Wikileaks ha llegado a un acuerdo con el periódico ruso Novaya Gazeta para publicar documentos que saquen a la luz ejemplos de corrupción en la Rusia de Putin. 'Julian Assange [editor de Wikileaks] ha dicho que los rusos se enterarán pronto de muchas cosas sobre su país y habla en serio. Nuestra colaboración permitirá denunciar la corrupción al más alto nivel político', explicó ayer Novaya Gazeta.

El diario, en el que trabajaba hasta su asesinato la periodista Anna Politkovskaya, es propiedad del empresario ruso Alexander Lebedev, que a su vez es dueño del diario británico The Independent. Hasta ahora, Moscú no ha mostrado preocupación oficial por la filtración de Wikileaks. El presidente, Dimitri Medvédev, ha dicho que los intereses del país no se han visto dañados.

Por otra parte, un día después de publicar una entrevista con Assange, The Times respondió ayer con un editorial al fundador de Wikileaks que resume las críticas dirigidas a la publicación de los documentos del Departamento de Estado. El diario británico acusa a Assange de 'hipócrita' por reclamar para él un derecho de privacidad que niega a las comunicaciones entre gobiernos.

Assange ha denunciado a la fiscalía sueca y a algunos medios por publicar fragmentos de la denuncia de abusos sexuales y violaciones presentada por dos mujeres suecas. Cree que se trata de una campaña para convencer a la justicia británica de que debe ser extraditado a Suecia, donde aún no ha sido procesado por los presuntos delitos.

'Assange puede creer que las filtraciones contra los gobiernos son una cosa, mientras que las filtraciones en relación a la conducta sexual de las personas son otra muy diferente', dice el editorial. 'Si es así, debe haber llegado a esa conclusión recientemente'. El diario se refiere a la publicación por Wikileaks en 2009 de un informe en el que aparecía el nombre y dirección del creador de una página web en la que hombres relatan sus experiencias con prostitutas.

El editorial es un ejemplo de la hostilidad de algunos medios contra Wikileaks. El problema para Assange es que sus críticas a The Guardian, por haber publicado extractos de la denuncia de Suecia, le han dejado sin uno de sus principales aliados. El periódico ha preferido no responder directamente a los ataques de Assange.