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Portugal, el país en el que la Troika más erró sus cálculos

Concluidos dos años y medio de recortes, las últimas estimaciones del Gobierno luso y de los organismos internacionales  apuntan a una caída del PIB del 1,8% para 2013 y un alza de apenas el 0,8% para 2014

Susana Irles /EFE

El cálculo del impacto de la austeridad condujo a errores en las previsiones de crecimiento de los países rescatados, de los que Portugal registró los mayores fallos estadísticos, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). El debate sobre la efectividad del programa del rescate se ha reavivado esta semana en Portugal por el anuncio de la llegada a Lisboa, los próximos 6 y 7 de enero, de una misión del Parlamento Europeo para investigar la actuación de la troika.

Hasta el momento, tanto los informes de las últimas evaluaciones de la troika como de la directora general del FMI, Christine Largarde, han admitido que hubo 'errores' en las previsiones de crecimiento de los países rescatados (Grecia, Portugal e Irlanda). En el caso luso, los fallos sobre la previsión del crecimiento de la economía fueron 'significativamente' superiores que en los otros países rescatados en los primeros años en lo se que se aplicó ese programa, afirma el FMI en las conclusiones de la octava y novena evaluación a Portugal. 'Aunque el pronóstico del historial de Portugal es comparable al de los otros países con programas de apoyo financiero durante el período 2009-2012, el error de la previsión de crecimiento tendió a ser significativamente mayor en los primeros años', se señala en el capítulo dedicado al análisis de la deuda pública.

Según el documento, las previsiones optimistas se verifican en un margen de error de 2,06% entre las estimaciones de la evolución del producto interior bruto (PIB) entre 2004 y 2012. En el comienzo del programa del rescate, que el Gobierno luso solicitó en abril de 2011 ante el aumento de los intereses de su deuda, el FMI calculó que el país crecería un 1,2% este año y un 2,5% en 2014. Portugal acordó un plan de ajustes que debe acabar el próximo junio para enderezar la contabilidad pública del país en contrapartida a un préstamo internacional de 78.000 millones de euros.

Una mujer camina cerca de un cartel puesto por la izquierda en una calle de Lisboa en el que se puede leer 'Contra el robo de empleo y sueldo. Nosotros no pagamos. Fuera del Euro. Fuera el Gobierno'. REUTERS / Hugo Correia 

Concluidos dos años y medio de reformas, las últimas estimaciones del Gobierno y la troika (formada por la Comisión Europea, el BCE y el FMI) están lejos de aquellas iniciales y apuntan a una caída del PIB del 1,8% para este año y un crecimiento del 0,8% para el próximo. Este desvío en las estadísticas fue advertido por los organismos internacionales en 2012, que suavizaron las metas del déficit y concedieron más tiempo para alcanzarlas.

Lagarde volvió a reconocer la semana pasada durante una intervención en el Parlamento Europeo los programas implementaron 'demasiada consolidación fiscal, demasiado deprisa'. 'Lo dijimos porque es también una cuestión de honor para el FMI reconocer sus errores cuando ellos son cometidos' y 'reconocer que algunos temas no fueron suficientemente abordados o explorados a fondo', dijo la que fuera ministra de Finanzas francesa. La directora general se refirió a los fallos en los 'multiplicadores automáticos' establecidos para calcular el impacto de las medidas de austeridad sobre la evolución de la economía.

Esos mismos efectos fueron advertidos en 2012 en el informe Previsión Económica Mundial del FMI, que consideró que el efecto multiplicador de los recortes en gasto público tenía un impacto mayor que el previsto. El contexto recesivo, la simultaneidad de varios planes de recortes en Europa y la falta de margen de maniobra en política monetaria por los bancos centrales se apuntaron como factores que contribuyeron a disparar el impacto de la austeridad.

Manifestación contra la austeridad frente al Parlamento portugués. REUTERS / Rafael Marchante

En el terreno político, el nuevo reconocimiento de errores fue calificado como de 'cierta hipocresía institucional' por parte del primer ministro luso, Pedro Passos Coelho, en una de sus críticas más agrias a los organismos internacionales en el Parlamento luso desde su llegada al poder en junio de 2011. 'Si la directora general del FMI está de acuerdo en que hubo fallos de partida en los programas de ajuste, el FMI debería haber sido más consecuente y coherente, y aceptar las pretensiones que el Gobierno portugués defendió en las negociaciones', afirmó.

El Gobierno portugués reclamó una suavización de las metas del déficit en las evaluaciones octava y novena que la troika no aceptó y mantiene en el 5,5% del PIB para este año y el 4% para el próximo.

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