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El 'acuerdo del siglo' de Trump para Israel y Palestina nace muerto

La concepción del anunciado “acuerdo del siglo” que Estados Unidos está preparando desde hace meses augura que será un sonoro fracaso. La resolución del conflicto no puede dejarse en manos de las dos partes implicadas puesto que Israel ha demostrado que su único interés consiste en expandir su presencia en los territorios ocupados.

Manifestantes chiítas paquistaníes portan una bandera estadounidense con una imagen impresa del presidente estadounidense Donald Trump durante una protesta. AAMIR QURESHI / AFP

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El “acuerdo del siglo” que ultima la administración de Donald Trump no será un acuerdo de “tomarlo o dejarlo” sino “una base para que negocien las dos partes”, según han indicado esta semana fuentes estadounidenses al diario Haaretz.

El presidente de EEUU está demorando un anuncio que debía de haberse hecho público hace ya algunos meses y que la administración continúa diciendo que es “inminente”. No obstante, los americanos saben perfectamente que el acuerdo “nacerá muerto”, o que su recorrido será mínimo.

La demora la está aprovechando Israel para expandir su presencia en los territorios ocupados con más confiscaciones de tierras tanto en el conjunto de Cisjordania como en Jerusalén este especialmente. Mientras, la administración Trump guarda silencio y la Unión Europea simplemente no existe.

En el entorno de Benjamín Netanyahu se recalca la seguridad que tiene el primer ministro israelí en el sentido de que Trump no va a oponerse en ningún momento a su política expansionista en los territorios ocupados, lo que da a Netanyahu una libertad de acción que no ha tenido con ninguno de los presidentes anteriores.

Netanyahu quiere salir de esta situación como una persona “razonable”, frente a un presidente palestino, Mahmud Abás, que “rechaza” el “acuerdo del siglo”. Abás hace muchos años que debió dimitir y su determinación a mantenerse en el cargo ha sido nefasta para los intereses palestinos.

El esperado anuncio del “acuerdo del siglo”, que Abás ha definido como “bofetada del siglo”, no traerá ninguna sorpresa para Netanyahu ni tampoco para Abás. Ambos conocen las limitaciones de la administración estadounidense y son conscientes de que el margen de maniobra será mínimo.

Ahora hace un año, Abás comunicó a Washington su intención de ceder un 6,5 por ciento de Cisjordania a Israel. Hasta ese momento, la posición palestina consistía en ceder alrededor de un 2 por ciento. Pero ni siquiera la nueva propuesta fue aceptada por Israel.

Según algunas filtraciones, los estadounidenses contemplan reducir por la mitad el territorio palestino en el “acuerdo del siglo”

Según algunas filtraciones, los estadounidenses contemplan reducir por la mitad el territorio palestino en el “acuerdo del siglo”. Para ser exactos, el 22 de la Palestina histórica durante el mandato británico, se reducirá a aproximadamente el 11 por ciento.

Jerusalén este ya de es de facto israelí y el traslado de la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv hasta Jerusalén simplemente corrobora una situación que se da sobre el terreno desde hace muchos años.

“Todo lo que estamos viendo es muy extraño”, dice a Público un funcionario palestino. “Pero está claro que si sale algo del ‘acuerdo del siglo’ no será ni remotamente cercano a lo que es mínimamente aceptable para nosotros, de manera que no servirá de nada”.

“La administración Trump nos dice lo mismo que nos dicen los colonos judíos: ‘acepten el apartheid y la economía les irá bien’”, comenta el funcionario palestino. “Netanyahu no quiere que haya un plan, sea el que sea, de modo cuanto más tarde mejor, porque él seguirá confiscando tierras y construyendo en las colonias judías”.

Además, el “acuerdo del siglo” prevé una Palestina desmilitarizada en la que Israel controlará las fronteras y el espacio aéreo, es decir una situación similar a la que ya existe, en la que los palestinos están aislados en reservas pequeñas similares a las del apartheid de Sudáfrica.

El gobierno palestino no mantiene ningún tipo de relación oficial con Estados Unidos desde diciembre, cuando Trump anunció el inminente traslado de la embajada a Jerusalén que se ha concretado esta primavera. Sin embargo, los palestinos reciben cierta información de Estados Unidos a través de la Unión Europea.

Washington ha dicho con claridad que su “acuerdo del siglo” no será una “imposición” sobre las partes, pero justamente lo que las dos partes necesitan es una imposición de la ley internacional, y no seguir “negociando”, algo que por supuesto no está en la cabeza del presidente Trump.

El plan de que el “acuerdo del siglo” sirva de base para una negociación ulterior y directa entre las dos partes es muy significativo si se tiene en cuenta que las negociaciones directas entre Israel y los palestinos han fracasado durante el pasado cuarto de siglo una y otra vez.

No existe ningún indicio de que Israel vaya a cambiar sus políticas

La negativa de Israel a abandonar los territorios ocupados y su resolución a expandir las colonias ha sido un obstáculo insalvable en las numerosas “negociaciones” que se han desarrollado desde los acuerdos de Oslo de 1993. Ahora no existe ningún indicio de que Israel vaya a cambiar sus políticas, de manera que sigue existiendo la seguridad de que el “acuerdo del siglo” va a ser un nuevo fracaso.

La única esperanza que pueden tener los palestinos en las circunstancias actuales pasa por una enérgica intervención de la Unión Europea, pero las grandes potencias del continente obran siempre en interés de Israel y son incapaces de crear una política que defienda los propios intereses de la Unión Europea.

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