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Arranca en Brasil el juicio
político contra Dilma Rousseff

El proceso concluirá con una votación el próximo 31 de agosto. La mandataria tiene previsto comparecer el lunes para defenderse de las acusaciones en su contra por irregularidades contables que todavía no han podido ser demostradas.

El presidente del Tribunal Supremo Federal de Brasil, Ricardo Lewandowski, antes del inicio de la sesión en el Senado.- REUTERS

AGENCIAS

BRASILIA.- La fase final del juicio político contra Dilma Rousseff ha comenzado este jueves en el Senado de Brasil. En juego está el futuro de la mandataria. El proceso, que ha dividido al país, concluirá con una votación el próximo 31 de agosto.

La sesión está presidida por el presidente del Tribunal Supremo Federal, Ricardo Lewandowski, y prevé la presentación de testimonios, el más importante de ellos el fiscal del Ministerio Público y del Tribunal de Cuentas, Julio Marcelo de Oliveira, que comparece como testigo de la acusación.

"Los senadores se convierten ahora en verdaderos jueces y, por tanto, deben dejar de lado sus preferencias políticas y personales", para "actuar con la máxima exención y objetividad" y evitar "todo comportamiento que pueda suponer favoritismo o predisposición" en relación al caso, declaró Lewandowski.

La propia Rousseff tiene previsto comparecer el lunes para defenderse de las acusaciones en su contra por irregularidades contables que todavía no han podido ser demostradas. Para que su destitución salga adelante hacen falta los votos favorables de 54 senadores del total de 81 con que cuenta la cámara. En favor de la mandataria declararán su exministro de Hacienda Nelson Barbosa y otros exfuncionarios de su Gobierno, así como dos expertos en finanzas públicas de universidades federales.

El Senado calcula que terminará de escuchar a los testigos la noche de este viernes o durante la madrugada del sábado, tras lo cual el proceso tendrá un receso hasta el lunes, cuando se escuchará a Rousseff. La gobernante acudirá por primera vez al Senado desde que se inició el proceso, el pasado 12 de mayo, cuando fue suspendida de sus funciones y sustituida, de momento en forma temporal, por su hasta entonces vicepresidente Michel Temer.

Según las previsiones del Senado, tras escuchar a Rousseff, se abrirá un espacio para debates y, una vez concluidos, se procederá a la votación que decidirá la suerte de la mandataria, la cual sería realizada el martes o miércoles. Si la mandataria es destituida Temer será confirmado en el poder hasta el 1 de enero de 2019, cuando le entregaría el cargo al ganador de las elecciones previstas para octubre de 2018. Sin embargo, si Rousseff fuera absuelta, recuperará el poder y Temer volverá a ocupar la Vicepresidencia, aunque en su entorno se asegura que renunciaría de inmediato por su pública enemistad con la presidenta, que lo acusa abiertamente de "golpista".

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