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Hiroshima conmemora hoy el 68 aniversario del lanzamiento de la primera bomba atómica

'Little boy', la bomba lanzada sobre la ciudad japonesa mató a 80.000 personas en el acto. Las autoridades alaban el esfuerzo de los trabajadores de Fukushima, donde se ha detectado un aumento en el nivel de radiactividad de las aguas.

EFE

La ciudad japonesa de Hiroshima conmemoró este martes el 68 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica que se cobró la vida de cientos de miles de sus ciudadanos al final de la II Guerra Mundial, con una ceremonia en la que se pidió el fin de la proliferación nuclear.

Durante el memorial, celebrado en el Parque de la Paz de la ciudad, se ha guardado un minuto de silencio a las 23.15 GMT, a la misma hora  en que el B-29 Enola Gay de las Fuerzas Aéreas de EEUU lanzó el 6 agosto de 1945 el que sería el primer ataque nuclear de la historia.

Se calcula que la bomba, que detonó con una intensidad de unos 16 kilotones a unos 600 metros de altura muy cerca de donde hoy se levanta el mencionado parque, acabó de forma inmediata con la vida de unas 80.000 personas. Sin embargo, para finales de 1945 los muertos se elevaban a unos 140.000 y las víctimas por la radiación en los años posteriores fueron muchas más.

En la ceremonia participó el primer ministro japonés, Shinzo Abe, que en su discurso pidió la abolición de las armas nucleares. También intervino el alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, hijo de uno de los miles de supervivientes de la bomba, colectivo al que se conoce en Japón como hibakusha.

En su alocución, Matsui clamó por una Corea del Norte, y un 'noreste de Asia' libre de armas nucleares y recordó que Japón aún sufre, más de dos años después, los efectos del accidente en la central nuclear de Fukushima.

El regidor quiso mostrar su apoyo con los afectados por el peor accidente en una planta atómica en más de 25 años y aseguró que la ciudad de Hiroshima conoce y comparte 'la dureza de la recuperación'. También pidió al Gobierno central más esfuerzos para lograr 'un mundo sin armas atómicas' y se mostró preocupado por los deseos mostrados por Japón e India de cara a firmar un pacto de cooperación nuclear.

La ceremonia de este año congregó a representantes de 70 países, incluido el embajador estadounidense en Japón, John Roos. Tras el ataque sobre Hiroshima, EEUU lanzó una segunda bomba nuclear el 9 de agosto de 1945 sobre la ciudad de Nagasaki, lo que forzó la capitulación de Japón seis días después y puso fin a la II Guerra Mundial.

Los ataques atómicos sobre las dos ciudades japonesas han sido los únicos que se han llevado a cabo a día de hoy. En marzo pasado, el número total de hibakusha en Hiroshima y Nagasaki era de 201.779, 9.051 menos que el año pasado, y su edad media era de 78,8 años.

Por otro lado, el índice de radiactividad detectada en el agua subterránea bajo la central de Fukushima se ha incrementado en unas 47 veces en los últimos cinco días, según revelan las muestras extraídas de uno de los pozos situado entre los reactores y el mar, informó hoy el diario Asahi.

Los datos recogidos recientemente por el operador de la planta, Tokyo Electric Power (TEPCO), muestran sustancias radiactivas con cerca de 56.000 becquereles por litro en el agua subterránea analizada que, proveniente de las zonas colindantes, se contamina al entrar en los sótanos de los accidentados reactores atómicos.

El pasado 23 de julio la operadora reconoció, por primera vez desde que se decretara la crisis nuclear en marzo de 2011, la filtración al mar de este agua subterránea.En este sentido, para evitar su salida al mar, TEPCO ha construido unas barreras subterráneas en los sótanos y ha comenzado a principios de esta semana a bombearla y almacenarla en tanques contenedores, según adelantó hoy la cadena NHK.

A pesar de que TEPCO tenía estipulado comenzar a drenar este agua subterránea a finales de mes, ha decidido adelantar este proceso siguiendo las recomendaciones de la Autoridad de Regulación Nuclear de Japón (NRA), y ante el incremento constante del volumen de líquido detectado en los sótanos de las unidades nucleares.

Por el momento, los técnicos de la central desconocen los motivos por los que el agua subterránea ha elevado tan rápidamente sus niveles de radiación. Actualmente, la principal preocupación en las labores para desmantelar la central es la acumulación del agua contaminada en el subsuelo de los edificios que albergan los reactores, y que se incrementa a diario por la filtración del agua subterránea.

Para aislarlo, la eléctrica cuenta dentro del complejo nuclear con cerca de 1.000 contenedores en los que almacena este agua radiactiva, parte de la cual utiliza, una vez retirada la sal y las partículas radiactivas, para enfriar los reactores

Tras el accidente nuclear de Fukushima, el peor desde Chernóbil en 1986, cerca de 3.500 trabajadores luchan a diario en la central japonesa para dar por concluida la crisis atómica, una labor que se estima se prologará durante los próximos 30 o 40 años.

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