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¿Guerra fría latina?

Los países aumentan sus presupuestos destinados a la compra de armamento

BERNARDO GUTIÉRREZ

Desde el año 2005, el gasto militar de América Latina se ha disparado. El fantasma de una posible guerra fría latina, invocado por las compras de masivas de fusiles para las milicias civiles de Venezuela y por las importaciones de alta tecnología de Chile, se pasea por el continente. Tras la tensión bélica entre Ecuador y Colombia, con Venezuela en el fondo, los temores se disparan.

En octubre de 2006, España canceló uno de los mayores pedidos de material militar de la historia de Venezuela: 10 aviones de transporte C-295 y dos de patrulla marítima
CN-235. EEUU vetó la transacción porque el material contenía tecnología norteamericana. Y porque Venezuela, desde el 15 de mayo de 2006, está en la lista negra de EEUU por 'no cooperar contra el terrorismo'. Caracas apenas se inmutó. Y anunció que comprarían el material a su principal socio armamentístico: Rusia.

De hecho, la Venezuela bolivariana ya vivía una intensa luna de miel con la cuna de la revolución roja. Hugo Chávez anunció en marzo de 2005 la compra de 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov AK 103 y AK 104. Y hay más: 15 helicópteros, 24 cazas Sukoi-30 MK2. La noticia explosiva fue la construcción de la primera fábrica de Kalashnikov en América Latina. En territorio chavista precisamente. La estrategia de Hugo Chávez es muy simple: 'La metodología del débil contra el fuerte'. Armar al pueblo contra el imperio. La famosa 'guerra asimétrica'. ¿Kalashnikov frente a cazas F-16?.

Alarma internacional

'El lenguaje bélico de Hugo Chávez, su imprevisibilidad y lo abultado de sus últimas compras nos hacen esperar lo peor', asegura a Público Teodoro Petkoff, director del diario venezolano Tal Cual y crítico con Chávez. En Washington no pueden estar más de acuerdo. Stephen Johnson, subsecretario adjunto del Pentágono para América Latina, advirtió que 'existe la preocupación de que Venezuela se haya pasado de la raya'.

Si es así, la raya está aún muy lejos. El ránking de potencias militares de América Latina elaborado por la publicación Military Power Review para el periodo 2005-2006 está encabezado por Brasil, seguido por Perú, Argentina y Chile. Venezuela aparece en quinto lugar.

¿La chavezcracia se arma o simplemente se moderniza? En 2005, el gasto militar de Venezuela alcanzó los 2.200 millones de dólares, según cifras del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). Y en 2006 aumentó un 33% su gasto militar. Pero no es el único. Independientemente de la ayuda anual estadounidense recogida en el Plan Colombia para la lucha contra 'el narcotráfico y el terrorismo interno', el gasto militar de Colombia para este año ascenderá a 3,56 billones de pesos, alrededor de 1.000 millones de euros, de los cuales 2,3 billones estarán destinados a la compra de nuevos equipos militares. De esta manera, el presupuesto de Defensa será de 22,21 billones de pesos, una cifra astronómica que supone el 6,5% del Producto Interior Bruto (PIB) del país cuando en 2005 era del 1,9%. Además, 460.000 de los 566.000 funcionarios públicos trabajan para los ministerios de Defensa e Interior.Estas cifras permiten a este país tener una de las maquinarias militares más poderosas del continente.

Chile, con la compra de seis F-16 estadounidenses, aumentó su gasto militar un 4,5%. Y Brasil superará los 10.000 millones de dólares para gastos militares en 2009, según Nelson Jobim, ministro de Defensa. Argentina, por su parte, negocia en estos momentos con EEUU la compra de varios F-16 de segunda mano. Varios países de América Latina han anunciado nuevas y generosas partidas para sus ejércitos. Chile, por ejemplo, en 2005, con un gasto de 2.785 millones de dólares en compras, supero el rearme de Hugo Chávez.

'El aumento de presupuesto de las Fuerzas Armadas siempre es una noticia negativa para los esfuerzos de paz. Pero en el caso de Venezuela creo que debe ser interpretado más como un hecho político del presidente Chávez de querer ser un actor regional', asegura a este periódico Claudio Fuentes, director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Santiago de Chile.

 

Fuentes, considerado uno de los mayores expertos en el tema, afirma que no es 'probable el inicio de un escalamiento militar ni siquiera entre Venezuela y Colombia'. Rearme o simple modernización, la carrera armamentística latina es un hecho.

El informe ¿Rearme o renovación del equipamiento militar en América Latina?, del Real Instituto Elcano, recoge que el año 2005 supuso el inicio del rearme. 'Hay una tendencia de compra de armas. Aunque se trata más de una modernización de las Fuerzas Armadas tras muchos años de abandono, que de una verdadera carrera armamentística', asegura Carlos Malamud, investigador de América Latina del Real Instituto Elcano.

Chile, con el 3,8% de su PIB destinado al Ejército, es quien cuenta con un porcentaje más elevado. Pero para Malamud, el rearme venezolano es más preocupante que el de Chile: 'El programa de compras de Chávez no se limita a unas simples metralletas para las milicias. Lo esencial es el carácter previsible del Gobierno chileno frente a la imprevisibilidad de Chávez'. Por otro lado, en palabras de Claudio Fuentes, 'el hecho de que Chile y Argentina estén organizando una unidad militar integrada (la Cruz del Sur) manifiesta que la posibilidad de un conflicto es muy baja'.

Conexión boliviana

El miedo al rearme venezolano no parece tan vinculado al potencial bélico como a la figura de Chávez. El presidente venezolano, entre otras cosas, firmó un acuerdo con Irán para construir conjuntamente en Venezuela una fábrica de pólvora. ¿Riesgo de un polvorín latino? El Ministerio de Asuntos Exteriores de Brasil acaba de presentar un informe exclusivo sobre el rearme venezolano. La conclusión parece clara: no existe riesgo ni amenaza.

'Apenas están cambiando armas viejas por armas nuevas. Además, el Ejército venezolano está en el norte del país, no en la frontera con Brasil', asegura Samuel Pinheiro Guimarães, secretario general del Ministerio.

¿Hay motivo para la alarma entonces? 'El mayor punto de conflicto en la región, que podría terminar implicando a buena parte de América del Sur, si las cosas no se reconducen, es Bolivia', afirma Carlos Maladud. De hecho, el movimiento de Chávez que más ha molestado en la región es el acuerdo de cooperación firmado el 26 de mayo de 2006 entre Caracas y La Paz. El pacto, que está pendiente de aprobación por la Cámara Alta bolivariana, contempla la construcción con dinero venezolano de hasta 24 bases militares en la frontera boliviana'.

En el caso de Brasil, la escalada de los presupuestos bélicos está relacionada con su aspiración de gran potencia. El acuerdo firmado a principios de diciembre con Chile sobre investigación militar va en esa dirección. De hecho, Brasil tiene una propuesta de cooperación militar para toda la región alternativa al Ejército común que propuso Hugo Chávez para el Mercosur. Pero el rearme brasileño está vinculado principalmente a la protección de la Amazonia. Brasil puso en marcha, el 25 de julio de 2001, el denominado SIVAM/SIPAM (Sistema de Vigilancia Amazónica /Sistema de Protección de la Amazonia) con un presupuesto inicial de 1.400 millones de dólares. El sistema, que es una clara oposición al Plan Colombia (actual Plan Patriota) y a la presencia de tropas estadounidenses en la región, tiene un modernísimo equipo armamentístico. El Ejército aporta 3.000 soldados en alerta permanente, lanchas y helicópteros. La Marina, 1.100 hombres y navíos de patrullaje fluvial.

¿La Amazonia en sí misma justifica el alto presupuesto militar del país de Lula? 'Brasil mantiene un gasto militar bastante estable. Adicionalmente, creo que el aumento se relaciona más con el interés de Brasil de posicionarse como potencia intermedia a nivel global', asegura Claudio Fuentes.

Detrás de la carrera armamentística de América Latina existe un fantasma mayor: el tráfico de armas. Sólo en Brasil existen 17 millones de armas en circulación. El 90% de ellas está en manos de civiles. El 50% son absolutamente ilegales, según la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre el Tráfico de Armas. Y hay más: el 18% de ellas proviene de los arsenales de las fuerzas de seguridad (incluido el Ejército). 'La escalada armamentística de América Latina es una noticia pésima. No hay un verdadero control para evitar que las propias Fuerzas Armadas vendan el material', asegura Daniel Mack, del Instituto Sou de Paz.

Robos en los ejércitos

En un continente donde hay entre 73.000 y 90.000 homicidios por año, según la Organización Mundial de la Salud, el aumento de la circulación de armas es un verdadero riesgo. 'Los casos de robos de armas o de venta de material de los propios ejércitos son una constante', asegura Antonio Rangel, especialista en desarme de la ONG Viva Río.

¿Por qué Estados Unidos no amonesta a Brasil y sí veta cualquier relación con Venezuela? Aunque son constantes las acusaciones a Chávez de revender armas a las FARC y el ELN, la comisión del Congreso brasileño muestra una realidad bien distinta. Dicha comisión destapó algunas vías de tráfico internacional que salpican a Europa, Estados Unidos y China. Las armas llegan desde Rotterdam y Surinam, y también desde EEUU y China.

Alejandro Pozo, investigador de paz y desarme del Centre d'Estudis per la Pau J.M. Delàs, insiste en que 'EEUU se esfuerza por mostrar las conexiones entre Chávez y las FARC con informaciones en las que es difícil de separar su variante geopolítica-económica'.

El tráfico de armas internacional es, según el estudio del Congreso brasileño, el verdadero culpable. 'En América Latina es extremadamente fácil traficar con armas por lo que cualquier aumento en la circulación de armamento es pésimo para la seguridad', asegura Daniel Mack.

Hace unos meses, Elton y F. Nascimento, dos soldados del Ejército brasileño, fueron detenidos tras haber robado 9.000 balas del Depósito Central de Municiones del Ejército de Paracambi (Río de Janeiro), el mayor del país. El comprador del arsenal no era otro que el temido Comando Vermelho, la facción criminal que domina la mayoría de las favelas de Río de Janeiro. En los últimos dos años la Policía Federal (PF) brasileña está intensificando las incautaciones de armas de calibre elevado: fusiles 762, lanzacohetes y ametralladoras punto 30 y 50.

Los proveedores, principalmente, son los ejércitos de Paraguay, Argentina, Uruguay y Bolivia. Sólo del Ejército boliviano fueron requisadas entre abril de 2005 y junio de 2007, nueve armas antiaéreas. Las armas (muy superiores a las que posee la policía) estaban en manos de traficantes. Brasil es el gran responsable del tráfico ilegal de armas, según Antonio Rangel. 'Casi el 84% de las armas ilegales son de origen brasileño. Muchas son exportadas al extranjero y regresan con el denominado efecto boomerang', afirma el experto. 

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