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Amnistía denuncia que el sistema legal facilita la represión en Cuba

La organización pide la liberación de los disidentes y un 'cambio de estructura'

 

THILO SCHÄFER

'Con la revolución, todo; contra la revolución, nada'. El famoso lema que espetó Fidel Castro a los intelectuales en 1961 queda plasmado en la Constitución cubana. 'Se reconoce a los ciudadanos libertad de palabra y prensa conforme a los fines de la sociedad socialista', dice el artículo 53.

En la práctica, el ejercicio de un periodismo independiente o de otras formas de manifestar opiniones adversas al régimen castrista tiene un precio muy alto, como demuestra el informe sobre la libertad de expresión en Cuba presentado ayer por Amnistía Internacional en Madrid.

La organización denuncia que en la actualidad hay 53 presos políticos en las cárceles cubanas, 12 de ellos periodistas, y exige su liberación inmediata. Pero no sólo eso. 'La liberación de estos presos es importante, pero si no cambia la estructura del sistema se producirán otros casos en el futuro', dijo ayer Esteban Beltrán, director de Amnistía en España. 'Los presos no deben ser moneda de cambio para concesiones políticas', advirtió en referencia a los esfuerzos diplomáticos para solucionar la situación.

'La represión ha aumentado a medida que se ha deteriorado la situación económica y social en todo el país', aseguró el periodista cubano Yosvani Anzardo Hernández por teléfono desde la isla. Los responsables de Amnistía reconocen que el férreo bloqueo económico y político que ejerce EEUU contra Cuba desde hace décadas ha contribuido a esta situación. 'El embargo perjudica a la gente, sobre todo a su derecho a la salud, pero no puede servir como coartada para limitar los derechos humanos', dijo Beltrán.

Fidel Castro: 'Con la revolución, todo; contra la revolución, nada'

Para Amnistía, la arbitrariedad de la legislación y la falta de independencia de la justicia han producido una 'maquinaria represiva', según Kerrie Howard, directora para América de la organización.

'El acoso llega hasta nuestros familiares. Es una guerra psicológica', contó la periodista Magaly Norvis Otero Suárez, también en conexión telefónica. Tanto ella como Anzardo Hernández mantienen que simplemente quieren informar sobre lo que pasa en la isla. 'Es muy difícil, ni siquiera permiten que se cuenten los muertos durante el paso de un huracán', dijo Anzardo Hernández, quien fue detenido e interrogado en septiembre de 2009. Después las autoridades cerraron su periódico digital Candonga.

Cuba no permite la propiedad privada de medios de comunicación y todos los periodistas deben afiliarse a la asociación nacional de periodistas, controlada por el Partido Comunista, según Amnistía.

La mediación de la Iglesia para mejorar la situación de los presos de conciencia no resulta suficiente para Norvis Otero Suárez: 'Las intenciones son buenas, pero no han dado resultados positivos'.

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