Mientras Bélgica sigue conmocionada por el accidente de autocar en el que murieron 22 niños y seis adultos el pasado martes en suiza, las autoridades del país admitieron este jueves que existen problemas para completar la identificación de todas las víctimas.

La ministra de Sanidad de Bélgica, Laurette Onkelinx, explicó que esas dificultades se deben a la violencia del impacto. Dijo también, en unas declaraciones a la radio pública francófona RTBF, que habrá que practicar la autopsia al conductor del autobús.

El primer ministro belga, Elio Di Rupo, afirmó esta pasada madrugada tras regresar del lugar del siniestro que la repatriación de los fallecidos no se producirá hasta que todos estén identificados y confió en tomar una decisión al respecto a partir de esta misma tarde.

La ministra Onkelinx precisó que de los 24 heridos, serán trasladados a Bélgica lo antes posible los que se encuentren en condiciones de viajar.

Se desconocen de momento las causas del accidente si bien ha quedado descartada la hipótesis de un exceso de velocidad o de un choque con otro vehículo.

Las tres posibilidades que aún se barajan son el fallo humano o técnico y la indisposición inesperada del conductor.

Las tres posibilidades que aún se barajan son el fallo humano o técnico y la indisposición inesperada del conductor

Crecen en los medio belgas, no obstante, los comentarios sobre la seguridad y el estado en el que se encontraba el túnel en el que se produjo el accidente en la localidad de Sierre.

El consulado español en Bruselas está tratando de confirmar la doble nacionalidad belga y española de uno de los muertos y otros dos heridos en el accidente.

El suceso tuvo lugar a las 20.15 horas del martes en el túnel de la autopista A9, a la altura de la localidad de Sierre, en el sur de Suiza, cuando el autobús regresaba de unas vacaciones de esquí en los Alpes.

El autocar se empotró contra una pared del túnel y causó los 28 muertos y heridas de diversa consideración a otros 24 niños.