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Críticas a la guerra "inmoral" de Israel en Gaza

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El gobierno de Israel ve con preocupación las críticas que comienzan a aflorar en medios políticos y periodísticos de Estados Unidos, la potencia que siempre está detrás del Estado judío, después de 16 días de operaciones militares intensas en la Franja de Gaza que han causado la muerte de más de 720 palestinos y han herido a más de 4.700, civiles en su inmensa mayoría.

Miembros del ejecutivo y de la coalición de gobierno han expresado su inquietud por este fenómeno pero al mismo tiempo han cerrado filas entorno al primer ministro Benjamín Netanyahu. Con sus declaraciones tratan de atajar el fenómeno con el fin de que no cunda el desánimo entre la población a causa de las duras imágenes que los medios de comunicación occidentales están transmitiendo desde Gaza.

Una de las últimas críticas ha venido de la exsecretaria de Estado Madeleine Albright, que durante sus años de servicio respaldó incondicionalmente a Israel y su política de ocupación. Albright se ha hecho eco del malestar que causan esas imágenes y ha indicado que Israel puede estar perdiendo la batalla 'moral' que siempre ha dicho defender.

'Es difícil discutir el hecho de que , como el primer ministro Netanyahu ha dicho, es verdad que hay inocentes a los que se han colocado en el camino para ser escudos, pero al final, me parece, que eso está dañando la autoridad moral de Israel. Me parece como si ellos (los israelíes) se estuvieran propasando', ha declarado Albright a la CNN.

Peter Beinart, un periodista judío estadounidense, escribió ayer en Haaretz un artículo muy 'equilibrado', es decir para uso específico de los peculiares lectores israelíes, en el que, sin embargo, advertía, aunque fuera con mucho tacto, que hay aspectos importantes del bloqueo de Gaza que son 'inhumanos y estúpidos'. Por supuesto, esto es así porque Estados Unidos y la UE lo permiten.

Beinart terminaba diciendo que Netanyahu ha sido muy eficaz a la hora de destruir la 'esperanza' de los palestinos con respecto al proceso de paz, un proceso, que por otra parte es inexistente, y al que, como se dice aquí en Gaza, pueden contribuir más y mejor los cohetes que lanza Hamás que la sumisión enfermiza e inútil del presidente Mahmud Abás a Israel.

El trasfondo de inmoralidad presente en el artículo de Beinart, también emanaba de las palabras del secretario John Kerry grabadas esta semana por un micrófono que él creía cerrado, cuando aludía a la desastrosa campaña militar de Israel en Gaza.

Para complicar las cosas, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó ayer la creación de una comisión que investigará los presuntos crímenes de guerra que Israel está cometiendo en la Franja. La resolución fue aprobada con los votos de los países árabes, musulmanes, China, Rusia, Latinoamérica y África. Los europeos se abstuvieron y Estados Unidos fue el único que votó en contra.

No obstante, Israel puede vivir perfectamente con este tipo de críticas como ya demostró con el demoledor informe Goldstone acerca de la guerra de 2009 contra Gaza. El Estado judío está claramente por encima de la ley internacional en todo lo relativo a la ocupación de Palestina, y el apoyo de Estados Unidos y la connivencia de los europeos son decisivos en este asunto.

Las críticas podrían ayudar a Netanyahu a firmar un alto el fuego cuanto antes. Ahora bien, las críticas, que sin duda crecerán cuanto más avancen las operaciones indiscriminadas del ejército en Gaza, caerán en saco roto en cuanto se firme un acuerdo de alto el fuego y estadounidenses y europeos vuelvan a las andadas, es decir a no hacer nada.

Como se dice en Gaza con buen criterio, lo que Hamás no consiga por medio de los cohetes no lo conseguirá en una mesa de negociaciones

Como se dice en Gaza con buen criterio, lo que Hamás no consiga por medio de los cohetes no lo conseguirá en una mesa de negociaciones. Si los islamistas ceden ahora pueden olvidarse del levantamiento del bloqueo, al menos hasta el siguiente conflicto.

Mientras desde Washington y Bruselas se le permita continuar con su permanente política de expansión colonial en los territorios ocupados, Netanyahu no la modificará, aunque quizás esté dispuesto a maquillarla para ganar tiempo. Netanyahu quiere una paz a su medida, que es la medida de un político de otra época que nunca ha tenido el menor remordimiento a la hora de humillar a los palestinos.

En la coalición de gobierno hay preocupación por estas críticas, pero también existe la seguridad de que esta vez la sangre tampoco llegará al río, como no ha llegado en las ocasiones del pasado en que también se ha criticado a Israel. La coalición de gobierno actual se puede calificar de extremista, y hasta de fanática, en más de un aspecto, pero probablemente no lo será más que la que venga después.

La resolución del conflicto no depende de los palestinos, que no pueden hacer nada, ni de los israelíes, que no quieren hacer nada, sino de la comunidad internacional. El problema es que la comunidad internacional tampoco quiere hacer nada y que los paladines de las democracias occidentales, como Obama, Merkel, Cameron u Hollande, no tienen la menor intención de resolver un conflicto que ya les parece bien como está.


https://www.quoners.es/debate/crees-que-la-onu-deberia-intervenir-en-el-conflicto-entre-israel-y-palestina

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