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La campaña en Brasil se enfanga en el juego sucio

Oposición y prensa atizan los escándalos de corrupción

NAZARET CASTRO

La campaña electoral en Brasil entra en su recta final en medio de descalificaciones mutuas y juego sucio, cada vez más ajena al debate de las ideas. A diez días de los comicios presidenciales, las encuestas dan como clara ganadora a Dilma Rousseff, la candidata escogida por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Y el candidato del opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), José Serra, endurece su discurso con la inestimable ayuda de la prensa de São Paulo, que diariamente divulga nuevos ribetes del escándalo que hizo dimitir a la ministra de la Casa Civil por un presunto caso de tráfico de influencias y comisiones ilegales.

El Partido de los Trabajadores (PT) ha reaccionado colocando a Lula como escudo protector de Dilma. Mientras el carismático presidente aparece en los espacios televisivos asignados a la candidata, esta rehúye entrevistas y debates. Lula ataca a la prensa en los mítines; los diarios responden enarbolando la bandera de la libertad de expresión. 'La prensa en Brasil está bajo chantaje', declaró Serra. Pese al ruido, Dilma sigue a la cabeza con el 51-52% de la intención de voto, según distintos sondeos publicados esta semana.

Se prevé un sonoro final de campaña, de juego sucio y descalificaciones mutuas. Según publicó este miércoles O Estado de São Paulo, los tucanos (el PSDB) han preparado cuatro vídeos para la recta final. El más agresivo de ellos muestra al personaje de Lula sujetando las correas de cuatro perros de raza rottweiler. En otra de las grabaciones, una mujer parecida a Dilma está en una entrevista de trabajo y, cuando es acusada de mentir, se defiende con el argumento de que es 'amiga del presidente'.

Los tucanos y la prensa más beligerante como el semanario Veja han aireado el pasado de Dilma como guerrillera y han relacionado al PT con el autoritarismo. El ruido va surtiendo efecto: no falta en São Paulo quien cree que el PT pretende instalar el modelo cubano en Brasil; poco importa que, durante sus dos mandatos, Lula haya mantenido la ortodoxia económica liberal heredada del ex presidente tucano Fernando Henrique Cardoso.

El PT ha decidido centrar su estrategia en los electores del estado de São Paulo que votarán por Dilma pero le darán al candidato a gobernador del PSDB, Alckmin, la victoria en primera vuelta. El PT sabe que conservar São Paulo como feudo le facilitará al PSDB la posibilidad de reconstruir el partido después de unos comicios que previsiblemente dejarán tocada a la derecha. El partido coaligado al PSDB, los Demócratas (DEM), está en franco declive desde hace meses.

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