rosario de protestas con la que los ciudadanos helenos han venido mostrando su rechazo a los continuos ajustes.

Los ciudadanos han protestado en la calle por los continuos ajustes

La posibilidad de una suspensión de pagos siguió amenazando las arcas griegas, de modo que en marzo de 2010 el Ejecutivo da una primera vuelta de tuerca a los ajustes: recorta salarios en un 7%, pagas extras en 30%, los subsidios en 12% y aumenta el IVA de 19% al 21%. El rechazo se expresó con dos huelgas generales, aunque los mercados no vieron con simpatías las reformas, aunque, una tras otra, las agencias de calificación fueron rebajando el rating de la deuda griega.

Como resultado de su crítica situación financiera, Grecia se dirigió a UE y BCE, que, en conexión con el FMI, planearon un plan de rescate de unos 110.000 millones de euros. Los requisitos para que el país heleno pudiera obtener estos recursos se incluyeron en el tercer paquete de ajustes (el mayo de 2010), que incluyó nuevos recortes salariales, subida de impuestos y del valor objetivo de los inmuebles, otro alza del IVA al 23%, reformas en los convenios generales con rebajas en el salario mínimo y elevación de la edad de jubilación para las mujeres a los 65 años.

Al anuncio del plan le siguió una violenta protesta en el centro de Atenas, que se convirtió en un campo de batalla, donde tres personas resultaron muertas. El descontento de la calle se expresó con el crecimiento del movimiento de los indignados, que hicieron de la plaza Syntagama, donde tiene su sede el Parlamento, su centro de reunión.

En junio pasado, bajo fuertísimas y violentas protestas, el Gobierno aprobó el Plan de Medio Plazo, para tener aceso a un segundo plan de rescate, con más subidas de impuestos, la retirada de funcionarios, y un programa de privatizaciones. La UE y el FMI consideraron insuficiente ese programa, que se endureció este otoño, con un ajuste que incidió sobre todo en los empleados público.A pesar de los ajuste, la presión de los mercados forzó la formación de un gobierno de unidad dirigido por el tecnócrata Lukas Papadimos.

Pero todos los ajustes no han servido para rebajar la tasa de paro del 18%, ni para facilitar la salida de la recesión (el PIB heleno caerá este año un 5,5%), ni para proporcionar a los griegos perspectivas prometedoras sobre su futuro. 

Los recortes extremos que Portugal ha puesto en práctica, impuestos por el plan de rescate europeo (facilitar despidos, cortar salarios, aumentar el horario laboral, suprimir las pagas extras, subir los impuestos y eliminar días de fiesta), han comenzado a producir efectos perversos en la debilitada economía nacional, que registró la caída más significativa de la UE en el tercer trimestre de este año: un 1,7% en tasa interanual, frente a un crecimiento medio europeo del 1,4%. Bruselas prevé que el PIB luso caiga un 1,9% este año, y un 3% en 2012.

El PIB luso caerá este año un 1,9%, y en 2012 un 3%, según prevé Bruselas

El cierre de empresas y la caída del PIB confirman la marcha negativa de la economía. En 2012, se vaticinan efectos devastadores con un desempleo del 13%. La salud de las finanzas públicas ha comenzado a mejorar, pero la economía ya da muestras de una preocupante sangría, con una población sujeta a condiciones espartanas, que perderá 20% de su poder de compra. Una emigración masiva hacia Brasil es la muestra de los recelos de los ciudadanos por un futuro incierto. En seis meses, 52.132 portugueses han emigrado al gigante suramericano, un flujo comparable al de la década de los años cincuenta y sólo superado históricamente en el siglo XVIII, cuando el Marqués de Pombal envió 850.000 portugueses a poblar el Brasil.

La OCDE sostiene que Portugal continúa presentando una de las mayores desigualdades del mundo industrializado y lo confirma como el más injusto de Europa.

