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Combatientes de dios en Siria, uníos

Los yihadistas más activos en Siria pertenecen a Hasha, una organización que cuenta con más de 20.000 efectivos y un centenar de grupos que operan en el norte y el centro del país

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Hasha es la sigla de Harakatu al Ahrar al Sham al Islamiya (Movimiento Islámico de los Hombres Libres del Levante), que ha experimentado un enorme crecimiento en los últimos meses, atribuyéndose un gran número de ataques contra el régimen de Bashar al Asad.

El pasado viernes, su líder, Hassan Abud, fue nombrado jefe de la oficina política del flamante Frente Islámico, una nueva coalición que se ha establecido con el objetivo de fundir gradualmente seis milicias islamistas rebeldes ajenas a Al Qaeda a fin de crear una fuerza 'independiente' capaz de derrocar a al Asad y de establecer un emirato islámico.

Hasha comenzó la lucha armada en la segunda mitad de 2011, pocos meses después del inicio de la revuelta y justo después de una amnistía mediante la que el régimen trató de mostrarse liberal con cientos de islamistas que llevaban años en las cárceles, pensando que tal vez los prisioneros responderían a su generosidad sin tomar las armas; pero ocurrió justamente lo contrario.

El fundador de Hasha, Hassan Abud, es oriundo de la ciudad de Hama y llevaba varios años confinado en la prisión de Sednaya, no muy lejos de Damasco. Nada más respirar los aires de libertad entró en contacto con Abu Ayub, antiguo lugarteniente de Osama bin Laden, fundador y líder de Al Qaeda.

Abud cree que los chiíes conspiran para extenderse por toda la región a costa de los suníes La primera misión de Hassan Abud fue garantizar la financiación y el suministro de armas de la nueva organización, y enseguida vio que Abu Ayub era el eslabón que necesitaba para lograrlo. Abu Ayub puso en contacto a Abud con grandes capitalistas kuwaitíes, como Safi al Aymi, conocidos por concitar un odio profundo hacía los chiíes. De hecho, desde el primer día Abud no ha ocultado que el principal objetivo de Hasha es combatir una supuesta expansión del chiísmo en Oriente Próximo, y concretamente en Siria.

Abud cree, como creen muchos suníes, que los chiíes traman una conspiración para extenderse por toda la región a costa de los suníes. Aunque Hasha empezó a operar en los alrededores de Hama y Homs, pronto estableció su centro neurálgico en el área de Idlib, al norte de Siria, donde dispone de una gran base de entrenamiento pegada al paso de Bab al Hawa, que está justo en la frontera con Turquía, lo que revela que Ankara y Hasha mantienen unas cordiales relaciones y que buena parte de la ayuda financiera y militar le llega a la organización a través de Turquía.

Hasha no cree en la eficacia de los atentados suicidas, prefiere asesinatos políticos y explosiones a  distancia

Pero Abu Ayub no solo resolvió los problemas financieros y el suministro de armas sino que también reclutó a numerosos yihadistas que habían combatido en Afganistán y Pakistán, algunos de ellos con una larga trayectoria, y que ahora sirven de cuadros en Hasha y han usado su experiencia para delinear su organigrama y funcionamiento, diseñando su característico modus operandi, distinto al de otros grupos yihadistas.

Los métodos de combate de Hasha difieren en algunos puntos de los de las otras dos grandes organizaciones, Daash (Estado Islámico de Irak y el Levante) y el Frente Al Nusra, que mantienen vínculos de dependencia con Al Qaeda, aunque Daash ha sido disuelta recientemente de un modo simbólico por el líder histórico de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, sucesor de Bin Laden.

Hasha no cree en la eficacia de los atentados suicidas y combina estrategias muy variadas que incluyen métodos que ya aplicaron en los años ochenta los Hermanos Musulmanes sirios, como asesinatos políticos y explosiones desde la distancia. De Al Qaeda ha tomado su ferocidad en el combate y su disposición al sacrificio personal. Con un amplio arsenal de armas, dispone de tanques y artillería, así como de misiles anticarro.

Ideológicamente, no existe una gran diferencia entre Hasha, Daash y el Frente al Nusra, puesto que todos aspiran a establecer un emirato en Siria que esté gobernado por la sharia o ley islámica, a la medida de los suníes más religiosos y donde el estatuto de los no suníes se rija por las normas que históricamente ha aplicado el islam a las minorías.

Una diferencia más o menos sustancial con respecto a Daash y el Frente al Nusra, es que Hasha no rechaza la implantación de un régimen democrático, eso sí, entendiendo que la aplicación de la sharia es obligatoria e innegociable. También ha adoptado una posición menos beligerante con respecto a Occidente. Para Daash y el Frente al Nusra, en cambio, la democracia es anatema puesto que se trata de un bida o innovación, es decir de algo que no existía en el principio del islam y que por lo tanto es una idea novedosa que resulta inaceptable para cualquier buen musulmán, incluso en el caso de se aplique la sharia, como defiende Hasha.

Las relaciones entre Hasha y Daash no han sido fáciles, en parte porque el líder de este último grupo, Abu Bakr al Bagdadi, aspira a convertirse en el emir de Siria y para ello no ha dudado en adoptar una postura de liderazgo beligerante que las restantes organizaciones no han aceptado. A principios de noviembre, Daash ejecutó a un yihadista de Hasha por 'error', creyendo que se trataba de un chií infiltrado. Aunque Daash reconoció posteriormente la equivocación, este suceso ha alejado más a las dos organizaciones.

Las relaciones son más cordiales con el Frente al Nusra, un grupo que se identifica totalmente con Al Qaeda. Esto se debe a que el líder del Frente al Nusra, Abu Muhammad al Yulani, fue compañero de cárcel de Hassan Abud, así como a la proximidad y los vínculos que existen entre Abu Ayub y el líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri. El flamante Frente Islámico que desde el viernes pasado agrupa a seis milicias islamistas, incluida Hasha, cuenta con más de 50.000 efectivos a lo largo y ancho de Siria. Además de combatir al régimen, el Frente Islámico se enfrentará si es necesario al Daash de Abu Bakr al Bagdadi. Se da la circunstancia de el Frente Islámico no ha querido incluir al Frente al Nusra porque este último grupo figura en la lista de organizaciones terroristas de las Naciones Unidas y Estados Unidos.

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