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Chávez se enfrenta a sus elecciones más difíciles

Recesión, corrupción y violencia minan su popularidad

DANIEL LOZANO

Hugo Chávez, campeón electoral de América Latina, se enfrenta el próximo domingo a sus elecciones más difíciles, en las que 17,7 millones de venezolanos elegirán nuevo Parlamento. El líder de la Revolución ha demostrado que es casi invencible en las urnas: de las 12 elecciones celebradas en Venezuela desde 1998, Chávez y sus aliados han resultado triunfantes en 10, han perdido una (la reforma constitucional de 2007, la famosa 'victoria de mierda' según la tildó en su día Chávez) y ha empatado otra (regionales y municipales de 2008, cuando la oposición conquistó grandes ciudades y estados).

El campo de batalla electoral es hoy muy distinto. Chávez necesita recuperar su carisma (tiene un índice de popularidad por debajo del 46%) entre las clases desfavorecidas, rentabilizar sus logros sociales y exprimir la mastodóntica maquinaria estatal para superar el descontento: la recesión económica (caída del 3,5% del Producto Interior Bruto), la inflación en los últimos 12 meses en torno al 30%, los escándalos de corrupción, la violencia urbana y la crisis energética que todavía colea. Y, por primera vez, compite contra una oposición unida.

Sabedor de las dificultades, Hugo Chávez se ha lanzado a una extenuante campaña para convertir el 26-S en un plebiscito. En una masiva caravana realizada en el oeste de Caracas, el presidente venezolano, arropado por miles de sus seguidores, se apoyó en su tradicional arenga militarista para animar a sus huestes: 'Esto es sólo un aviso de lo que le vamos a dar a los escuálidos [opositores]'. Incluso fue más allá: 'Vamos a demoler a la contrarrevolución, vamos a volverlos polvo'.

El líder bolivariano sabe que no sólo se disputan 165 escaños del Parlamento. Sobrepasado el ecuador de su 'Revolución perpetua' (su hoja de ruta inicial es de 20 años), el programa socialista de Chávez necesita de un Parlamento de fiel mayoría absoluta que le lleve en volandas hasta las presidenciales de 2012. Lo tiene tan claro que no lo oculta: 'Huele a 2012 En 2012 se elegirá presidente de nuevo y, si Dios quiere, yo estoy listo para asumir el reto nuevamente'.

Las encuestas más fiables adelantan que el 52% mantiene su apoyo al partido del presidente, el PSUV, y que el 48% votará por otras opciones. Pero los propios encuestadores avisan: el 37% de indecisos, los famosos ni-nis, (desencantados de la Revolución pero indiferentes a los candidatos de la oposición) inclinarán la balanza electoral.

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