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Berlusconi: "Sigo adelante"

El primer ministro se niega a dimitir tras los últimos escándalos. El Gobierno salva la cabeza en una votación parlamentaria

DANIEL DEL PINO

Silvio Berlusconi sigue sin pensar en dimitir pese a los últimos escándalos, sus problemas con la Justicia y la pésima situación de la economía de Italia. Así lo confirmó anoche a la salida de una reunión inesperada con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, que según los medios sirvió para analizar las medidas económicas para fomentar el crecimiento económico que planea su Ejecutivo.

'No puedo estar a expensas de lo que digan los medios o la oposición. Seguiré adelante hasta que siga teniendo la mayoría en el Parlamento', dijo Il Cavaliere a Il Corriere della Sera después de hablar con Napolitano. 

En un editorial ayer, el periódico pidió al primer ministro que diera 'un paso atrás' y dimitiera por el bien del país promoviendo la creación de un Gobierno técnico que consiga estabilizar la economía dado el descrédito social e internacional de Il Cavaliere. Sin embargo, a Berlusconi no se le pasa por la cabeza: 'Seguiré adelante y en breve hablaré al país', dijo.

Según el periódico, Berlusconi piensa anunciar una reforma de la ley electoral (que curiosamente están pidiendo los partidos de la oposición con una recogida de firmas para un referéndum) que permita a los ciudadanos elegir directamente a sus representantes en el Parlamento. Con la legislación actual, los italianos, al votar, lo hacen por una persona, que decidie después la fisionomía de su grupo en las Cámaras. 

Pero aunque Il Cavaliere se resista a dar ese famoso 'paso atrás', expresión muy utilizada en el lenguaje político italiano, ayer hubo dos nuevas señales de la desconfianza internacional en el Gobierno italiano. Durante la reunión entre Berlusconi y Napolitano, Standard & Poor's anunció la rebaja de calificación de siete bancos italianos. Además, el presidente de EEUU, Barack Obama, cuando dio las gracias a los países que habían participado para derrocar al régimen de Muamar Gadafi en Libia, durante la asamblea general de la ONU en Nueva York, se olvidó de nombrar a Italia.

¿Coincidencia? Es difícil saberlo, pero Berlusconi no está en esa reunión precisamente por la situación política tan inestable que tiene en casa. Hoy al menos ha salvado un nuevo match ball después de que el Parlamento votara contra el arresto del diputado del Pueblo de la Libertad, Marco Milanese, por su participación en la logia masónica P4.

Un lobby a todos los efectos, encabezado por el empresario Luigi Bisignani, que se dedicó a influir en las decisiones del Gobierno presionando a los ministros y haciéndose con información confidencial para dar forma a la legislación según sus intereses.

Milanese, era el brazo derecho del ministro de Economía, Giulio Tremonti, en el Tesoro y se ocupaba de la lucha contra la evasión fiscal. Paradójicamente, Tremonti estuvo pagando con dinero negro a Milanese 4.000 euros al mes por el alquiler de una casa en Roma.

La votación era importante porque a diferencia de otras, el voto ha sido secreto y sirve para evaluar si, como dicen los medios, hay fisuras entre los propios miembros del partido de Berlusconi. El resultado final han sido 312 contra el arresto por 305 a favor, lo que significa que, de momento, a Il Cavaliere le siguen saliendo los números.

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