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Cifuentes cree que el programa de Podemos "dañaría la credibilidad" de España

EUROPA PRESS

La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ha señalado que Podemos 'aúna a partes iguales populismo y demagogia' y cree que la aplicación de su programa, si gobernara, 'dañaría irreversiblemente, sin duda, la credibilidad internacional de España'.

En un desayuno informativo, Cifuentes asegura que el nuevo partido está enraizado en el movimiento 15-M 'y plantea cambios radicales de carácter político, económico y social, y que pretende dejar a un lado los grandes consensos que hicieron posible la transición democrática y la Constitución'

Eso sí, ha valorado como 'positivo' que los movimientos antisistema 'se incorporen como una pieza más del propio sistema, pero no lo es tanto que hagan una utilización partidista del descontento ciudadano ni que su objetivo final sea romper unilateralmente las reglas del juego democrático'.

La representante del Gobierno central en Madrid considera que estos partidos de carácter 'rupturista' han recibido su apoyo 'al calor de los graves efectos sociales de la crisis económica y de proyectos separatistas contrarios a la lógica de los tiempos'.

'De la aplicación real de las propuestas teóricas de unos y del resultado final de los proyectos disgregadores de otros, hemos tenido en la historia reciente de Europa y de América Latina más de una experiencia práctica, y ninguna ha sido buena', ha añadido.

'De sus proyectos en Europa y América Latina no ha habido buenas experiencias'

Entre su análisis de las elecciones europeas, la delegada ha señalado el apoyo ciudadano a determinados partidos soberanistas catalanes, 'que no se conforman con el altísimo grado de autonomía conseguido hasta ahora, sino que pretenden utilizar las elecciones, el Estatuto de Autonomía y la propia Constitución para alcanzar la independencia de Catalunya'.

'Asistimos a un proceso escalonado en el que algunos dirigentes y partidos catalanes han considerado que el Estado de las Autonomías configurado en la Constitución, y delimitado por el Estatuto, no empieza y termina en sí mismo, sino que, en un ejercicio práctico de deslealtad institucional permanente, es una simple herramienta para avanzar, como decía una famosa frase cinematográfica, hasta el infinito y más allá', ha apuntado.

No obstante, y pese a la 'notable pérdida' de votos del bipartidismo tras el 25-M, 'sigue habiendo en España dos grandes partidos mayoritarios'. 'La historia reciente acredita que la existencia de ambos partidos ha contribuido desde el inicio de la democracia a la estabilidad política de España, y, en mi opinión, sería bueno que siguiera siendo así', ha dicho.

'Sería bueno que siguiera habiendo dos partidos mayoritarios'

'La disminución del apoyo electoral de los dos partidos mayoritarios, ha derivado en una fragmentación del mapa político que, de acentuarse en elecciones futuras de alcance local y nacional, podría llegar a incidir negativamente en la gobernabilidad, la estabilidad y la integridad de España', ha alertado.

Por lo que se refiere a los resultados del Partido Popular, ha asegurado que 'no basta con hacer un extraordinario esfuerzo, como lo está haciendo el Gobierno de Mariano Rajoy, para gestionar eficientemente la economía, crear empleo y salir de la crisis'.

La delegada también considera que los esfuerzos orientados a la recuperación económica 'se ven empañados por episodios de corrupción, que debemos seguir combatiendo sin descanso, mediante el impulso riguroso de un proceso de regeneración y de transparencia que devuelva a los ciudadanos la confianza en la política y en los políticos'.

'La sociedad no puede digerir nunca, pero más aún cuando a muchos ciudadanos les faltan recursos esenciales para la subsistencia, que quienes están al frente de las instituciones no guardan el más escrupuloso respeto por los recursos públicos. Por eso, para tratar de superar la desafección de los ciudadanos, mostrando que los políticos no formamos parte del problema, sino de su solución, tenemos que ser inflexibles con la corrupción, y exigir no sólo legalidad, sino también ética en la gestión. Porque si la democracia no es capaz de acabar con la corrupción, la corrupción puede acabar con la democracia', ha sentenciado.

'Hay futuro y hay esperanza. Pero no es momento para la división, sino para la unidad'Cifuentes aboga por que el PP 'sintonice' no sólo con su electorado, sino también con el conjunto de la sociedad, 'que reclama medidas de reequilibrio social, eliminar lacerantes desigualdades económicas, y generar empleo de calidad para acabar con los inaceptables niveles de paro, luchar contra la exclusión y facilitar oportunidades para la formación académica y profesional'.

'Estamos en el buen camino para alcanzar estas metas. Hay futuro y hay esperanza. Pero debemos tener muy presente que no es momento para la división, sino para la unidad; no es momento para la autocomplacencia, sino para la autocrítica; no es momento para el egoísmo, sino para la solidaridad; no es momento para los localismos, sino para la visión de Estado. Si todos, independientemente de las ideologías, lo entendemos así, podremos construir una España mejor y un mejor futuro para los españoles', ha apostillado.

Por otro lado, ante la abdicación de Juan Carlos I y la coronación de Felipe V, Cifuentes ha constatado que 'unos plantean con fervor la necesidad de someter a referéndum la forma política del Estado para instaurar la República; otros abogan decididamente por romper España por la vía de la independencia de determinados territorios; y algunos partidos de nuevo cuño plantean hacer tabla rasa de todos los consensos que han estado en la base de la estabilidad y la competitividad de nuestro país en las últimas décadas, y que conforman la esencia de la democracia'.

Y ante estas actitudes 'disgregadoras y rupturistas', la delegada del Gobierno ha hecho un llamamiento a la responsabilidad, 'invocar el sentido de Estado de todos los representantes políticos y exigir que cualquier tipo de iniciativa que se plantee esté dentro de la legalidad constitucional'.

'La Constitución de 1978 contempla distintos mecanismos orientados a hacer posible su reforma, siempre y cuando se cuente con las mayorías cualificadas necesarias. Quienes se proponen instaurar un nuevo régimen político, quienes pretenden modificar el modelo territorial, quienes anhelan cambiar las reglas colectivas de convivencia, sólo necesitan tres cosas: plasmar sus reivindicaciones en un programa electoral, obtener la confianza de la mayoría de los españoles, y lograr el respaldo suficiente del Parlamento', ha asegurado.

Cifuentes cree que esa es 'la única vía'. 'El legítimo ejercicio del derecho fundamental de reunión permite tomar el pulso del sentimiento y las reivindicaciones de los ciudadanos, pero no es un plebiscito en sí mismo, como pretenden algunos', ha dicho.

'En un sistema democrático, los cambios de rumbo de profundo calado no pueden establecerse sólo a golpe de manifestaciones y de calle, ni de referéndum al margen de la ley, sino de votos y de urnas. Porque la democracia no son sólo las urnas, pero sin urnas no hay democracia', ha proseguido.

Y, aunque Cristina Cifuentes se ha mostrado partidaria 'utópicamente' de poder votar a los miembros de todas las instituciones, ha afirmado que la Monarquía parlamentaria 'ha contribuido decisivamente a traer la democracia, a evitar que acabaran con ella, y a consolidarla durante los 39 años de reinado de don Juan Carlos I, por lo que merece respeto y confianza de cara al futuro en la persona del rey Felipe VI, que va a encarnarla a partir de ahora'.

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