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Damasco intensifica la represión ante la llegada de los observadores

El régimen sirio mata a 23 personas justo antes de la llegada de la misión de la Liga Árabe

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Los tanques volvieron ayer a abrir fuego en zonas habitadas en Siria, poco antes de la llegada al país de un contingente de observadores de la Liga Árabe con la misión de verificar que las Fuerzas de Seguridad no están cometiendo crímenes de guerra. Al menos 23 personas murieron en el centro del país.

El secretario general de la organización árabe, Nabil al Arabi, manifestó que los obser-vadores necesitarán una semana para comprobar si el régimen del presidente Bashar al Asad está dispuesto a colaborar con seriedad. Si no es así, es muy probable que la Liga Árabe se desentienda y remita la cuestión al Consejo de Seguridad de la ONU, donde tanto Estados Unidos como las potencias europeas la esperan con los brazos abiertos.

Si el régimen no colabora, la Liga Árabe remitirá la cuestión a la ONU

Francia, que ha tomado la delantera en la condena del régimen, pidió a los observadores que se desplieguen inmediatamente en Homs, al norte de la capital, donde las protestas y la represión han sido más intensas en las últimas semanas. El Consejo Nacional Sirio, que agrupa a la oposición en el exilio, formuló la misma petición, diciendo que los observadores deben ir 'específicamente a los barrios asediados, para cumplir su misión'.

En Damasco se dijo que los observadores se desplazarán a partir de hoy mismo por las provincias más conflictivas, incluidas Damasco, Homs, Hama e Idlib, que son las que han visto un mayor número de víctimas en las últimas semanas. Se espera que antes de final de año se hayan desplegado en Siria entre 150 y 200 observadores de la Liga Árabe.

El Ejército ha sitiado el barrio de Baba Amro, en la castigada Homs

Las informaciones procedentes de Siria, y que en su mayor parte circulan entre activistas de la oposición, indican que la semana pasada murieron al menos 275 civiles. Otros 150 hombres fallecieron en enfrentamientos directos entre soldados regulares y desertores. El número de desertores se incrementa a diario en un clima de abierta guerra civil en algunas zonas del país.

La mayoría de las 23 víctimas mortales de ayer cayeron en el barrio de Baba Amro, situado al suroeste de Homs, donde se han refugiado grupos de desertores. El Ejército utilizó tanques para bombardear el barrio, al que previamente había sitiado, y una veintena de casas resultaron destruidas total o parcialmente. El número de heridos en este barrio supera el centenar y sus habitantes se quejan de que desde hace días carecen de alimentos.

Es inevitable que se produzca un enfrentamiento cuando los observadores visiten las zonas urbanas más conflictivas puesto que la Liga Árabe ha ordenado al Ejército que abandone inmediatamente las localidades que ha ocupado, como es el caso de Homs.

Moscú niega que la familia Al Asad esté negociando con ellos su exilio

Sin embargo, si el Ejército sale y pone fin a la represión, se producirá un estallido revolucionario que dejará en evidencia al Gobierno de Damasco y lo debilitará sustancialmente.

Sin embargo, el jefe de la misión de observadores, el general sudanés Mustafa Dabi, declaró que las autoridades sirias 'están colaborando muy bien y sin restricciones por el momento'. El general añadió que el despliegue de los observadores, que por ahora están en Damasco, es inminente.

En Moscú, el Ministerio de Asuntos Exteriores negó una información que publicó el 25 de diciembre el diario israelí Maariv según la cual el vicepresidente sirio Faruq al Sharaa podría haber efectuado una visita secreta a Rusia para negociar el exilio de la familia Al Asad a la capital rusa y dejar en manos de Sharaa la transición en su país.

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