Los planes de ajuste anunciados por el Gobierno francés en mayo y septiembre sufren una profunda esquizofrenia. De cara al futuro, de 2013 y a 2016, prometen recortes drásticos y austeridad dura, del orden de los 45.000 millones de euros. Pero eso es teoría, porque Francia tendrá elecciones presidenciales y legislativas en 2012 donde, según todos los sondeos, el actual presidente, Nicolas Sarkozy, y su actual mayoría conservadora saltarán por los aires. Así que, a día de hoy, los dos planes son otra cosa: apenas recortes de 18.000 millones en dos años, 2011 y 2012. Y además ese recorte va acoplado con todo lo contrario a la austeridad: un plan de “inversiones de futuro” que representan 35.000 millones de deuda nueva suplementaria, vía el “gran empréstito”.

 Sarkozy proclama austeridad y, a la vez, grandes inversiones

El ajuste a la francesa tiene una particularidad. Sarkozy lo ha logrado renegando de buena parte de las que fueron sus promesas liberalizadoras de exenciones fiscales a rentas altas y grandes empresas. Pero suponen poco en realidad en los 18.000 millones de ahorro. La parte del león la pagarán los hogares, vía, por ejemplo, el aumento del tipo reducido de IVA, y los futuros jubilados, por la aceleración en el recorte del sistema de pensiones públicas.

El presidente necesita conservar la triple A, amenazada desde hace meses; pero necesita tanto o más ganar las elecciones. Y, en un país como Francia, eso sólo se logra convenciendo a los ciudadanos de que no están pagando el pato.

Las diferentes medidas de ajuste adoptadas por los gobierno italianos desde mayo de 2010 suman 182.900 millones de euros. El último plan aprobado por el neonato Gobierno técnico de Mario Monti, de 30.000 millones, costará a cada familia italianas 480 euros al año por el aumento del IVA, la reintroducción del impuesto sobre la primera casa, o la subida de gasolina y gasóleo. Si a esto se le suma la congelación del 70% de las pensiones o el aumento de la edad de jubilación desde enero, el panorama para el ciudadano medio se presenta sombrío. No es casualidad que Cáritas alertara en octubre de que 8,3 millones de italianos viven en el umbral de la pobreza (13,8 % de la población).

Lo más preocupante es que los tecnócratas, repitiendo los errores de Silvio Berlusconi, no han introducido ni una sola reforma que favorezca el crecimiento económico. La presión fiscal es del 46%, la producción volvió a caer en noviembre y, con una deuda pública de 1,9 billones de euros, el resultado es previsible: Italia entrará en recesión en 2012 según la OCDE, y el Banco de Italia cree que la inflación podría superar el 3%.

 Las medidas de ajuste de Berlusconi y de Monti suman 183.000 millones

Lo de Monti ha sido sólo la punta del iceberg de unos recortes sociales salvajes que empezaron en mayo de 2010 con un ajuste de 24.900 millones de euros concentrados en la cultura, la sanidad pública, la educación, la investigación, la ayuda al desarrollo, los jubilados y los entes locales. En julio, la presión de los mercados obligó a Berlusconi a sacar adelante en menos de una semana recortes por 74.000 millones, y en septiembre, como la cosa no mejoraba, cayeron otros 54.000 millones. Il Cavaliere seguía presumiendo de lo bien que se vive en Italia. Sobre todo cuando se está entre el 10% de la población que acumula el 90% de la riqueza del país.

Desde abril de 2008 ha habido cinco huelgas generales. Este lunes, los sindicatos volverán a pararse durante tres horas esperando una respuesta del Gobierno. La situación es insostenible y, si Monti no empieza a castigar a los ricos, la revuelta social no es descartable.

Los expertos temen el ajuste en el mercado laboral germano

En junio de 2010, en plena tormenta por la crisis de la deuda griega, Alemania presentó el ajuste más severo de su historia desde la Segunda Guerra Mundial: 80.000 millones (el 3,32% de su PIB) hasta 2016, a través de la reducción en gasto social. Recortes en número de funcionarios y salarios públicos, cuotas por desempleo, y ayudas a la paternidad son algunos de los puntos más controvertidos de las medidas de la coalición cristianodemócrata y liberal de Angela Merkel.

El tijeretazo fue duramente criticado por sindicatos y oposición. Según el líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, “Mamá [Merkel] ha metido en el programa de ropa delicada de la lavadora a ricos y demás clientela liberal, y ha dejado el centrifugado para los desempleados, familias y municipios”. Según expertos y analistas, el ajuste pone en peligro a largo plazo el buen desarrollo del mercado laboral y el crecimiento económico en general.

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