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Perry completa su fracaso y se retira de las primarias republicanas

El gobernador de Texas enterró su candidatura con sus meteduras de pata en los debates

ISABEL PIQUER

El lunes fue John Hunstman. Ayer le tocó a Rick Perry abandonar las primarias republicanas. El gobernador de Texas, que nunca consiguió despegar en los sondeos pese a las tremendas expectativas que rodearon su candidatura, otorgó su respaldo al ultra conservador Newt Gingrich, que hace todo lo posible por desbancar al todavía favorito en los sondeos, Mitt Romney.

Y no le está yendo del todo mal. Carolina del Sur, que se pronuncia mañana, no está exenta de sorpresas. Según el ultimo sondeo de la CNN, la ventaja de Romney respecto a Gingrich se ha reducido a 10 por puntos (33% frente a 23%) cuando hace dos semanas le aventajaba por 19.

Tras arrancar como favorito en verano, cede ahora su apoyo a Gingrich

Al renunciar a sus ambiciones presidenciales, Perry dijo lo mismo que todos los candidatos que 'suspenden' sus campañas. Agradeció haber descubierto lo fantásticos que eran los votantes republicanos en estos tiempos tan duros y declaró que volvía a su estado con el orgullo intacto.

O casi. Cuando Perry presentó su candidatura, el pasado verano, los hados parecían apadrinarle y los millonarios hacían cola para financiarlo. Y luego llegaron los debates. Perry parecía incapaz de articular una idea. El pasado noviembre le llegó el golpe de gracia, cuando el gobernador se quedó en blanco en un encuentro televisado, en Michigan. Perry se olvidó de la tercera agencia gubernamental que tan enérgicamente quería eliminar (era la de Energía).

'Esta campaña nunca ha sido sobre los candidatos, me presenté a presidente porque amo Estados Unidos', dijo ayer Perry al solicitar un 'Gobierno federal más pequeño para que la gente sea más libre' y denunciar que 'lo que está roto no es el pueblo sino los políticos'.

El recuento en Iowa da un empate técnico entre Romney y Santorum

Recordó que en Estados Unidos hay 13 millones de parados, 50 millones de personas dependiendo de la asistencia alimentaria del Gobierno (food stamps) y que la deuda nacional supera los 13 billones de dólares.

Por eso dijo que el país necesitaba a un 'líder conservador capaz de ser firme con Washington' y pidió votar al 'visionario' Gingrich, 'aunque no sea perfecto'.

Y hablando de imperfecciones. La cadena de televisión ABC emitió ayer por la noche una larga entrevista con la segunda mujer de Gingrich (se ha casado tres veces), Marianne, en la que afirma que el candidato quería un 'matrimonio abierto' con la que era entonces su amante y es ahora su esposa, Callista. Gingrichse divorció de Marianne en 1999, dos meses después de ser diagnosticada con esclerosis múltiple. Un legado personal cuanto menos complicado para un candidato, adalid de los valores familiares, que busca el voto evangelista.

La renuncia de Perry y su respaldo a Gingrich no son buenas noticias para Romney porque reagrupa el voto conservador. El respaldo que le dio Hunstman el pasado lunes al renunciar, no es suficiente.

El exgobernador de Massa-chusetts descubrió además ayer que no había ganado en los caucus (asambleas) de Iowa, que se llevó por un apuradísimo margen de ocho votos frente al candidato del Tea Party, Rick Santorum, el pasado 3 de enero.

Ahora resulta que, según el último recuento, Santorum ganó por 34 votos pero no puede ser declarado oficialmente victorioso, porque ocho de los 1.774 distritos electorales del estado no entregaron el recuento a tiempo al haber desaparecido los resultados. Así que, oficialmente, todo queda en empate técnico.

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