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La crisis impulsa a la izquierda

Los expertos califican las elecciones al Elíseo como 'las más imprevisibles'

A. PÉREZ

'Rara vez el resultado de una elección presidencial en Francia habrá sido tan imprevisible'. Esta es la frase con que coronaba hace unos días la agencia informativa de referencia en Francia, la Agence France-Presse (AFP), su principal despacho de análisis sobre la carrera electoral que comienza. Y si los periodistas mejor informados del país prefirieron esa frase a un recuento de los datos de los sondeos es porque tienen sus razones, de fondo, que obligan a la izquierda francesa a afinar sus programas.

La crisis aguda que atraviesa Francia, en todas las temáticas centrales como paro, poder adquisitivo, endeudamiento, seguridad ciudadana, fractura urbana o rol en la escena mundial, es desde muchos puntos de vista la más profunda de su historia reciente. Al mismo tiempo, electoralmente el país sigue bajo el influjo de tres votaciones atípicas recientes, que desmintieron todos los sondeos.

El 47% de franceses 'no desean ni la victoria de Sarkozy ni la de Hollande'

En abril de 2002, contra todo pronóstico, el muy popular primer ministro socialista Lionel Jospin salió eliminado de la primera vuelta, con lo que cedió paso a la segunda vuelta al ultraderechista Jean-Marie Le Pen, luego aplastado por Jacques Chirac. En mayo de 2005, un referéndum sobre el Tratado Constitucional liberal para Europa fue rechazado masivamente por los franceses, entre ellos una mayoría de izquierdas, cuando centro, derecha y PS pedían el , y los sondeos anunciaban la victoria de esa afirmativa. Por último, en mayo de 2007, Nicolas Sarkozy coronó la elección más holgada de un presidente en la Quinta República, gracias a un programa confuso y populista que prometía la luna, contrariamente a la tradición de este país de presidentes que razonan en debates de alto nivel.

Según un reciente sondeo del instituto BVA, un 47% de los franceses 'no desean ni la victoria de Sarkozy ni la de François Hollande', líder del PS, en 2012. Por otra parte, otros institutos han señalado que más del 60% de los electores anuncian que aún no han decidido su voto.

Francia vivirá hasta junio dos vueltas presidenciales y dos más parlamentarias

Así las cosas, esta elección es 'imprevisible'. Y los que sí están velando sus armas ya son las fuerzas de centro y de izquierda que, con toda probabilidad, pueden tomar el poder al término del larguísimo proceso electoral que verá dos vueltas presidenciales, en abril y mayo, y dos legislativas, en mayo y junio.

Las velan porque, si bien las alianzas entre el Partido Socialista, el Frente de Izquierdas y Los Verdes se dan por hechas en este país, ahora ese pacto posible es mucho más difícil. Hay divergencias insalvables en materia de construcción europea, subida de salarios y sector público, entre las fuerzas de la izquierda. También es difícil porque se atribuye a Hollande la intención de pactar con el centro un programa de Gobierno, algo que automáticamente expulsaría de la coalición al Frente de Izquierdas, que anuncia su negativa a entrar en un Ejecutivo con los partidarios de la actual orientación europea.

Jean-Luc Mélenchon, el candidato del Frente, 'sigue andando su camino', señala el despacho de la AFP al indicar que los sondeos le dan entre un 7 y un 7,5% de intención de voto en las presidenciales. Ese porcentaje, puede parecer bajo, pero en realidad duplica o triplica los resultados tradicionales de los candidatos alternativos en las presidenciales, que son las elecciones que les son más desfavorables. Puede anunciar algo parecido a una oleada en las legislativas. Esa oleada, de hecho, ya ha venido sugerida por las regionales de 2010 y las cantonales de 2011, donde el Frente superó el 10% a escala nacional, y subió al 20% en regiones clave y termómetro de Francia, como Limousin o Auvernia.

Mélenchon puede llevar al Frente de Izquierdas al éxito en las legislativas

Con ocasión de las recientes senatoriales, por escrutinio indirecto hace unas semanas, Hollande puso a prueba una técnica experimental: ofreció escaños de senador a candidatos verdes en tres circunscripciones en las que había un senador saliente del Frente. Los candidatos verdes aceptaron arrancar esos escaños, contrariamente a la llamada tradición republicana.

Esa tentación del PS de escabullir el debate de fondo, intentando al mismo tiempo configurar la victoria electoral de la manera más fácil posible, se vio confirmada hace unos días: Hollande dijo no a la 'oferta de debate público' que, sobre el sector nuclear, Europa y empleo, ha efectuado Mélenchon.

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