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Corbyn afronta una rebelión interna ante la votación sobre la intervención de Reino Unido en Siria

Tras reunirse con su gabinete, el líder laborista decidió no imponer su postura contraria a la intervención al resto del partido y los diputados laboristas tendrán libertad de voto en el parlamento

Jeremy Corbyn abandona su casa de Londres, este martes. REUTERS/Neil Hall

PABLO RODERO

LONDRES.- El Partido Laborista llega totalmente dividido a la votación que tendrá lugar este miércoles sobre la participación británica en los bombardeos de la coalición internacional contra el Estado Islámico (EI) en Siria. Tras reunirse con su gabinete, el líder laborista Jeremy Corbyn, decidió no imponer su postura contraria a la intervención al resto del partido y los diputados laboristas tendrán libertad de voto en el parlamento.

Los votos laboristas se prevén claves dado que el primer ministro conservador, David Cameron, cuenta con una exigua mayoría en la cámara de los comunes y varios diputados tories votarán en contra de los bombardeos. Cameron necesitará, por lo tanto, el apoyo de algunos diputados de la oposición si no quiere que se repita el resultado de agosto de 2013, cuando el parlamento rechazó su propuesta de intervenir en Siria contra el régimen de Bashar al-Asad.

“Creo que habrá una amplia mayoría de diputados laboristas que votarán en contra de la guerra”, declaró Corbyn el martes. “Hay un pequeño número de intransigentes en su apoyo a la guerra que probablemente la habrían apoyado hubiera habido disciplina de voto o no”, añadió el líder laborista.

Distintas estimaciones hablan de entre 30 y 100 diputados laboristas dispuestos a votar a favor de los bombardeos, lo que sería suficiente para compensar las defecciones dentro de los conservadores y preservar la mayoría de 17 diputados con la que cuenta Cameron en Westminster. Aunque el Partido Nacional Escocés (SNP), tercero en número de escaños, votará en contra, Cameron podría recabar apoyos también entre los liberales y los unionistas de Irlanda del Norte. Todo apunta, por tanto, a que la moción saldrá adelante y los bombardeos comenzarán en cuestión de horas tras la votación.

Un partido dividido

La votación ha supuesto la primera gran revuelta interna contra Corbyn, miembro del ala más izquierdista del laborismo, que fue elegido líder contra todo pronóstico en las primarias de septiembre. Corbyn, que fundó la plataforma anti-belicista Stop the War Coalition en 2001, no pudo imponer su criterio al resto de diputados ante las amenazas de dimisiones dentro de su gabinete, según ha informado la prensa británica.

El veterano del Nuevo Laborismo de Tony Blair, Hilary Benn, uno de los partidarios de los bombardeos dentro del gabinete de Corbyn, celebró el martes la decisión de su líder de dar libertad de voto a sus diputados. “Creo que Jeremy ha demostrado un liderazgo realmente fuerte al reconocer que diferentes personas en el partido, incluido en su gabinete, tienen diferentes puntos de vista”, declaró Benn. “Es un nuevo tipo de política y creo que muestra su carácter como líder”.

A pesar de las cordiales palabras de Benn, diversos medios británicos informaron de una reunión del gabinete plagada de tensión en la que Andy Burnham, secretario de Interior, habría acusado a Corbyn de “lanzar a los lobos” a los diputados favorables a los bombardeos.

Si bien Corbyn cuenta con un apoyo poco consistente entre los diputados laboristas, su principal baza es el amplio respaldo entre la militancia del partido. Una encuesta llevada a cabo por la dirección del partido entre las bases señaló que un 75% de la militancia está en contra de la intervención militar en Siria. Len Mccluskey, líder del sindicato Unite y uno de los principales partidarios de Corbyn durante las primarias, escribió en The Huffington Post el lunes que los diputados laboristas que votaran a favor de la propuesta estarían firmando sus “obituarios políticos”.

El Gobierno, por su parte, ha intentado facilitar las cosas a los laboristas que le presten su apoyo, tratando de incorporar en la moción las condiciones fijadas en el congreso anual laborista para una intervención en Siria. Corbyn, sin embargo, rechazó el martes que los requisitos fijados hace un mes en la conferencia anual del partido, como el apoyo explícito de la ONU, se hayan cumplido en la moción del Gobierno. En la víspera de la votación que tendrá lugar tras un debate de 10 horas en el parlamento, Corbyn advirtió a los diputados partidarios de la moción: “Si bombardeamos Raqqa (…) vamos a matar gente, vamos a matar gente en sus casas con nuestras bombas. Creo que es algo sobre lo que deberíamos ser muy cuidadosos”.

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