Siria ha amanecido hoy en una jornada electoral que pretende aplacar la espiral de violencia en el país, mientras que los enfrentamientos entre opositores y fuerzas de seguridad sigue siendo constante. Los comicios llegan de manera paralela a un proceso de paz continuamente salpicado de violaciones de derehos humanos, pero respecto al que la ONU se mostró optimista la semana pasada.

La participación esta mañana ha sido desigual en la capital, Damasco, donde había bastantes votantes en algunos colegios electorales, mientras que en otros apenas había colas. Un total de 14'8 millones de sirios están llamados a acudir a las urnas para elegir 250 escaños de la Asamblea del Pueblo, o Parlamento, en las primeras elecciones pluripartidistas desde 1963.

A uno de los centros electorales de Damasco acudió para votar Alaa, dueña de una tienda de ultramarinos, que se mostró optimista por el papel del futuro Parlamento, que, en su opinión, puede ayudar a acabar con la crisis en el país.

'¿Por qué no participar en las elecciones? Tengamos algo de esperanza y pidamos a Dios para que el país vuelva a ser seguro', afirmó Alaa. 'Estamos hartos del deterioro de la situación de seguridad —agregó la votante—. Tomemos parte en estas elecciones y esperemos que los líderes políticos tengan éxito en poner en marcha el plan de reformas y el diálogo nacional'.

'Tengamos esperanza y pidamos a Dios para que el país vuelva a ser seguro'

Una opinión distinta de la de Alaa tiene Ahmad, un vecino de la conflictiva periferia de Damasco que ha señalado que no va a ejercer su derecho a voto porque ya no está interesado en política. 'No voy a votar porque creo que nada va a cambiar. Veo violencia todos los días a mi alrededor', lamentó.

Mientras se desarrollan las elecciones, los observadores se encuentran en Siria para verificar el cumplimiento del plan de paz de seis puntos del enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe, Kofi Annan.

La iniciativa contempla el fin de la violencia, la retirada de los tanques de las ciudades, la liberación de los detenidos de forma arbitraria y el inicio de un diálogo entre el Gobierno y los opositores, entre otros puntos.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal órgano opositor en el exilio, ha tachado de 'farsa' las elecciones legislativas que se desarrollan hoy en el país, ya que 'no representan la voluntad verdadera del pueblo'.

El Consejo Nacional Sirio asegura que el proceso electoral no es 'legítimo ni libre'

El dirigente del CNS Mulhem al Derubi ha asegurado que la oposición no reconoce estos comicios al considerar que el proceso electoral no está siendo 'legítimo ni libre'

De hecho, aunque con estos comicios el país pretende abrirse al pluralismo político, como recoge la Constitución aprobada el pasado febrero y la nueva Ley de Partidos, quedan excluidos los Hermanos Musulmanes, los grupos kurdos y aquellos partidos que tengan una base religiosa, tribal o regional.

Al Derubi ha explicado que el presidente sirio, Bashar al Asad, que dirige el país desde el 2000, quiere mantenerse en el poder a través de 'ese teatro electoral que se celebra bajo la sombra de los tanques'.

La oposición interna ha decidido boicotear estas elecciones porque creen que serán amañadas, por lo que hasta 695 aspirantes en Damasco se han retirado, de entre los 7.195 candidatos.

Francia ha tachado las elecciones de 'farsa siniestra', y China ha deseado que impliquen reformas

Francia también se ha pronunciado y ha tachado las elecciones de 'farsa siniestra', por las condiciones en las que se están llevando a cabo. El portavoz francés ha declarado que sólo el proceso de transición política establecido por Annan y la Liga Árabe podrá dar al pueblo sirio 'la capacidad de expresarse libremente'.

Por otro lado, China ha expresado su deseo de que los comicios promuevan las reformas que necesita el país. 'Esperamos que ayuden a promover el proceso de reformas en Siria, respondan a las peticiones de su población y protejan sus intereses', ha asegurado hoy en una rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei.