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Acuerdo entre senadores de EEUU para regularizar a indocumentados

Supone el mayor acercamiento entre republicanos y demócratas para una reforma migratoria integral que afectaría a gran parte de los 11 millones de inmigrantes sin papeles en el país

EFE

Un grupo de senadores demócratas y republicanos ha presentado un conjunto de 'principios' comunes para avanzar en una reforma migratoria integral en EEUU que incluya una vía a la ciudadanía para parte de los alrededor de 11 millones de inmigrantes indocumentados.

Los senadores, entre ellos Marco Rubio en el lado republicano y Robert Menéndez en el lado demócrata, indicaron que este acuerdo bipartidista es una oportunidad para conseguir una reforma migratoria que se resiste desde antes de la llegada del presidente Barack Obama a la Casa Blanca en 2009.

La propuesta de los ocho senadores (cuatro demócratas y cuatro republicanos), que firman y dan peso a este acuerdo marco, podría traducirse en un primer proyecto de ley el próximo mes de marzo y, según el senador demócrata Charles Schumer, ser aprobado 'a finales de primavera o principios del verano' por la Cámara Alta.

Si el consenso finalmente es alcanzado en el Senado, la Cámara de Representantes podría dar luz verde a una reforma integral de un sistema que líderes de ambos partidos consideran 'roto', desfasado y que no contribuye a la mejora económica del país.

El acuerdo fue anunciado justo un día antes de que Obama explique en un discurso en un instituto de Las Vegas (Nevada) su plan para llevar a cabo una reforma migratoria integral y lograr un sistema 'más justo'.

Tanto demócratas como republicanos han acordado que la reforma incluya una 'vía para la ciudadanía dura, pero justa' para millones de inmigrantes que viven en la ilegalidad, con especial preferencia para aquellos que llegaron al país de niños y los trabajadores del sector primario, que han realizado trabajos mal pagados durante años.

Los que entraron de manera ilegal tendrían que somenterse a chequeos de antecedentes

'Inmediatamente después de que la ley sea aprobada, las personas que viven ahora en la sombra tendrán el derecho legal a quedarse y trabajar aquí. No serán deportados, siempre que no tengan antecedentes criminales. No serán acosados nunca más', indicó en rueda de prensa el senador demócrata Charle Schumer.

El proceso de regularización se realizaría de manera progresiva y obliga a aquellos que han permitido que sus visados caduquen o han ingresado en el país de manera ilegal a someterse a chequeos de antecedentes y pagar multas para obtener la residencia permanente o 'green card'.

Por su parte, los conocidos como 'dreamers', que llegaron al país cuando eran menores y no por voluntad propia, tendrán preferencia para optar a la ciudadanía, mientras que los trabajadores indocumentados del sector agrícola podrán también convertirse en ciudadanos mediante un plan específico diseñado para ellos.

Los republicanos Rubio y McCain quisieron poner el acento en la necesidad de que se mejore el control fronterizo para reducir la llegada de personas indocumentadas, así como los sistemas de verificación de visados y permisos de trabajo, requisitos previos para poder iniciar las regularizaciones.

El sector más conservador entre los republicanos se opone a facilitar la ciudadanía

Asimismo, los permisos de entrada legal para trabajar en Estados Unidos estarán ligados a la situación laboral en el país y tendrán en cuenta la llegada de personas con talento o en sectores en los que se requiere mano de obra foránea.

Las facciones más conservadoras del Partido Republicano se oponen a una ley que incluya la posibilidad de la ciudadanía, ya que en su opinión se trataría de una nueva 'amnistía' como las regularizaciones de 1986 que serviría de 'efecto llamada'. No obstante, el Partido Republicano reconoce la necesidad de acercarse más a la población hispana, después de que los latinos votaran en masa a favor de Obama (71 %) en las pasadas elecciones.

'Hay oposición en el Senado a la reforma integral, hay diferencias en la Cámara de Representantes, pero confío en que una mayoría de ambas cámaras conseguirá tener éxito, lideradas por el presidente de Estados Unidos, que ha hecho de este tema un asunto central', consideró McCain.

La última revisión integral de la ley de inmigración del país se realizó en 1986. Las iniciativas puestas en marcha desde entonces se han encontrado con una fuerte resistencia, especialmente del ala conservadora de los republicanos.

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