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El dilema de Netanyahu

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Benjamín Netanyahu se halla en una encrucijada de la que surgen tres direcciones: un alto el fuego, el mantenimiento de la operación Margen Defensivo en los mismos o parecidos parámetros que hasta ahora, o una ampliación de la invasión de la Franja. A su vez, cada una de estas tres posibilidades cuenta con varias ramificaciones.

Anoche, poco después de las ocho, a la hora de mayor audiencia, cuando los tres canales generalistas de televisión tienen sus informativos, Netanyahu se dirigió al país. Los israelíes esperaban que el primer ministro aclarara qué camino iba a tomar. Sin embargo, no lo hizo y se contentó con repetir las cuatro generalidades que ya había dicho en sus anteriores comparecencias.

Numerosas consideraciones deben circular por su cerebro. Si opta por una ampliación de la invasión, seguramente recibirá alguna que otra condena internacional, aunque Israel ha mostrado con consistencia a través de muchas décadas que esas consideraciones no le hacen mella, y que al final, pase lo que pase, haga lo que haga, Israel cuenta con el respaldo incondicional de Estados Unidos.

Si opta por el alto el fuego, la reputación de Netanyahu sufrirá un serio revés en Israel. Los sondeos muestran cada vez con mayor claridad que los israelíes judíos quieren que siga adelante, que aplaste a Hamás, que obligue a los islamistas a desaparecer, o al menos a entrar en las catacumbas, o algo parecido.

El peligro de esta opción es que puede verse atrapado en una telaraña de la que será muy difícil liberarse. Netanyahu no quiere llegar a ese punto pero tal vez no lo pueda evitar. La dinámica de esta guerra que él ha provocado, pero que no ha querido, puede convertirse en su tumba política si no la resuelve relativamente pronto y de una manera satisfactoria. Y cada día que pasa es más complicado liberarse de la telaraña.

Las potentes bombas que anoche sonaban en el centro de Gaza, y los no menos intensos bombardeos de la artillería, la marina y la aviación en otros muchos lugares de la Franja, representan la volatilidad del conflicto. Una volatilidad que no sólo ha ignorado Netanyahu, sino también todos los primeros ministros que le han precedido y que han impulsado las colonias judías en los territorios ocupados, haciendo de esas colonias su prioridad más importante cuando han estado en el poder.

El aspecto humanitario del conflicto no puede ignorarse. A los más de 1.100 palestinos que han muerto desde el 8 de julio, la inmensa mayoría civiles, se han de sumar los millares de heridos y los cientos de miles de desplazados. Ayer mismo el ejército volvió a ordenar la huida de cientos de miles de personas de cinco localidades, con las connotaciones que la palabra 'huida' tiene en la conciencia colectiva de los palestinos desde 1948.

El 90% de los israelíes muertos son militares; el mismo porcentaje alcanzan los civiles palestinos muertos desde que comenzó la guerraEs una incógnita cuánto tiempo podrán los milicianos de Hamás mantener el pulso con uno de los ejércitos más poderosos del mundo y con las sofisticadas armas que le provee Washington. De momento lo están haciendo con coraje y determinación, para asombro de palestinos y foráneos, aunque el número de cohetes que disparan se haya reducido a la mitad en los últimos días.

La resistencia de los milicianos dependerá de la estrategia militar que siga Israel, aunque si Netanyahu ordena al ejército entrar a saco en la Franja, una posibilidad que ahora parece remota, las tropas sin duda se encontrarán con más de una sorpresa desagradable, bastante más desagradable que las que han tenido hasta ahora.

La admiración de los palestinos hacia Hamás ha crecido desde que se inició la guerra. Y más si cabe si se tiene en cuenta que más del 90% de los israelíes muertos en las últimas dos semanas y media son militares. Hamás habría podido matar fácilmente a un gran número de civiles a través de los túneles pero todos los ataques que han llevado a cabo sus milicianos por esta vía se han centrado en los militares, lo que incrementa la admiración de sus paisanos. Frente a esto, un porcentaje similar al que acabamos de indicar son los civiles que han muerto en el otro lado.

Ninguna de las dos partes parece dispuesta a ceder. Hamás ha dicho que el levantamiento del bloqueo es imprescindible para llegar a un alto el fuego, mientras que Israel insiste cada vez con más fuerza en que alto el fuego debe estar condicionado al desarme de las milicias. Pero como no vayan los soldados a quitar las armas a los milicianos, uno a uno, es difícil que Israel consiga esta demanda.


https://www.quoners.es/debate/crees-que-la-onu-deberia-intervenir-en-el-conflicto-entre-israel-y-palestina

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