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Cuba muestra a su próximo presidente

Raúl Castro confirma que se irá dentro de cinco años. Miguel Díaz Canel, elegido Primer Vicepresidente del Consejo de Estado. Esteban Lazo, nuevo presidente del Parlamento

FERNANDO RAVSBERG

Miguel Díaz Canel, un líder provincial del Partido Comunista, de 52 años, podría convertirse en el futuro presidente de Cuba, tras ser nombrado por el parlamento Primer Vicepresidente del Consejo de Estado, órgano colegiado del Poder Ejecutivo. Sustituye en el cargo a José Ramón Machado Ventura, un viejo guerrillero de la Sierra Maestra que durante décadas estuvo a cargo del funcionamiento del aparato del Partido Comunista.

En la clausura de la sesión constitutiva de la nueva Asamblea Nacional, Raúl Castro aseguró que 'este será mi último mandato' e inmediatamente informó que Díaz Canel se convertiría en su segundo al mando durante este periodo. 'Esta decisión reviste particular trascendencia histórica porque representa un paso definitorio en la configuración de la dirección futura del país, mediante la transferencia paulatina y ordenada a las nuevas generaciones de los principales cargos', expresó el mandatario.

Pero la nominación de Díaz Canel no fue un hecho aislado, el promedio de edad del nuevo Consejo de Estado es de 57 años, el 61% de ellos nacidos después del triunfo de la revolución. Además creció dentro del poder ejecutivo el número de mujeres al 42% y el de negros y mestizos a un 38%, siguiendo las políticas de promoción de estos dos sectores poblacionales, propuestas por Raúl Castro y aprobadas en el Congreso del PCC.

El nuevo Vicepresidente fue profesor en la Universidad de Las Villas, su provincia natal. Muy joven es reclutado como cuadro profesional de la Juventud Comunista y tras ocupar diferentes cargos fue nombrado Primer Secretario del Partido de Villa Clara. Durante su mandato la región se caracterizó por el impulso cultural y la tolerancia, en la capital provincial se celebraban los festivales de tatuajes, conciertos de rock y espectáculos nacionales de travestis, que por aquellos años eran sacrílegos para muchos cubanos.

Asumió la jefatura provincial del PCC en los momentos más duros de la crisis económica de los 90, años en los que a pesar de su cargo vestía de shorts, camiseta y se trasladaba en bicicleta, tal y como hacían el resto de los jóvenes de su generación. Un grupo de periodista extranjeros que visitamos la ciudad de Santa Clara lo vimos esperando su turno en la cola de una pizzería. Una actitud que le granjeó muchas simpatías en la gente común y algunos resquemores dentro del aparato político.

La elección de Díaz Canel no fue una sorpresa, como tampoco lo fue la sustitución de Ricardo Alarcón, presidente del parlamento, que cayó en desgracia después del arresto de su mano derecha, Miguel Álvarez, quien al parecer entregaba información a los servicios de inteligencia de los EEUU. Sin embargo, llamó la atención que el presidente Raúl Castro no mencionara a Alarcón, un antiguo combatiente clandestino, representante de Cuba ante la ONU, más tarde nombrado Canciller, presidente de la Asamblea Nacional durante 20 años y principal negociador en los acuerdos migratorios con los EEUU.

En lugar de Alarcón toma la dirección del parlamento Esteban Lazo, quien hasta ahora ocupaba el cargo de Secretario Ideológico del PCC. Como difícilmente Lazo pueda simultanear los 2 puestos es de esperar un nuevo ideólogo. Un cambio en este sector puede resultar clave para la apertura de la prensa que está supeditada al Departamento Ideológico del PCC, cuyos funcionarios determinan la línea editorial general para los medios y nombran los directores de todos los periódicos, radios y canales de televisión.

Más allá de cualquier otra intencionalidad política, sin lugar a dudas se está produciendo en Cuba una transición generacional, que se refleja en todas las instancias de poder, incluyendo al gobierno, el parlamento y el Comité Central del PCC. Raúl Castro advirtió que no podía repetirse lo que ocurrió tras la enfermedad de su hermano, cuando no contaron 'con suficientes cuadros preparados para ocupar los puestos superiores del país' y les recordó que el proceso de transferencia debe terminar antes de los próximos 5 años.

Castro explicó que el proyecto es crear 'una sociedad menos igualitaria pero más justa', agregó que no se aplicarían 'terapias de choque contra el pueblo' y repitió que 'a mí no me eligieron presidente para restaurar el capitalismo en Cuba, ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo'.

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