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Olmert declarará el martes acusado de corrupción

La Policía israelí interrogará mañana al primer ministro Ehud Olmert sobre su actuación en la venta del banco Leumi en la que pudo resultar beneficiado un amigo suyo.

Eugenio García Gascón

La Policía israelí interrogará mañana al primer ministro Ehud Olmert sobre su actuación en la venta del banco Leumi en la que pudo resultar beneficiado un amigo suyo.

Los hechos ocurrieron en noviembre de 2005, cuatro meses después de que Olmert sustituyera a Benjamin Netanyahu al frente del Ministerio de Economía. Tras hacerse cargo de este Ministerio, Olmert modificó precipitada y sustancialmente el proceso de venta de la citada entidad.Las nuevas condiciones que estableció Olmert beneficiaron al inversor australiano Frank Lowy, amigo de Olmert, aunque después de varios meses Lowy acabó arrojando la toalla y retiró su oferta de compra.

El primer ministro sostiene que los cambios en las condiciones de venta respondían a los intereses de Israel, y asegura que las pesquisas no conducirán a ninguna parte. La investigación se ha abierto a raíz de unas declaraciones del contable general, Yaron Zeleha, que aparentemente implican a Olmert.

Sin acusación formal

Cuando haya concluido el interrogatorio, que tendrá lugar en la residencia del primer ministro, la unidad antifraude elaborará un informe que entregará al fiscal general, Menahem Mazuz, quien decidirá si la Policía continúa con las indagaciones.

En la actualidad Olmert está siendo objeto de otras tres investigaciones además de la relativa al banco Leumi, aunque por ahora no se ha producido ninguna acusación formal ante los tribunales.

El 24 de septiembre, el fiscal general ordenó a la Policía que investigue a Olmert por la compra de su domicilio particular en Jerusalén, un casón antiguo que adquirió por una módica cantidad que le costó 300.000 dólares, unos 210.000 euros, menos que su precio de mercado.

El fiscal general y la Policía sospechan que a cambio del descuento, Olmert concedió a una empresa constructora permisos para realizar obras ilegales en Jerusalén abusando de su condición de alcalde de la ciudad, cargo que ocupó de 1993 a 2003.
A lo largo de su carrera política, Olmert ha superado varias acusaciones por falta de pruebas. Entre ellas figuran la aceptación de sobornos y la financiación ilegal de su anterior partido, el Likud.

La oposición exige la dimisión de Olmert, pero éste clama que es inocente y que la justicia al final reconocerá su inocencia. La situación cambiaría si el primer ministro fuera acusado formalmente ante los tribunales. En este caso, la presión para que dimitiera podría ser decisiva para obligarle a dejar la política.

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