Al menos 30 personas han muerto y al menos otras 250 han resultado heridas este sábado en los violentos enfrentamientos entre manifestantes y policía en torno a la prisión de Port Said. Todo empezó  cuando familiares de los acusados por la masacre que tuvo lugar el año pasado en el estadio de esa ciudad, y en la que fallecieron 74 personas, trataron de irrumpir en la cárcel, informó un portavoz del Ministerio del Interior.

Una turba intentó entrar en la prisión después de que un tribunal penal egipcio recomendara este mismo sábado la pena de muerte para 21 acusados por aquel suceso en el que se enfrentaron seguidores de dos clubes de fútbol rivales. El presidente del tribunal ordenó trasladar los expedientes de esos 21 acusados al muftí de la república (máxima autoridad religiosa del país) para que este dicte su opinión sobre la ejecución de los acusados. La corte ordenó asimismo que los 50 imputados restantes por este caso permanezcan bajo detención hasta que se falle la sentencia definitiva para todos los acusados, tras conocer el dictamen del muftí, el próximo 9 de marzo.

Dos oficiales de la Seguridad Central —encargada de proteger los edificios públicos—fallecieron cuando una turba se dirigió a la prisión en una tentativa de liberar a los detenidos, y abrió fuego y lanzó cócteles molotov contra los policías, explicó el general Osama Ismail a la televisión estatal. El director del departamento de hospitales de Port Said, Abderrahman Farah, explicó que todos los fallecidos perdieron la vida por disparos menos dos, que fallecieron por hemorragias internas, y concretó que todas las víctimas mortales se produjeron en los choques entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes en los alrededores de la cárcel.

Según Interior, en las refriegas se han utilizado armas automáticas y hasta armamento pesado, si bien no ofreció detalles al respecto. 

El Ejército y la Policía se han desplegado por Ports Said para evitar más disturbios

El portavoz agregó que, nada más conocerse el fallo del tribunal, hubo ataques contra diferentes edificios públicos en esa ciudad por la rabia desatada contra la decisión de un tribunal de recomendar la pena de muerte contra 21 imputados por la masacre de Port Said. La fuerzas de seguridad han tenido que pedir refuerzos para contener a los manifestantes frente a la penitenciaría, agregó Ismail.

El 1 de febrero de 2012, 74 personas murieron y 254 resultaron heridas en los brutales enfrentamientos en el estadio de Port Said entre los seguidores del club local, Al Masry, y los del club cairota del Al Ahly, el más popular del país y cuyos ultras son a menudo protagonistas de disturbios con la policía.

Estos graves sucesos de producen un día después de que nueve personas murieran ayer en los graves disturbios entre manifestantes y policía en varias provincias de Egipto, en las protestas con motivo del segundo aniversario de la revolución contra Hosni Mubarak. 

Ante la gravedad de la situación, el presidente egipcio, Mohamed Mursi, se reúne hoy con el Consejo de Defensa Nacional, máximo órgano de decisión en seguridad, para estudiar los últimos disturbios en el país. El ejército egipcio ha enviado tropas a Port Said para devolver la tranquilidad y la estabilidad a esa ciudad, señaló el general del Estado Mayor Ahmed Wasfi a la agencia oficial Mena, y agregó que los soldados también tienen la misión de proteger las instalaciones públicas. Se trata de la segunda ciudad donde se despliegan en las últimas horas unidades de las Fuerzas Armadas, tras la llegada esta mañana de tropas a la cercana localidad de Suez.