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Berlusconi trata de sacar tajada de la violencia

El Gobierno italiano intenta vender que la izquierda arengó a los exaltados

DANIEL DEL PINO

'Si en el Parlamento se usan métodos extremistas contra Silvio Berlusconi y prevalece el discurso del todo vale, es normal que la gente se sienta legitimada para protagonizar estos actos', proclamaba desde Washington el ministro de Defensa italiano, Ignazio La Russa, mientras aún llovían adoquines y cócteles molotov en la plaza de San Giovanni.

El Gobierno italiano trabajaba a destajo en la línea oficial: dar a entender que la izquierda arengó al medio centenar de salvajes que reventó desde el principio la marcha de los indignados por la capital italiana el sábado y borrar cualquier huella de manifestación pacífica que, pese a todo, existió. Il Cavaliere había superado una moción de confianza el viernes pasado y teniendo en cuenta el poder de su aparato mediático, la situación es ideal para desviar la atención. 'En vez de indignados son criminales', titulaba en su portada Il Giornale, con su director, Vittorio Feltri, desfogándose en las páginas interiores: 'Dad gracias de que el ministro de Interior no os reventara a puñetazos porque se temía que la oposición que os instrumentaliza le haría lo mismo a él. Los provocadores sois vosotros'.

Libero adornó una foto de los disturbios con el título 'Los mimados de la izquierda', y La Padania, diario de la Liga Norte de Umberto Bossi, apuntaba con el dedo: 'La izquierda violenta que quiere matar'.

Fotos y titulares mal intencionados que esconden todos ellos un cóctel molotov de conceptos. Los vándalos en Roma no fueron más de 500 en una marcha impecable de 200.000 personas. Su vestimenta (cascos y pasamontañas negros) y modus operandi señalan directamente a los centros sociales más conflictivos del país (Askatasuna en Turín, Acrobax y Gramigna en Roma) en los que conviven grupúsculos anarquistas violentos que ya han reventado más manifestaciones de este tipo en el pasado. Y como se podía comprobar ayer en varias páginas web, las acciones estaban calculadas de antemano.

En Italia, la derecha mediática tiende a relacionarlos con el brigadismo terrorista rojo de los setenta y ochenta y como algunas de sus facciones hoy tienen presencia en los partidos de izquierdas, la imaginación hace el resto. Los indignados de verdad, como queda demostrado en decenas de vídeos, se enfrentaron a ellos.

La red se movilizó también para desenmascarar a los violentos, pero, ayer, la Policía se convirtió en el centro de las críticas. El ministro de Interior, Roberto Maroni, defendió su actuación 'equilibrada', porque 'impidió que hubiera algún muerto'. El próximo martes comparecerá en el Parlamento para anunciar 'un plan para terminar con este tipo de actos'. El balance final fue de 135 heridos, 30 de ellos manifestantes el resto policías, 12 arrestos y dos millones de euros en pérdidas.

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