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La detención de Assange en el Reino Unido es inminente

Sus abogados negocian su entrega a la policía y recurrirán la extradición

IÑIGO SÁENZ DE UGARTE

La segunda orden de arresto de Julian Assange enviada por Suecia ya está en manos de las autoridades británicas. Contra lo que informaron algunos medios de comunicación, no llegó a Londres hasta este lunes, lo que permite a Scotland Yard llevar a cabo la detención del editor de Wikileaks en cualquier momento, una vez que se hayan subsanado los 'errores técnicos' encontrados en la primera.

Suecia lo reclama para realizar un segundo interrogatorio en una acusación de abusos sexuales que Assange niega. Tras su inminente detención, la Policía tendrá 24 horas para presentarlo ante un juez.

Los abogados de Assange revelaron este lunes que estaban negociando su entrega voluntaria a la policía y que presentarán recurso para que no sea extraditado a Suecia. El proceso judicial puede alargarse cerca de tres meses.

Assange no se fía de la Justicia sueca y teme que EEUU aproveche la oportunidad para reclamar su extradición por la filtración de miles de documentos diplomáticos.

Hasta ahora, la falta de una base jurídica clara y los problemas para aplicar a Wikileaks la Ley de Espionaje de 1917 han frenado a Washington. Sin embargo, y quizá como una forma de continuar con la guerra psicológica contra Wikileaks, el secretario de Justicia, Eric Holder, ha anunciado que está estudiando recurrir a otros instrumentos jurídicos: 'Autoricé la semana pasada una serie de medidas que indican la seriedad con la que estamos afrontando este asunto al más alto nivel en el Departamento de Justicia', dijo.

Los abogados de Assange también están sufriendo su ración de acoso. Han denunciado que están siendo vigilados por personas desconocidas.

'He visto a gente esperando frente a mi casa siempre en los mismos coches y leyendo el periódico', dijo la abogada Jennifer Robinson. 'Me fijé en algunas cosas de este tipo la pasada semana, pero se han repetido en los últimos tres o cuatro días'.

El otro acoso es económico. El Servicio de Correos suizo anunció que no permitirá más transferencias a la cuenta abierta por Assange para recibir donaciones. La versión oficial es que el editor de Wikileaks no es residente suizo y que facilitó como propia la dirección de uno de sus representantes. Al menos, el banco ha dicho que le devolverá los 60.000 euros ya recibidos.

La decisión de publicar una lista de objetivos estratégicos para EEUU en todo el mundo despertó críticas generalizadas en Reino Unido. 'Es otra muestra de que están siendo irresponsables o casi criminales', dijo el ex ministro de Defensa Malcolm Rifkind.

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