El nerviosismo se deja sentir en el campamento Esperanza, situado a pocos metros de la mina San José, donde los familiares de los mineros, los equipos de rescate y la prensa esperan la inminente liberación de los 33 trabajadores atrapados bajo 688 metros de roca y tierra desde el 5 de agosto en el norte de Chile.

El ministro chileno de Sanidad, Jaime Mañalich, informó ayer de que el rescate comenzará el próximo martes, aunque luego dijo que sólo era su impresión personal. El titular de Minería, Laurence Golborne, señaló ayer que la perforadora T-130, con la que se está realizando el Plan B, alcanzará 'en las próximas 24 horas' el fondo de la mina y que se establecerá un contacto con los mineros. El jefe del operativo, André Sougarret, dio detalles: 'Una vez que hayamos roto en la galería, bajará un escáner para revisar el trayecto completo. Si hay peligro de desmoronamiento, habrá que encamisar, revestir con tubos de metal. El rescate de los hombres se realizará entre cuatro y ocho días después de llegar a fondo'.

Sin embargo, quedan incógnitas técnicas por resolver. Sougarret explicó que bajará la cápsula Fénix hecha para transportar a los mineros: 'Si al llegar abajo la jaula no puede volver a subir con facilidad, será necesario ampliar la boca del agujero. Y eso debe hacerse con explosivos'. La detonación y su onda expansiva necesitan una planificación técnica. 'La ampliación será ejecutada por los mineros desde el interior y afortunadamente varios de ellos tienen experiencia en el manejo de explosivos', aseveró Sougarret.

El ministro de Sanidad, Jaime Mañalich, explicó que el protocolo elaborado establece que los 33 mineros harán ayuno de sólidos 12 horas antes de subir en la cápsula. Serán monitorizados durante todo el trayecto y, al llegar a la superficie, un equipo médico les hará un chequeo completo. Todos los mineros rescatados pasarán luego a un módulo de 'estabilización', donde permanecerán unas dos horas. Si se encuentran bien, irán a una zona llamada de 'reencuentro', donde podrán estar con sus familiares. Luego volarán en helicóptero al hospital de la ciudad de Copiapó.

Se planea que los 33 hombres salgan a la superficie en el siguiente orden: primero, los cuatro o cinco considerados 'hábiles'. El ministro Mañalich explicó que estos entregarán información fundamental sobre el funcionamiento de la cápsula y el trayecto. Después saldrán los 'débiles'; es decir, los que presentan problemas de salud como afecciones respiratorias, epidérmicas y dentales.

Los últimos en salir serán los 'fuertes', que han sido líderes del grupo durante esos meses bajo tierra. 'Hay varios que han visto aumentado su ritmo cardíaco ante la inminencia del rescate, hay algunos muy nerviosos, pero no vamos a utilizar calmantes a menos que fuera extremadamente necesario, porque los necesitamos muy alerta', aseveró Mañalich. Los mineros ya están haciendo ejercicios físicos reforzados.

Las autoridades médicas y militares informaron de que los 33 mineros deberán pasar dos días en el hospital de Copiapó antes de irse a casa.

Precisamente en Copiapó, los trabajadores de la minera San Esteban, propietaria del yacimiento San José, marcharon ayer por las calles de la ciudad. Tras varias reuniones con el Gobierno de Santiago, la empresa accedió al pago de los sueldos de todos los trabajadores de la minera, los 33 encerrados y 250 más. Además, la empresa San Esteban accedió a indemnizar a todos sus empleados. Esto fue posible porque el Estado liberó sumas de dinero retenidas desde el derrumbe.

En el terreno, el jefe del operativo, André Sougarret, dijo que el Plan A, que ejecuta la máquina Strata 950, alcanzó ayer los 599 metros, pero por un problema técnico permanecerá detenido unos cinco días, mientras el Plan C, de la Petrolera Rigg-421, está a 409 metros de profundidad.