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Crisis política en Israel por una cita secreta con Turquía

Un ministro turco y otro israelí mantuvieron el miércoles la primera reunión desde el sangriento ataque a la flotilla a Gaza

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu, y el de Industria de Israel, Binyamin Ben Eliezer, mantuvieron el miércoles una reunión secreta en Bruselas para reducir la tensión entre los dos países con vistas a normalizar las relaciones, pero el largo encuentro concluyó sin progresos tangibles y, en cambio, ha generado una crisis política interna en Israel.

La ausencia de acuerdo se deriva de la negativa israelí a satisfacer las cuatro demandas que los turcos presentaron cuando se inició la crisis, a finales de mayo, y que son: el final del bloqueo de la Franja de Gaza, la presentación de excusas por parte de Israel por el asalto a la Flotilla de la Libertad, la creación de una comisión de investigación independiente internacional y la asignación de indemnizaciones a las familias de los nueve activistas turcos fallecidos y a las decenas de activistas heridos.

En Ankara, el Ministerio de Exteriores reveló que la reunión se celebró después de que el presidente de EEUU, Barack Obama, pidiera explícitamente al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, la semana pasada en Toronto, que Turquía e Israel mantuvieran una reunión a muy alto nivel para resolver la crisis que se inició el 31 de mayo, cuando una fuerza naval israelí abordó una flotilla que se dirigía a Gaza con ayuda humanitaria.

Davutoglu precisó que la iniciativa no partió de él, sino de Israel, es decir que fueron los israelíes quienes se dirigieron a Obama con la petición de que este organizara la reunión en tierra de nadie. Aunque las dos partes trataron de mantener la celebración del encuentro en secreto, el Canal 2 de la televisión hebrea fue el primero en divulgarlo el mismo miércoles por la noche.

Israel rechaza de plano las demandas de Turquía. En primer lugar, el bloqueo de Gaza que teóricamente se acabó levantando la semana pasada, según el primer ministro, Binyamin Netanyahu en realidad sigue a casi el mismo nivel que antes del anuncio. Los israelíes justifican su actitud diciendo que están evitando la entrada de armas y materiales de doble uso, aunque lo cierto es que impiden la entrada de alimentos, medicinas, gasolina para uso privado y materiales de construcción civil.

El miércoles cruzaron los pasos de Gaza 128 camiones con ayuda humanitaria, apenas 28 más que en los días anteriores al levantamiento del bloqueo, una cifra que es muy inferior a los 600 camiones que entraban diariamente hace cuatro años, cuando comenzó el asedio. O sea, el levantamiento del bloqueo ha sido sólo un anuncio verbal que ha tenido una gran resonancia mediática pero que no se ha traducido en ningún cambio significativo, que es lo que Erdogan exige.

Los israelíes también rechazan la creación de una comisión de investigación independiente e internacional, y ya han establecido su propia comisión. A día de hoy, ni turcos ni israelíes parecen dispuestos a dar un paso atrás, de manera que lo más probable, si las cosas no cambian, es que las relaciones bilaterales continúen deteriorándose.

Además, Israel dice que los soldados que asaltaron el barco Mavi Marmara abrieron fuego en defensa propia y sólo cuando ya no tenían ninguna alternativa. Los turcos, por su parte, insisten en que los activistas propalestinos fueron asesinados a sangre fría y recibieron disparos en la cabeza. No parece probable que unos y otros rectifiquen sus posiciones en estos momentos.

'El punto que han alcanzado nuestras relaciones no nos permite estar contentos. La reunión ha proporcionado una oportunidad para transmitir en persona cuáles son los pasos que nosotros esperamos para restablecer las relaciones', manifestó en Ankara Burak Ozugergin, portavoz del Ministerio de Exteriores.

A raíz de la crisis, Turquía ha retirado a su embajador en Tel Aviv y ha cancelado tres maniobras militares con Israel que se habían planeado con anterioridad. También cerró su espacio aéreo a dos aviones de transporte militar israelíes que se dirigían a Polonia.

En público, los israelíes no se muestran tan preocupados como en privado acerca del deterioro de las relaciones con Turquía. Aseguran que si se les cierran las puertas de Turquía se les abrirán las de otros países europeos como Chipre, Grecia, Rumanía y Bulgaria, pero en privado admiten que no se pueden permitir perder a un país musulmán tan importante como Turquía.

El cónclave entre Davutoglu y Ben Eliezer suscitó un gran malestar en la sede de la diplomacia de Israel. Su titular, Avigdor Lieberman, se subía por las paredes cuando se enteró del mismo a través de los medios de comunicación. 'El ministro de Exteriores considera muy grave el hecho de que esto haya ocurrido sin que se haya informado al Ministerio de Exteriores', dijo en un comunicado.

'Es un insulto a las normas de comportamiento aceptadas y un duro golpe a la confianza entre el ministro de Exteriores y el primer ministro', continuaba el comunicado. Netanyahu se vio en un aprieto y manifestó que no había informado a Lieberman a causa de ciertos 'motivos técnicos' que no explicó.

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