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El asesino noruego se niega a declararse culpable

Breivik asiste a su primera vista pública tras los ataques, pero se niega a declararse culpable y no reconoce al tribunal

REUTERS

Anders Behring Breivik, el extremista antimusulmán que asesinó a 77 personas en Noruega el 22 de julio, admitió el lunes haber perpetrado la masacre, pero se negó a declararse culpable en su primera comparecencia pública ante un tribunal. Breivik, que compareció ante un tribunal situado a apenas dos calles de donde hizo detonar una bomba antes de matar a tiros a 69 personas en un campamento de verano de las juventudes del Partido Laborista, también rechazó a la autoridad judicial que examina su caso.

'Soy un comandante militar en el movimiento de resistencia de Noruega y de los Caballeros Templarios de Noruega. En cuanto a la competencia (del tribunal), la rechazo porque usted recibió su mandato de organizaciones que apoyan la ideología del odio (y) respaldan al multiculturalismo', afirmó Breivik. 'Reconozco los actos pero no me declaro culpable', agregó. La masacre conmocionó a una nación conocida por su sociedad abierta, en paz y relativa prosperidad, iniciando un debate sobre la inmigración y las leyes de seguridad.

Mientras fuera del tribunal un grupo de manifestantes sostenía una pancarta que decía 'No a las plataformas para que los fascistas hablen', Breivik intentó dirigirse a los supervivientes y a los familiares de las víctimas, pero el tribunal se lo negó. 'Él me apuntó en la isla de Utoya. Ésa fue la última vez que le vi', dijo Bjoern Ihle, residente de Oslo de 20 años, después de la audiencia. 'Es bueno verle sin poder alguno. Fue una experiencia distinta a cuando le vi en Utoya', declaró.

La mayoría de las víctimas de la isla apenas superaban los 20 años y algunas recibieron disparos a quemarropa o mientras intentaban nadar para ponerse a salvo. En un manifiesto publicado en Internet antes de los ataques, Breivik escribió que su arresto abriría 'la fase de propaganda' de su operativo para iniciar una guerra destinada a defender a Europa ante una supuesta invasión musulmana.

La vista de hoy ha sido la primera oportunidad para que la prensa, los supervivientes de la tragedia y los parientes de las víctimas escucharan a Breivik, de 32 años, hablar en público. Estipulada bajo la ley noruega para mantener a un sospechoso en prisión antes del juicio, la audiencia fue la cuarta de Breivik y, tal como se esperaba, el tribunal decidió mantenerle bajo custodia.

Posiblemente permanecerá en la cárcel hasta el inicio de su juicio, que podría tener lugar en la primera mitad de 2012. Unas 120 personas pudieron entrar en la sala, mientras que cientos de otras más ocuparon las salas aledañas equipadas con cámaras que retransmitían el proceso.

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