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Cuba camina hacia la unificación monetaria

Miles de ciudadanos adquieren moneda nacional, despreciando por primera vez al peso convertible, el dólar y el euro

FERNANDO RAVSBERG

En el supermercado de mi barrio un famoso escritor de la isla me confiesa haber comprado medio millón de pesos cubanos para depositarlos en su cuenta bancaria. No es una excepción; miles de ciudadanos están adquiriendo estos días moneda nacional, despreciando por primera vez al peso convertible, el dólar y el euro. La fiebre se inició cuando el Gobierno anunció que iniciará el proceso para que en Cuba se utilice una sola moneda.

La noticia alegró a la mayoría de los cubanos. Muchos piensan que la existencia de dos monedas es la causa de la caída de su poder adquisitivo y esperan que cuando vuelvan a tener una sola su situación mejore. Otros apuestan a que se revaluará el peso por lo que sería un buen negocio adquirirlo antes de que suba. Los economistas confirman que se dispararon las compras de pesos cubanos 'muchos millones por encima de lo normal'.

Sin embargo, lo cierto es que la supuesta revaluación es un rumor que ningún miembro del gobierno ha confirmado. Sin un aumento del valor del peso, la medida podría no repercutir demasiado en la economía doméstica. En cambio sería trascendental de cara a la macroeconomía, que hoy vive un verdadero caos contable debido a que en el país se usan dos monedas con tres tasas de cambio. El ciudadano común debe pagar 24 dólares de su salario para adquirir un peso convertible, los hoteles compran a los campesinos a una tasa de siete por uno y para las empresas del Estado se cambia uno a uno.

Con semejante sistema, algunas compañías ineficientes muestran grandes ganancias, mientras otras sumamente rentables aparecen con pérdidas. Los economistas cubanos ponen el ejemplo de un hotel que produce cinco millones de dólares, pero al cambiarlos el Estado les devuelve cinco millones de pesos. De esta manera, reduce sus ingresos 24 veces, de forma que apenas les alcanza para pagar salarios, agua y luz. La situación inversa se produce cuando la empresa estatal importa en dólares y vende en pesos.

El propio José Luis Rodríguez, exministro de Economía, asegura que la dualidad monetaria permitió 'el rápido incremento de la inversión foránea entre 1994 y 1997, el establecimiento de esquemas de autofinanciamiento descentralizado en moneda convertible para empresas estatales y el ingreso de remesas al país'. Pero reconoce también que 'los beneficios a corto plazo comenzaron a ser superados por los costos que imponía la dualidad monetaria en la medida en que esta se extendió en el tiempo'.

La dualidad monetaria se inició en el año 1993, cuando la economía cubana atravesaba la más dura de sus crisis. Tras la caída del campo socialista europeo, Cuba perdió el 75% de su comercio exterior y por primera vez necesitó de divisas extranjeras para pagar sus importaciones, que hasta entonces se adquirían por intercambio.

José Luis Rodríguez recuerda que además 'en 1993 se produjo la llamada Tormenta del Siglo, cuyo impacto alcanzó los mil millones de dólares en pérdidas, a lo que se sumó la caída de la producción azucarera, por lo que la economía perdió 468 millones de dólares sobre lo previsto originalmente'. El propio Fidel Castro anunció la despenalización del dólar y este empezó a usarse en el circuito comercial interno para comprar en las tiendas de divisas.

La libreta de racionamiento había perdido la mayor parte de sus productos y los ciudadanos sacaron del colchón sus dólares para gastarlos en las tiendas que hasta hacía poco tiempo eran solo para extranjeros. Las remesas familiares tuvieron entonces un papel de salvavidas, pero, poco tiempo después, Washington empezó a perseguir las transacciones financieras de Cuba y a castigar a los bancos que le cambian los dólares a La Habana. La respuesta fue eliminar otra vez el dólar y emitir una moneda convertible propia, el CUC, imponiendo además una multa del 10% a la hora de cambiar la divisa estadounidense.

Con la crisis económica, desde los 90 los precios aumentaron ocho veces mientras que los salarios de los cubanos solo se duplicaron. La situación es tan difícil que el Gobierno no ha podido aún eliminar el reparto mensual de alimentos subvencionados a precios irrisorios que beneficia a todas las familias cubanas.

Muchos ciudadanos culpan a la dualidad monetaria de la caída de su poder adquisitivo. Sin embargo, los economistas sugieren que el mayor problema podría estar en los salarios. 'Si te pagaran 14.000 pesos cubanos (700 dólares) al mes nadie se quejaría porque esa cantidad te permite comprar todo lo que necesitas', explican. Al parecer, la política del Gobierno podría ir dirigida a continuar aumentando paulatinamente los salarios en vez de revaluar la moneda o bajar los precios, porque eso le permitiría beneficiar en lo fundamental a la persona que trabaja.

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