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La Casa Blanca apostó por Juan Carlos aun sabiendo que la monarquía no tenía apoyo popular

El Departamento de Estado que dirigía Henry Kissinger envió un cable secreto a la Casa Blanca, la CIA y el Estado Mayor de EEUU, cuando faltaba menos de un mes para la muerte del dictador, afirmando que "ha llegado el momento de que Franco entregue el poder" al entonces príncipe, que si no podría declarar su "incapacidad"

El entonces príncipe Juan Carlos firma su aceptación como sucesor de Franco. - EFE

C.E.B.

En las postrimerías de la última enfermedad de Franco, ya con plena conciencia de que el dictador iba a fallecer de un momento a otro, la diplomacia norteamericana plantea a la Casa Blanca un problema social para sus planes en España: los ciudadanos no tienen ningún aprecio por la monarquía. Sin embargo, la conclusión de la diplomacia estadounidense es que (¿por consiguiente?) hay que acelerar la transferencia de poder al entonces príncipe Juan Carlos, previa renuncia del Caudillo o declaración formal de que está incapacitado para seguir ejerciendo la jefatura del Estado.

En un cable "SECRETO" del Departamento de Estado, fechado el 23 de octubre de 1975 y con transmisión "INMEDIATA" a la Junta de Jefes del Estado Mayor (JCS), al secretario de Defensa (SECDEF), a la CIA y a la Casa Blanca, se expone el "panorama que se abre ante la enfermedad de Franco" y se recuerdan "los precedentes que se sentaron tras el magnicidio de Carrero Blanco, y durante la primera enfermedad grave de Franco, en cuanto al cumplimiento de la Constitución, que serán difícilmente obviados por los líderes políticos y militares". No obstante, el mensaje diplomático urgente contiene una valoración mucho más relevante sobre la situación española en el ocaso del franquismo:

Las autoridades de la dictadura saben que la monarquía no es popular, pero creen que es "el necesario símbolo de consenso nacional"

"Además, los dirigentes políticos y militares responsables, al mismo tiempo de que son conscientes de que la monarquía no cuenta con una amplia base popular, la consideran sin embargo como un medio para proporcionar el necesario símbolo de consenso nacional".

En todo caso, lo que de verdad tranquiliza a Washington es que "seguramente la sucesión se llevará a cabo ordenadamente y es previsible que las Fuerzas Armadas garanticen una transferencia disciplinada del poder, pese a que debido a la acuciante naturaleza del tema del Sáhara y de otros problemas, pueden producirse presiones para acelerar la toma de posesión de Juan Carlos ". Declaración de incapacidad del dictador

"Incluso si Franco sobreviviese a su última enfermedad", continúa el cable secreto, "la acumulación crítica de problemas sin resolver no permitirán que siga gobernando con efectividad un jefe del Estado debilitado. Muchos, dentro y fuera del establishment, creen que ha llegado el momento de que Franco entregue el poder... algo que puede empujar a Arias [Navarro] y a Juan Carlos a poner en marcha una transferencia definitiva de poderes mediante una declaración de incapacidad" del dictador.

En mensajes sucesivos quedará claro que Juan Carlos, entonces aún príncipe, está tratando desesperadamente de que Franco firme su renuncia en el lecho de muerte y le entregue el poder, antes de que la extrema derecha o los militares se hagan con él... pero eso es otra historia.

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