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Brexit Por qué los británicos antibrexit no salen a la calle como sus vecinos franceses

Este martes se celebrará en el Parlamento británico, si no cambia nada, la votación del acuerdo de brexit presentada por Theresa May. La mayoría de los partidarios de permanecer en la Unión Europea se resigna a esperar lo que ocurra. Sienten malestar y enfado pero frente a la posibilidad de hacerse escuchar les puede la apatía, el cansancio y la resignación.

Activistas proeuropeos participan en una campaña ante el Parlamento británico en Londres. EFE/ Facundo Arrizabalaga

CRISTINA CASERO

En la agenda del parlamento británico aparece marcada en rojo la fecha del 11 de diciembre. Dos años después del referéndum, de meses de negociaciones y de cinco días de debate, la Cámara de los Comunes deberá pronunciarse mañana sobre el plan de Theresa May para abandonar la Unión Europea. Aunque eso será sólo si nada cambia y lo cierto es que aquí, a esta hora, todo puede cambiar.

Todas las previsiones apuntan a esta hora a un rechazo masivo por parte de la Cámara de los Comunes y a que un segundo referéndum podría estar cada vez más cerca. 

Una encuesta del diario 'The Independent' señalaba que ahora mismo el 52% de los británicos es partidario de la permanencia

Theresa May no sólo tiene en contra a los miembros del Parlamento, también a la mayor parte de la ciudadanía. Ayer una encuesta del diario The Independent señalaba que ahora mismo el 52% de los británicos es partidario de la permanencia. La cifra se habría disparado desde que en diciembre los británicos empezaron a conocer la realidad que supondría una salida de la UE.

Pero incluso ahora, con esa información en la mano, los británicos antibrexit prefieren esperar y guardar su enfado para la intimidad en lugar de actuar. Sólo ayer -y sólo como respuesta a una convocatoria masiva por parte de los seguidores del partido radical anti-europeísta Ukip- algunos grupos partidarios de la permanencia decidieron salir a la calle en Londres con el objetivo de frenarlos.

Pero si alguien espera que ese cabreo se traduzca en una respuesta como la que los chaleco amarillos protagonizan en Francia, que espere sentado: no la hemos visto y no la veremos en las próximas horas por mucho que la decisión en torno al brexit les vaya a cambiar la vida.

Porque, como los propios británicos nos dicen: “Es un tema de cultura. Nosotros, por ejemplo, vemos lo que está pasando en Francia con esa idea de que los franceses siempre han sido más violentos”, apunta Philipp. Y Will añade: “Yo diría que aquí en general hay más respeto por la autoridad, la ley y el orden, la policía y la maquinaria de gobierno que en Francia”.

Según los casos, eso se traduce en una respuesta pasiva -creer que no hay nada que puedan hacer aparte de esperar-, en una acción en la sombra -los que están convencidos de que ya han hecho todo lo que estaba en su mano- o incluso en preguntarse por qué no hacen nada los demás y mientras tanto no hacen nada tampoco ellos mismos.

“Nosotros somos más de esperar; ya veremos qué ocurre el martes. Cruzaremos los dedos”, dice un ciudadano.

En el primer caso, la respuesta es siempre la misma: “Nosotros somos más de esperar; ya veremos qué ocurre el martes. Cruzaremos los dedos”, insiste Philipp. Luke añade: “Manifestarse en la calle en Inglaterra no tiene mucha historia reciente como una manera efectiva de conseguir cambios políticos. No digo que sea imposible, solo intento explicar por qué hay ese sentimiento de apatía”.

“En este momento la clave es la votación del próximo martes pero creo que la acción directa en esta etapa tendría un impacto limitado para cambiar sus puntos de vista”, deja claro David. Luke añade: “Puede que parezca que los ingleses ya están hartos del tema y en cierto modo es verdad, pero también es increíblemente difícil entender lo que está pasando ahora y si los propios políticos no saben lo que va a pasar, ni lo que está pasando actualmente, esto nos deja sin recursos.”

La mayoría de los que creen que ya han hecho todo lo que estaba en su mano se refieren a la marcha pacífica del pasado 20 de octubre: “Hace un mes y pico 750.000 personas mostramos nuestra oposición al brexit en apoyo de un segundo referéndum. Quizá avanzó la cosa o quizá no. Nunca se sabe. Desafortunadamente, no suele tener mucho efecto. Mas de 3 millones se manifestaron contra la guerra en Iraq en 2003 y ya sabemos lo que pasó allí”.

Y por último están los que esperan en silencio a que sean los demás quienes actúen: “Dónde están los jóvenes? ¿Por qué no salen a la calle como vemos que pasa en otro países o con otros temas? Igual es que somos un poco dóciles y conformistas” -se pregunta y se responde Marine- “Yo lo veo así pero yo tengo 61 años. Si los jóvenes no hacen nada que son los principales interesados, quien lo va a hacer…”. 

La encuesta de la plataforma YouGov también sostiene que más votantes que nunca cree que la decisión de abandonar la UE fue un error

Basta con echar la vista atrás para recordar que esta tierra sí ha sido escenario de protestas y graves disturbios en la calle pero quien se remita a aquello para defender la posibilidad de una acción ahora parece que se equivoca porque la situación -tres de ellos nos lo aclaran- no es igual: “El único ejemplo de una manifestación exitosa que recuerdo fue contra la ‘poll tax’ en los años 80 -que acabó con la salida del gobierno de Margaret Thatcher-, pero en ese caso el 78% del país estaba en contra de esa medida. Fue un país unido y ahora somos un país muy muy dividido e incapaces de ver los puntos de vistas del otro lado político”. “Ahora no todos tenemos los mismos argumentos contra el brexit. Nos falta esa unidad que sí hay, por ejemplo, contra otras cosas como el cambio climático”

Llegados a este punto se impone también la autocrítica. La encuesta de la plataforma YouGov también sostiene que más votantes que nunca- el 49%- cree que la decisión de abandonar la UE fue un error: “El problema del brexit es que realmente se trata del fracaso de la toma de decisiones en una democracia”, mantiene Will y aclara Philipp: “Si nos ponemos tendríamos que manifestarnos contra nosotros mismos que somos los que hemos provocado este desastre”.

Así que para muchos todo se resume en seguir confiando en la suerte: “Mucha gente en el país todavía piensan que el brexit es buena idea y el resto sabe que hay que esperar hasta que se celebre el segundo referéndum. Entonces votáremos y cruzamos los dedos para que salga a favor de permanecer”. Podría ser sólo cuestión de horas que la dudas empiecen a resolverse. O no.

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