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El aspirante republicano Cain pagó para no ser denunciado por acoso

El acuerdo impide a todos los implicados hablar de lo sucedido

ISABEL PIQUER

El caso de acoso sexual contra Herman Cain, el candidato republicano que lidera los sondeos de su partido para las presidenciales de Estados Unidos de 2012, se afianza cada día un poco más.

Una de las dos mujeres que el aspirante conservador presuntamente acosó cuando era presidente de la Asociación Nacional de Restaurantes, entre 1996 y 1999, recibió una compensación económica equivalente a un año de salario, 35.000 dólares, a cambio de su silencio, publicaba ayer The New York Times.

Mientras, la otra persona involucrada estaba considerando dar su versión de los hechos. Pero antes, aseguró su abogado, Joel P. Bennett, debía pedir a la Asociación, lobby para el que trabajaba cuando se produjeron los hechos y que negoció el trato, que la liberara de la cláusula de confidencialidad que firmó su representada para dar carpetazo al asunto.

Cain negó el caso, luego lo reconoció y ahora dice que no lo recuerda muy bien

En el acuerdo, ninguna de las partes afectadas puede hablar del incidente, incluido el propio Cain. 'Es muy frustrante ver a Cain desacreditar a las dos demandantes, y mi cliente no puede decir nada por la cláusula de confidencialidad', dijo Bennett a varios medios estadounidenses.

La cliente en cuestión tendría serias dudas en darse a conocer públicamente. La mujer 'no creó esta historia', declaró una de sus amigas a The Washington Post, 'se ha visto envuelta en este huracán' y está hablando con su familia para tomar su decisión.

El escándalo surgió el pasado lunes cuando la página web Politico destapó el asunto. The New York Times contaba ayer que el 'incidente' tuvo lugar durante 'una copa fuera del trabajo cuando la gente estaba bebiendo mucho, algo habitual, dijeron las personas que conocían los hechos, en una organización que representa a la hostelería'.

El favorito entre los republicanos admite haber abonado una compensación

El tema en estas situaciones no es tanto el posible acoso sino la reacción del candidato y de su equipo. Y de momento Cain no ha estado especialmente brillante. Primero negó haber acosado a nadie, luego reconoció, sin asumir ninguna responsabilidad, que el caso existió aunque no se acordaba muy bien porque 'en 12 años pasan cosas'.

También se contradijo en lo referente al acuerdo económico: aseguró que desconocía cualquier trato y al día siguiente reconoció que se había negociado una compensación 'equivalente a unos meses de sueldo'.

Ayer, en un intercambio algo tenso con los periodistas, el candidato dijo simplemente que 'no se molestaran en preguntar sobre esas cosas' que les despiertan 'tanta curiosidad'.

Cain ha denunciado 'una caza de brujas' racista. Lleva ya unas semanas por delante del otro favorito, Mitt Romney, en los sondeos republicanos: 30% frente a 23% en la última encuesta de la Universidad Quinnipiac.

Su candidatura se basa en la originalidad del personaje; en su plan para reformar la fiscalidad en Estados Unidos imponiendo una tasa única del 9% y en su atípica experiencia empresarial como presidente de Godfather's Pizza.

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