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Sandy se aleja de EEUU dejando a su paso 47 muertos y 8 millones de personas sin electricidad

Más de ocho millones de personas se quedaron sin electricidad. Nueva York trata de recuperarse de la tormenta que tumbó los servicios y el transporte público

ISABEL PIQUER

Sin metro, sin trenes de cercanías, sin casi electricidad en la parte sur de Manhattan y con pocos comercios abiertos, los neoyorquinos se disponían a vivir un Halloween algo más terrorífico de lo previsto. La ciudad tardará días, por no decir semanas, en recuperar la normalidad, tras el paso devastador del huracán Sandy, el peor de su historia.

Según un balance provisional, en Nueva York, habían muerto 22 personas, de las 47 registradas en total en Estados Unidos. En total 8,1 millones de personas se han quedado sin electricidad.

Manhattan está partida en dos. Al sur de la calle 39, unas 250.000 personas seguían sin  electricidad, una 'ciudad fantasma, sumida en la oscuridad' contaba Tony Laffont  que vive en el East Village pero ha decidido instalarse provisionalmente en el apartamento de unos amigos en Harlem 'donde hay agua caliente, calefacción y un ascensor que funciona'. Desde su tercer piso apenas sintió la tormenta y sólo se dio cuenta del corte de luz al despertarse el martes por la mañana. 'El portero nos ha dicho que esto puede durar hasta el fin de semana, es increíble, esta ciudad tiene unas infraestructuras totalmente obsoletas'.

Los neoyorquinos encerrados en sus casas hasta mediodía, siguiendo las consignas del alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, decidieron finalmente lanzarse a la calle por la tarde, para ver los destrozos. Las avenidas, desiertas por la mañana, se llenaron de habitantes y turistas desocupados, en busca de un café abierto, sin tener mucho a donde ir, con los cines, los teatros y los museos cerrados. De ruido de fondo, las sirenas de las ambulancias y de los bomberos. En las calles, los servicios de limpieza empezaban a recoger las ramas caídas para ir despejado las aceras. Algunas tiendas cerradas seguían con cinta adhesiva pegada a los cristales para evitar que las vitrinas reventaran en el vendaval.

No era fácil encontrar un supermercado abierto. En la parte baja de la ciudad, sin electricidad, muchos tuvieron que ir buscando productos con una linterna. También había cola delante de las tiendas de alcohol por aquello de no dejar pasar una ocasión para festejar Halloween, pese a todo. 

En los barrios más periféricos, más afectados por la tormenta, las necesidades eran mucho más apremiantes. En Staten Island o partes de Queens, los destrozos eran importantes, en gran parte debidos a la caída de árboles, en Rockaways, una península al lado del aeropuerto de JFK, los habitantes que desoyeron las órdenes de evacuación, lo estaban lamentando. Pensaron que Sandy sería como Irene, el huracán que también ocasionó que las autoridades cortaran el transporte de la ciudad hace algo más de un año, en agosto de 2011, y que al final acabó en poca cosa.

'El portero nos ha dicho que esto puede durar hasta el fin de semana, esta ciudad tiene unas infraestructuras  obsoletas'  Algunos autobuses han empezado a circular, gratis, con horario de fin de semana. Los puentes están abiertos y se esperan atascos monstruo porque el metro, que cada día transporta más de cinco millones de pasajeros, tardará mucho, no sé sabe cuanto, en restablecerse. Las estaciones de downtown han quedado inundadas y habrá que evaluar los daños y sacar el agua, dijo el responsable del MTA (Metropolitan Transportation Authority). Sin transporte público, los neoyorquinos deberán aprender a compartir sus taxis. La alcaldía ha permitido a los yellow cabs llevar varios clientes a la vez.

Según un balance provisional, en Nueva York, habían muerto 22 personas, de las 47 registradas en total en Estados Unidos. En total 8,1 millones de personas se han quedado sin electricidad. El presidente Barack Obama tenía previsto visitar New Jersey, uno de los estados más afectados, donde Sandy tomó tierra en la noche del lunes, pero no irá hasta Nueva York. El alcalde Bloomberg, ha dejado entender que no le parecía buena idea para evitar problemas de seguridad. 'Nos encantaría recibirle, pero tenemos otras muchas cosas que hacer'.

Central Park seguía prohibido al público. Taladores de árboles se dedicaban a cortar ramas medio caídas, arrancadas por el viento. Central Park es la última etapa de la maratón que en principio seguirá celebrándose este domingo, aunque el hecho de que los aeropuertos sigan cerrados, podría complicar seriamente el acceso de los 20.000 corredores extranjeros. JFK podría abrir poco a poco hoy. Los organizadores de la carrera que pasa por los cinco distritos de la ciudad podrían verse obligados a cambiar el recorrido. 'La maratón es un símbolo de la resiliencia de Nueva York' dijo su organizadora, Mary Wittenberg.

Las escuelas permanecerán cerradas hoy también. Los padres han decidido celebrar Halloween para distraer a las criaturas 'y porque llevamos semanas preparándolo', dice Jesse González, 'así nos cambiará un poco de la tormenta'. 

Pero el desfile del Village no tendrá lugar por primera vez en sus 39 años de historia y por orden del alcalde que sin embargo ha dicho que intentará 'encontrar un día adecuado, quizás la semana que viene' para celebrar la fiesta, una vez pasado el susto de Sandy.

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