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El Gobierno y los rebeldes de Sudán del Sur firman un alto el fuego

El acuerdo llega tras varias semanas de negociaciones y pone fin a unos enfrentamientos que han dejado miles de muertos desde mediados de diciembre

AGENCIAS

Los representantes del presidente de Sudán del Sur, Salva Kir, y los rebeldes partidarios del exvicepresidente Riek Mashar han firmado este jueves un alto el fuego, tras más de cinco semanas de enfrentamientos que han dejado miles de muertos y que ha colocado al país más joven de África al borde la guerra civil.

La firma ha tenido lugar en el marco de las conversaciones que ambas partes mantienen en Adis Abeba, Etiopía. El líder de la delegación gubernamental, Nhial Deng Nhail, y el de los rebeldes, Taban Deng Gai, han procedido a la rúbrica de este acuerdo, negociado durante semanas bajo el auspicio de la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo (IGAD).

Ambas partes acordaron decretar un alto el fuego y buscar una solución al asunto de los rebeldes detenidos por el Gobierno sursudanés, cuestión que había obstaculizado el diálogo. 'El Gobierno es capaz de hacer cumplir a su Ejército el cese de las hostilidades y aplicar la letra y el espíritu del acuerdo', aseguró Deng Nhail, quien dio un apretón de manos a su interlocutor tras rubricar el pacto.

'Creemos que nuestros camaradas que languidecen en prisión son presos de conciencia por sus opiniones políticas. Pensamos que su presencia física es importante para que las negociaciones terminen con éxito', dijo el negociador rebelde. Por su parte, el director de Paz y Seguridad de la IGAD, Tewolde Gebremeskal, manifestó su esperanza de que 'las armas se silencien antes de 24 horas'.

Con el fin de poner fin a la violencia, el Gobierno y los rebeldes sursudaneses habían acordado la semana pasada en Adis Abeba parte de los detalles de un alto el fuego, si bien persistían puntos de fricción, como las condiciones para ponerlo en marcha. Las negociaciones han encallado en varios ocasiones por la insistencia de los insurgentes en exigir, para lograr un acuerdo, la liberación incondicional de los 'detenidos políticos' en Sudán del Sur. La presencia activa de tropas de Uganda -miembro de la IGAD- en Sudán del Sur también ha provocado el malestar de los rebeldes, que acusan a los soldados ugandeses de atacar sus posiciones y de contravenir así el espíritu de las negociaciones.

Los líderes de los siete países de África Oriental que forman IGAD han aprobado el envío a Sudán del Sur de una fuerza pacificadora, anunció ayer la ministra de Exteriores de Kenia, Amina Mohamed. Con esa decisión, la IGAD da curso a una resolución de la ONU, que el pasado 24 de diciembre aprobaba redoblar su presencia en Sudán del Sur con 5.500 cascos azules más, que serán aportados por algunos de los países miembros de la organización regional.

Los combates estallaron a mediados de diciembre, a raíz de la desarticulación de un supuesto golpe de Estado orquestado por el exvicepresidente Machar, cesado en julio del año pasado. El conflicto político desencadenó en un conflicto entre los dinka -etnia de Kiir- y los nuer nuer -a la que pertenece Machar-.

Cerca de 10.000 personas han fallecido durante los enfrentamientos, según cálculos del Grupo Internacional de Crisis, una organización internacional no gubernamental especializada en el análisis de conflictos. Además, al menos 335.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y 78.000 se han refugiado en los países vecinos, según informó el pasado martes el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

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