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Ashtiani sigue en el corredor de la muerte en Irán

Condenada a la horca por adulterio, la mujer no fue ejecutada como temían las ONG

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La iraní Sakineh Ashtiani, condenada a muerte por haber mantenido relaciones con dos hombres tras la muerte de su marido, sigue en el corredor de la muerte de la cárcel de Tabriz, a unos 600 kilómetros al oeste de Teherán. Las autoridades de la República Islámica de Irán no llevaron a cabo ayer la ejecución, tal como lo había anunciado el Comité Internacional contra la Lapidación (CIL).

'Sakineh Ashtiani no ha sido ejecutada. Pero el peligro perdura y puede suceder en cualquier momento', afirmó Mina Ahadi, portavoz del CIL, con base en Alemania, y que cita fuentes del Comité en Irán. Por su parte, el Ministerio de Justicia iraní negó que Ashtiani iba a ser ejecutada (por la horca, tras ser conmutada la condena a morir por lapidación) y aseguró que la mujer se encuentra 'bien de salud'. Según la agencia de noticias estatal Irna, Malek Ajdar Sharifi, adscrito al Juzgado de Tabriz, insistió en que el proceso contra Ashtiani 'sigue su curso'.

La Justicia de Irán la acusa de haber tenido relaciones con dos hombres

El CIL considera que la presión de la comunidad internacional permitió aplazar la ejecución. 'Algunos países como Francia, Reino Unido, Italia, la Unión Europea vía su representante Catherine Ashton y Estados Unidos reaccionaron el martes muy bien' al mostrar públicamente su rechazo de la ejecución inminente de la mujer, explicó la portavoz Ahadi.

'Algunos de estos países han estado en contacto con los representantes del Gobierno iraní. Estoy segura de que toda esta atención ha tenido un papel. Pero la ejecución sólo ha sido aplazada, pero no levantada. Podría producirse en cualquier momento, como mañana, en los próximos días o la semana que viene', subrayó el CIL. La organización llama a mantener la campaña en defensa de Ashtiani.

Sakineh Ashtiani, de 43 años, fue condenada a muerte en 2006 tras ser declarada culpable de adulterio por mantener relaciones con dos hombres tras la muerte de su esposo. Más tarde, también fue acusada de ser cómplice en el asesinato de su marido y desde entonces permanece ingresada en una cárcel de Tabriz.

Un funcionario asegura que está 'bien de salud' y que sigue el proceso

En Irán, el caso ha abierto una agria polémica en el seno del régimen, con declaraciones contradictorias entre el Ejecutivo y el Poder Judicial. El presidente Mahmud Ahmadineyad declaró en varias ocasiones que no existe aún tal condena a muerte y que se trata de propaganda occidental de desprestigio a Irán. Sin embargo, el Poder Judicial asegura que se demostró que Ashtianí participó en el asesinato de su marido y cometió adulterio, y que debe morir por ello.

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