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Cameron trata de blindar su Gobierno ante el avance imparable de los laboristas

El primer ministro exalta los valores de los Tories y defiende los recortes en el cierre de la conferencia de los conservadores en Birmingham

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David Cameron ha tratado desesperadamente de frenar el avance de los laboristas en Reino Unido con un discurso este viernes en el que ha dibujado a los Tories como el partido de la compasión y el patriotismo durante la última jornada del congreso que los conservadores han celebrado en Birmingham durante toda la semana. El primer ministro británico defendió sus recortes y pese a reconocer que aún quedan más por llegar, afirmó que el país está preparado para salir de la crisis.

'Este partido tiene corazón pero no nos gusta lucirlo como una medalla. Los conservadores piensan: vamos a seguir trabajando y ayudando a la gente sin predicarlo a los cuatro vientos. No es nuestro estilo. Pero hay un problema. Deja espacio para que otros distorsionen nuestras ideas y nuestra identidad. Mi misión desde el primer día que me convertí en el líder del partido fue intentar cambiar eso. Mostrar que el partido Conservador es para todos: norte o sur, blancos o negros, heterosexuales u homosexuales', dijo.

Por muy propósitos que tenga Cameron, cambiar el hecho de que tanto él como otros importantes componentes de su Gobierno y su partido pertenecen a la élite social, le va a costar más que un discurso. Pero al primer ministro no le queda más remedio que intentarlo para frenar su sangría en las encuestas de opinión y la imagen elitista y desconectada de la realidad que está transmitiendo: 'No estoy aquí para defender los privilegios, si no para extenderlos a la sociedad', reclamó.

'No estoy aquí para defender los privilegios, si no para extenderlos a la sociedad' Cameron puso durante su intervención un ejemplo sobre su propuesta para obligar a los jóvenes a trabajar gratis. 'Cito las palabras de un alto cargo sindical sobre este programa: 'Esto es cosa del siglo XIX, de Oliver Twist y de los asilos de pobres. No está muy lejos de la esclavitud patrocinada por el Estado' [...] No estamos mandando a los niños a limpiar chimeneas, les estamos dando una oportunidad. No es cruel pedirle algo a la gente, sino no pedirles nada. El trabajo no es esclavitud, la esclavitud es la pobreza [...] y nosotros, un partido Conservador moderno y compasivo, somos los verdaderos campeones en luchar contra la pobreza en el Reino Unido hoy', exclamó.

Aunque no es sólo la imagen lo que hunde a los tories. Sus recortes les han hecho perder el apoyo mayoritario y Cameron trató de defender su política económica echando la culpa a los 17 años de Gobierno laborista. 'Esta es la verdad. El daño era mucho mayor de lo que nosotros pensamos y está llevándonos más tiempo del que esperábamos', dijo.

Según Cameron, 'la economía mundial, especialmente en la eurozona, se ha mostrado mucho más débil de lo que se previó. Cuando parte de nuestros acuerdos comerciales con países como Irlanda, España e Italia se están resintiendo porque nos compran menos productos, eso afecta a nuestro crecimiento y hace más difícil pagar nuestra deuda'.

'A no ser que actuemos -prosiguió- si no tomamos decisiones difíciles y dolorosas, si no mostramos nuestra determinación e imaginación, Gran Bretaña no será en el futuro lo que fue en el pasado', alertó.

2012 ha sido un año muy complicado para Cameron, que ha recibido muchas críticas desde dentro de su partido por su liderazgo. Se ha visto envuelto en los escándalos de Rupert Murdoch y The News of The World, y no ha podido evitar que Reino Unido entre de nuevo en recesión. Además, las fisuras cada vez más evidentes con los demócratasliberales de Nick Clegg, han debilitado de sobremanera a su Ejecutivo.

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