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Un acuerdo de aplicación inverosímil

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El acuerdo de reconciliación que este miércoles anunciaron la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) nace acompañado de gran escepticismo y enormes reservas, no sólo entre los mismos palestinos, sino también entre los analistas que oportunamente han recordado los dos acuerdos precedentes de El Cairo y Doha que no llegaron a ejecutarse.

El escepticismo y las reservas son naturales y están de sobra justificados. El acuerdo rubricado en el campo de refugiados Al Shati, al oeste de Gaza, es muy escueto, de apenas un folio, y consta de siete apartados que recogen buena parte de las cuestiones trascendentales que se abordarán a partir de ahora, pero al mismo tiempo omite asuntos vitales que resultará complicado resolver.

Las dos partes se obligan a formar en el plazo de cinco semanas un gobierno (de tecnócratas) que tendrá que ser confirmado por Hamas, y a convocar elecciones parlamentarias, legislativas y al Consejo Nacional de la OLP en el plazo de seis meses a contar desde la formación del gobierno. Además se comprometen a crear una comisión que abordará una reforma estructural de la OLP, en la que nunca se han integrado las dos principales organizaciones islamistas, Hamas y la Yihad Islámica.

En la sala donde se firmó el acuerdo, en el domicilio de Ismail Hanniya, presidente del gobierno de Hamas, había dos docenas de retratos y fotografías de líderes islamistas, como la del fundador de Hamas, Ahmad Yasin, asesinado por Israel, o la del fundador de los Hermanos Musulmanes, el egipcio Hassan al Banna.

La reestructuración de la OLP será una tarea ardua puesto que Fatah, el partido del presidente Mahmud Abás, está acostumbrado a hacer y deshacer a su antojo y no será fácil alcanzar un compromiso que recoja las aspiraciones de Hamas, que ganó holgadamente las últimas elecciones legislativas y con toda seguridad exigirá una representación proporcional a aquellos resultados. En los próximos días y semanas será posible ver las intenciones reales de ambas partes, por ejemplo en la reunión que celebrará este sábado el Consejo Central de la OLP. En medios políticos se comentaba ayer que Hamas y la Yihad ya podrían participar en ese encuentro de Ramala.

Al compromiso se ha llegado, al menos en parte, debido a la debilidad de Hamas, que desde el golpe de estado de julio en Egipto ha visto reducida su capacidad de maniobra tanto a nivel internacional como en el interior. Ya a las pocas horas de consumarse el golpe, El Cairo destruyó la inmensa mayoría de túneles que comunicaban la franja con Egipto, y que resultaban vitales para la subsistencia de Gaza, y desde entonces no ha cesado de acosar a Hamas ni un momento.

Hamas ganó las últimas legislativas con amplia mayoría y exigirá una representación proporcional a estos resultados

El apartado sexto del acuerdo trata en dos líneas de un asunto de vital importancia, la creación de una comisión para las 'libertades generales' (al jurriyat al aamma), que deberá abordar justamente la situación de las libertades en Cisjordania y la franja de Gaza, así como la 'aplicación' de las decisiones que adopte la comisión.

Recordemos que hay cientos de palestinos encarcelados en Cisjordania y Gaza simplemente por militar en la formación equivocada, por sostener ideas contrarias al poder o por defender posiciones críticas con los respectivos gobiernos. Este apartado será peliagudo y complicado de roer.Por supuesto, el acuerdo no menciona explícitamente la cuestión de las armas que están en poder de las milicias islamistas. ¿Habrá desarme? ¿En qué condiciones? No es fácil responder a estas preguntas, pero de entrada cuesta creer que la Yihad o Hamas estén dispuestos a deshacerse de sus arsenales de un día para otro.

Una cuestión menos complicada es la de los funcionarios. ¿Qué ocurrirá con los millares de funcionarios de Hamas en Gaza, incluidos los policías? ¿Y con los de Fatah que había en Gaza antes de 2007? ¿Quién pagará los salarios de tanto funcionario solapado? Tal vez lo haga la UE, que parece estar muy satisfecha con una situación artificial como la de los últimos años que permite a Israel seguir expandiendo las colonias a cambio de mantener la boca de los palestinos cerrada con un puñado de euros.

Si se consuma el acercamiento entre la OLP y Hamas puede haber otras consecuencias. Por ejemplo, Estados Unidos considerará dejar de untar con dólares a la ANP puesto que Hamas es una 'organización terrorista' según sus baremos -y también según los baremos de la UE-; aunque tal vez de esta manera, si los occidentales dejan de aportar sus dineros, la cuestión palestina saldría finalmente de la situación artificial en que se encuentra.

Simpáticos han sido los primeros comentarios del departamento de Estado, cuya portavoz ha dicho que se siente 'decepcionada' por el acuerdo, y advierte que puede complicar el proceso de paz, como si realmente existiera un proceso de paz.

Por su parte, Israel ha cancelado inmediatamente la reunión que debía haber celebrado por la tarde con los palestinos y de manera simultánea bombardeó a una célula que 'se preparaba para disparar cohetes' contra Israel, causando heridas a nueve personas incluidas dos niñas.

Un gran número de ministros hebreos condenaron sin paliativos el comunicado de Gaza y el primer ministro Binyamin Netanyahu dijo que Abás debe elegir entre hacer la paz con Hamas o hacer la paz con Israel, como si esto último fuera una opción posible. Los dirigentes hebreos se apresuraron a recordar desde el primer minuto que Hamas busca la 'destrucción' de Israel. Y ciertamente es así, aunque también debe señalarse que en el pasado, y en más de una ocasión, Hamas ha sugerido una tregua de larga duración, de cincuenta años o un siglo, que Israel ha rechazado.

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